
Jamás, repito, jamás, se me hubiera ocurrido ir hacer series al Cerro. Creo que es obvio que, siempre que uno piensa en series, y en serio, piensa en otro sitio.
Pues bien, me llama Arturo y me dice que vamos al Cerro, pero por el lado del Depósito.
Yo me dispongo y, cuendo llegamos, que aparcamos más o menos cerca de la cuesta, me tiraba hacia el Cementerio de Moralzarzal.
Va, y me dice:
- ¡No! ¡No!. Vamos por el camino largo, que nace al lado del depósito. Pero a toda caña.
Mi resultado fue este: http://trail.motionbased.com/trail/activity/8605259
El tiempo de Arturo, fueron casi 7 minutos menos. En fin... ¡Sin palabaras!
Yo fui modulando, pero a todo lo que podía. En un momento dado me salió una pequeña liebre o conejo (me tiene que dar lecciones Alberto).
Y me salió casi a pata coja. Con una chulería insultante. Como diciendo:
- ¡Passsssssssssa contigo, tío!
Pensé, me cago en toas tus orejas. ¡Y mira que las tienes grandes!
Me lance a por ella. Pero claro, me pilló en subida. Y, con toda superioridad, se cruzo el camino andando, sin prisa alguna... ¡Y no llegué a cogerla!
¡Si eg que toi mayor! ¡Ni me respetan las liebres!
¡Ay, Señor!
Al día siguiente, descanso. Pero ayer, al Calvario...
¡Bienvenido al Blog!
ResponderEliminarNo tengo la suerte de conocer a Arturo, y la verdad, con lo que me han contado y lo que os leo de vez en cuando, casi prefiero no conocerle ;-).
¡no se puede correr tanto!
ppong y arturo, esa sí que es una pareja de hecho. Y seguro que llegó arriba, como siempre, sonriendo. Vaya dos os habéis juntaoooooo...
ResponderEliminar