Una crueldad. Una absoluta y terrible crueldad es lo que hoy me toca vengo a hacer (realmente no me toca, lo cierto es que el cuerpo me lo pide). Es un impulso que siento necesario y que a la vez me duele terriblemente, me hiere y me parte por dentro. Estas son mis palabras de despedida a Jose Luis, quien a pesar de estar aquí escritas no podrá leerlas nunca. Palabras para un amigo que hoy nos ha dejado haciendo algo que amaba, aun cuando pienso que no tocaba, que no se lo merecía.
Aunque lo cierto es que las palabras no me salen. Se me atragantan. Se me agarran a la garganta y las pocas que afloran son un vómito de dolor del corazón.
Pepelu, fuiste, eres y serás nuestro abuelo atómico. Infatigable amigo. Insustituible.
Los Locos del Cerro te echaremos mucho de menos. Para nosotros guardaremos siempre tu sonrisa y vitalidad y así es como te recordaremos. Descansa, corre y sé feliz allá donde quiera que estés.
Un abrazo enorme, amigo.
P.D.: Perdonad la tremenda aberración por el hecho de que tras cuatro años yermo, el blog retome la actividad con este post de despedida a Pepelu. Algo tremendamente ingrato, pero necesario.