30 de junio de 2012

Doble AA en estado puro

Viernes 22/06 Las Murallas Villa: nos juntamos un rato para charlar y terminar de ajustar la hora de quedada para la partida a la nueva Locura.

Sábado 23/06 7:00h Puntualmente se presenta Luis Ángel e iniciamos la ruta de recogida del  resto de Locos. Alex, Carlos, Mikel, Riki y Gonchu completan el minibus.

Gonchu, Chema, Carlos, Riki y Alex.
8:15h Llegada a Rascafría, lugar de partida. Últimos preparativos, risas y fotos previas. Mikel y Luisete se encaminan hacia el Reventón para darnos los primeros ánimos en carrera.

9:00h Entramos en el corral tras el control de dorsales y material obligatorio. Recordamos las premisas para los kilómetros iniciales, y casi sin darnos cuenta estamos trotando hasta las primeras cuestas del reventón.

La subida al Reventón no nos pareció tan dura como esperábamos, no es lo mismo acometer esta subida al inicio que después de 50km. A mitad de ascensión nos encontramos con Mikel y Luis, que llevaban agua fresquita y nos dieron las primeras palabras de ánimo. Gracias Locos.
El Reventón
La subida la hicimos bastante juntos, Gonchu y yo unos metros por delante, pero muy agrupados. Tras el primer control decidí adelantarme un poco con Gonchu para no frenarle mucho y poder acompañarle al menos hasta el inicio de la subida a Peñalara. Nada pasar Los Neveros decidí que a estaba hecho mi trabajo de con él, un abrazo y nos citamos en meta deseándonos suerte, no sin antes advertirle que llevara en mente que en primer momento de flaqueza pensara que estaríamos nosotros detrás para empujarle hasta la meta.
En esos momentos la cabeza me tuvo unos minutos peleándome conmigo mismo, y finalmente tome la mejor de las decisiones, afrontar la ascensión a Peñalara con calma y esperar a mi compi para seguir juntos hasta el final.

Llegué bien a Peñalara y al los 8 minutos llegaron Alex, Riki y Carlos. Comenzamos la bajada con calma, sobre todo por que Alberto nos había advertido sobre ella. Una bajadita en las que hay mucho que perder y muy poco que ganar. Nada mas pasar por el chozo Aranguez aprovechamos un riachuelo para referescarnos y rellenar los bidones.Nos sentó muy bien, tanto que ensiguida retomamos el trote.

Y primer momento sorpresa, "permiso" una voz detras nuestro nos alerta de su presencia, no conseguimos ver si el dorsal era de los del GTP o del TP80. Más tarde supimos que se trataba de Aitor Leal.
Al volver al bonito sendero un pequeño susto, Carlos se tuerce ligeramente un tobillo. Tras unos metros 
caminando y con el visto bueno del tobillo aprovechamos los momentos que el canimo nos permitía trotar.

Ya en las inmediaiones de La granja las diferencias entre Carlos y un servidor con Alex y Riki empezaban a ser indicativas del posibe abandono de ambos. Tampoco resultó ser una sorpresa por la falta de preparación previa por diferentes motivos. La entrada en la plaza de Los Dolores resultó muy animada al estar esperando la familia del gran Luis Alonso Marcos como vencedor en su casa del TP80K. Para nosotros fué nuestra primera victoría, llegar a La granja antes que Luisete, jeje.

Un largo rato en el avituallamiento para reponer líquidos, sólidos, cambio de calcenes y con el subidón de adrenalina de encontrarme a mi equipo de apoyo, Silvia, Alvi y Pablito, QUE GRANDES.


Retomamos nuestro camino desipidiéndonos nuestro compis de viaje que se quedaban allí. Aprovenchando que todavía estaban por allí los de la banda de Luisete, Carlos decidió que era nuestro momento de gloria, me dijo "vamos a trotar y verás cómo nos animan", y efectivamente comenzaron a hacer sonar sus una música que nos vno de lujo. Eso si, tras girar la esquina dejamos de trotar.....jeje.


Hasta aquí la primera parte de la crónica, en breve el desenlace.

29 de junio de 2012

GRACIAS!!!!


Son las 02:00 y me despierto, boca abajo en el sofá con un pequeño calambre en el gemelo... me pongo en situación, me siento, miro a Elena... Tengo las sensación de estar despierto dentro de mi mejor sueño. Dudo si lo que siento por dentro, es simplemente fruto de las ganas que tengo de que llegue el gran día y poder disfrutarlo al máximo con mis grandes amigos, o si de verdad a sucedido todo esto que no me puedo llegar a creer. Es inexplicable, la cantidad de emociones que podemos llegar a sentir en un instante. Lo material se acaba y en el recuerdo quedan los sentimientos vividos, por lo que me percato que estoy soñando despierto....
Tengo grabado a fuego en la memoria, el momento en que estaba exausto a 2km de meta, con los ojos clavados en la luz de mi frontal y concentrandome para no pararme y poder llegar lo antes posible y así poder ver a la gente que mas quiero, cuando de la nada aparecen los “tres mosqueteros”, los ilumino y no llego a adivinar quien son, hasta que están junto a mi y al gran Rafa (que me acompaña). Estos abrazos, me hace olvidar todo el sufrimiento pasado y hace que todo lo que era dolor, se convierta en felicidad, estos abrazos me devuelven la vida y hacen que sienta tal emoción que no pueda articular palabra. Estos dos últimos kilómetros los tengo guardados en mi corazón de por vida, de igual forma que la llegada a meta ...
Con una mezcla de sentimientos llego al polideportivo, no quiero que se acabe esto que tanto estoy disfrutando, pero por otro lado, quiero llegar para poder dedicar todo esta aventura a “LOS LOCOS”, entro y siento un calor intenso en el pecho, estáis todos animando como LOCOS, me paro y no puedo por menos que besarme nuestro logo a forma de dedicatoria y rendirme a vuestros pies... enfilo el arco de meta y al fondo puedo distinguir una silueta que me resulta familiar, y cuando llego... es la persona mas grande que jamás haya conocido, “mi chica” que me esta esperando tras un largo día. GRACIAS AMOR!!! por todo lo que me haces sentir.
Se suceden los abrazos con cada uno de vosotros, quiero sentiros e intentar agradeceros todo el esfuerzo que habéis realizado por estar ahí, pero la emoción o el cansancio no me deja reaccionar como me hubiera gustado, por lo que os pido disculpas, me dejasteis en estado de shock.
He acabado el GTP, pero no es esto lo que me enorgullece.... no.... siento que es una carrera un poco mas dura que las demás que ha llegado a su fin. Lo que realmente me colma de felicidad y hace que se me ponga un nudo en la garganta, los pelos de punta y siga emocionándome cada vez que lo recuerdo, son cada uno de vuestros abrazos y sentimientos cuando terminé. OS QUIERO A TODOS!!!! 

24 de junio de 2012

Razón aquí.


¿Lo oyes? Se tiene que oír, seguro. Es mi corazón, que se acelera. Tan sólo con el recuerdo aumenta la frecuencia y soy capaz de oírlo como si hubiera pegado mi oreja contra tu pecho anoche cuando entrabas en el polideportivo. Fue especial, ¿Verdad?. Fue extraordinario. Tantas veces lo habías soñado, tantas deseado con tanta fuerza que en ese momento te parecía mentira. Hacía unas pocas horas lo veías muy lejos, ¿Te acuerdas? Tan lejos que incluso te parecía imposible y sin embargo en ese momento eras tú el que cruzaba el arco de meta. ¿Me dejas que te diga una cosa? A mí me hicíste feliz, aunque no lo supieras en ese momento, me estabas haciendo muy feliz y muy especial. Seguro que cuando te abracé lo notaste, no me pude contener, ¡estaba tan emocionado! Parece mentira, pero es la única verdad. Este deporte es tan especial. Logra hacer que el éxito de uno sea el éxito de todos y cuando uno sufre, sufre el resto. Vamos a rebobinar un poquito, permíteme que volvamos al comienzo de la historia, estoy seguro de que va a merecer la pena:

"El sol cae a plomo sobre tu cabeza. Es implacable. El aire apenas da un respiro de vez en cuando haciendo acto de presencia. Comienzas a estar fatigado y sediento. Los músculos hace rato que se hicieron notar y en cada tensión comprometen tu estabilidad. Alguna duda se intenta abrir paso en tu cabeza pero aún no es el momento, ahora eres el rey del mundo y te encuentras con éste a tus pies puesto que es Peñalara la que te sufre y sin embargo acompaña, es la cota desde la que puedes divisar el paraíso y ese momento lo haces tuyo para siempre...

Han pasado un buen puñado de horas desde que tenías el mundo a tus pies y ahora la historia ha cambiado, el cansancio hace mella y estás debilitado. La cabeza ya no es tan fuerte y dudas. A ratos tienes claro que vas a seguir y a ratos lo que está claro es que abandonarás, aunque no lo llamarás así, tendrá otros nombres como 'he llegado al límite', 'no tiene sentido seguir si no voy a llegar', 'ya no puedo más, ya no puedo más, ya no puedo más,…' te lo repites tantas veces que incluso lo llegas a creer. Este es el momento que marca la diferencia, es justo aquí donde según lo que decidas habrás acertado o no y un error de cálculo puede traer consigo dificultades, porque claro, lo que no te he dicho aún aunque ya lo sabes es que no siempre es un acierto seguir, igual que no siempre lo es parar. Eso dependerá de muchos factores y en cada caso será difícil encontrar el límite entre el acierto o el yerro"


Pero vamos al grano, que me lío y no llegamos a donde quiero llevarte. Al igual que tú, todos tienen con mayor o menor intensidad ese momento de incertidumbre (la culpa es de Heisemberg, que nos la descubrió) y al igual que tú yo también la tuve la semana pasada. Aquí es donde yo quería llevarte porque aquí es donde se explican muchas cosas. ¿sabes porqué cuándo te abracé me estremecí y callé por no balbucear? ¿sabes porqué tiritaba y te apretaba contra mí con fuerza mientras se me empañaba la mirada? ¿sabes porqué estaba ahí y lo hice durar tanto y fue tan intenso? porque tú, sin que lo supieras hasta ahora fuiste el culpable de que mi momento de duda el domingo pasado fuera efímero. Tú sin que lo supieras el domingo pasado me diste alas para volar cuando las piernas no querían continuar, me diste aire cuando los pulmones me pedían un respiro, me diste fuerzas de flaqueza cuando ya ni la flaqueza quedaba en mi escurrido cuerpo, fuiste alivio en el dolor y necesidad en la ignominiosa soledad. Tú, sin saberlo, entre algunas otras cosas, fuiste la razón de mi triunfo y gracias a ti volví a disfrutar de cada paso, aunque doliera, porque cada paso era un disfrute y lo disfrutaba en parte gracias a tí. Por esta sencilla razón ayer tenía que recompensarte y la única forma que se me ocurría era fundiéndome en un abrazo contigo, porque sabía que sólo tu y unos pocos más sabrían entenderlo."

Escucha, ¿lo oyes de nuevo?. se me vuelve a acelerar el corazón, pero tengo que terminar. Espero que te gustara mi abrazo, era mi forma de darte las gracias. Muchas gracias amigo y muchas felicidades, eres un verdadero finisher pero lo que es más importante, al menos para mí, gracias a ti hace una semana volví a sentir y a disfrutar sin igual y eso, amigo mío, eso no tiene precio.

Recibe otro fuerte abrazo y escucha, aun late con fuerza mi corazón.

Locos

Aprovechando y tomando prestado el slogan de una gran marcar, aprovecho sus frases para resumir este fin de semana, el fin de semana de un puñado de locos.

Esto es para los locos
Los inadaptados. Los rebeldes.
Los agitadores.
Las clavijas redondas en los orificios cuadrados.
Los que ven las cosas de manera diferente.
Ellos no siguen las reglas y no tienen ningún respeto por lo establecido.
Puedes citarlos, estar en desacuerdo, glorificarlos o denigrarlos.
Pero lo único que no puedes hacer es ignorarlos,
porque ellos cambian las cosas e impulsan la humanidad.
Y mientras que algunos los ven como locos,
nosotros los vemos como genios.
Porque solo las personas que están tan locas como para pensar que pueden cambiar el mundo, son las que lo hacen.

22 de junio de 2012

Llegan los Sesenta.


No, no os asustéis pensando que debido a la manida situación económica que sufrimos regresaremos a los Beatles, la crisis de los misiles, la llegada del hombre a la Luna o la revolución cultural de Mao… ni siquiera a los guateques. Bueno aunque algo de esto último quizá si haya. Porque, claro que en los guateques se bailaba mucho suelto, pero, lo que más gustaba, lo que casi todo el mundo esperaba, era el momento de bailar “agarrado”.
Así que mañana quiero que cada uno de vosotros “agarréis” bien vuestra mochila, vuestras ilusiones y no dejéis que nada os derrumbe. “Agarrad” ese Reventón de nombre tan malévolo, esa cumbre de Peñalara, ese pueblo de La Granja que estará volcado con vosotros y disfrutadlo. Agarrad esa subida dura por el emburriadero que os conducirá a la Fuenfría y dejadla atrás, sin piedad, para disfrutar de las sombras del Smichd y comenzar a soñar con la meta. Pero no os descuidéis que los 60 son traicioneros a veces y el tropiezo o el desfallecimiento siempre acechan. Agarraros a la épica entonces si hace falta porque ya faltará poco y cada metro, cada zancada, tiene tanto de sufrimiento como de satisfacción y la recompensa es enorme. Os lo aseguro.
Entonces, en Navacerrada, cuando las lágrimas quieran brotar, es cuando yo espero agarraros a cada uno de vosotros y daros el abrazo que os merecéis. Por valientes, por rocosos, por soñadores y por Locos.

21 de junio de 2012

Vuelo de Halcón.

Cuentan los descendientes de la tribu Naskapi o Montagnais, originaria de la zona montañosa del Quebec en el golfo de San Lorenzo, la siguiente leyenda:
Hubo tiempo atrás un guerrero principal de su tribu que tuvo un un hijo llamado Chidicse. Aquel niño siempre mostró desde pequeño fascinación por las montañas y los seres que las habitaban. Pero especialmente por las aves. 
Así fue creciendo y se le veía siempre observando el vuelo de los gansos en sus migraciones. Pero lo que realmente extasiaba a aquel muchacho era el vuelo del halcón. No dejaba de preguntar a su padre y a los ancianos de la tribu todo aquello que pudieran contarle sobre tan rápida ave.
Con apenas 12 años Chidicse partió del campamento y ascendió por abruptas cornisas y escarpadas rocas hasta llegar al nido del ave. Allí logró su más preciado tesoro hasta ese momento, un puñado de plumas de la rapaz.
Desde aquel momento era frecuente verle partir y ascender una y otra vez las cimas de alrededor con la sola intención de contemplar el vuelo de su "hermano" halcón. Su aleteo, su planeo y finalmente sus picados espeluznantes en busca de la presa.
Aquellas ascensiones fueron fortaleciendo los músculos de Chidicse y cada día era capaz de llegar más rápido a la cima. Entre todos los jóvenes del pueblo no había ninguno que pudieran aguantar su ritmo. Pero lo importante para Chidicse comenzó un atardecer.
Aquel día el tiempo pasó muy deprisa y cuando quiso darse cuenta el Sol estaba ya comenzando a ponerse. Así que al contrario que otras veces que bajaba a buen paso, disfrutando del paisaje y del vuelo de su amigo pájaro, poco a poco fue acelerando la zancada, para terminar corriendo, brincando, saltando a gran velocidad, liberando una energía que le manaba de su interior. Cuando llegó a su tienda dijo: "Padre hoy bajé de la montaña tan rápido, que me sentí halcón, me siento muy feliz".
Desde aquel día si disfrutaba de cada ascenso, aún más de cada vertiginosa bajada donde sentía que realizaba su propio "picado" de libertad. Donde como la rapaz se fundía con el viento, y la naturaleza, donde el espíritu del ave le tomaba.
Aquella habilidad le salvó la vida en más de una ocasión en sus encuentros con los Mohawk, sus ascentrales enemigos.
Dicen incluso que, algunos aseguraron que durante aquellos vertiginosos descensos, el pájaro le acompañaba, que  sus brazos se convertían en alas y parecía que ambos se fundieran.
Por eso a Chidicse se lo conoció para siempre como "Vuelo de Halcón".



Dedicado a mi amigo Alberto "Lluvio". 
Vuela el sábado. Vuela y vivelo plenamente.

20 de junio de 2012

Nuestro Cerro en la Televisión...

 Muchas veces pensamos en lo modesto que es nuestro Cerro, ese monte achaparrado al que dedicamos horas de esfuerzo y de el que tanto disfrutamos... no somos "Los Locos del Cerro" los únicos que en él entrenamos, el gran Carlos Soria, con el que a veces nos hemos topado por allí, también lo utiliza para preparar sus ocho miles del Himalaya...

 Hoy le han entrevistado en nuestra casa... ¡disfrutemos!

 

16 de junio de 2012

La sonrisa del pianista


Se inicia la melodía. Se escucha alegre conforme se va acercando la hora. El rumor de la lluvia se intercala con las dulces notas del despertar. Los pantalones cortos, la camiseta, calcetines y demás atuendo toman sitio entorno a una sonrisa mitad alegría mitad nerviosismo. Ahora se oye el rasgar de los cordones conforme se cruzan cortando el aire como agujas de zurcir. La melodía acompaña el resto de preparativos y la sonrisa casi sin darse cuenta se encuentra en una cuesta que pica pa’rriba. Acaba de empezar la función. Los pasos se suceden como se suceden las notas de una sinfonía y la música es acompañada en todo momento por la sonrisa. La partitura in crescendo pasa intermitente de blancas y negras a corcheas para al final vibrar en una sucesión interminable de semicorcheas arriba y abajo.

...no fue la primera vez que veía ese brillo en unos ojos. Tampoco será la última. No dejará jamás de embargarme esa sensación de plenitud, esa emoción de la primera vez, ese sentimiento de ir más allá, la supremacía de la  humildad, el tesón y el trabajo sobre los límites de la realidad.

Al igual que un virtuoso pianista el hombre de la sonrisa ancha y sincera tocó las notas de la mas bella melodía jamás escuchada, notas que le salieron de dentro, de lo más profundo, notas desgarradas que una vez terminada la obra aún se oyen cuando cierras los ojos y el que escucha es el corazón.

De la misma manera que el virtuoso pianista recibe su recompensa final en la satisfacción personal y en el aplauso del público sirva este aplauso para mostrar mi más sincero reconocimiento al virtuoso korrikolari Rafael Gómez Trigo. ¡Aupa Rafa!


Este domingo la melodía transcurrirá de nuevo allende los recovecos de la sierra del Guadarrama encumbren en su eco los pasos del hombre de la sonrisa ancha y sincera. Este domingo volveremos a cerrar los ojos para escuchar la nueva obra que el virtuoso firmará mientras que tras el telón, sobre el pecho henchido y orgulloso, otros ojos, en este caso los del maestro, volverán a brillar de felicidad.

P.D.: sirvan estas líneas de homenaje a los que fueron y siguen siendo y a los que comienzan a ser.

11 de junio de 2012

El Misterio de la Sierra de Hoyo

  Poco a poco vuelvo a las andadas, despacio y sin pausa me pongo las zapatillas y hago pequeños recorridos que me permitan no perder la forma del todo y seguir disfrutando de esto del correr.

 Ayer me decidí a volver al monte, subidas y bajadas con terreno más o menos técnico. Tengo el truco para que la rodilla no duela, zancada corta y ritmo lento, y sobre todo, bajar igual que subir. Eso hace que los kilómetros pasen despacio, y cuanto más despacio, más se piensa.

 Sobre todo cuando te das cuenta de que llevas corridos un par de kilómetros y estás destrozado. Es una sierra complicada, con desniveles importantes y terreno técnico, pero... no es normal. Te das cuenta de repente de que no es un lugar habitual de entrenamiento, te das cuenta de que a todo corremontes le parece durísima, te das cuenta de que, a pesar de conocer el terreno jamás te ha salido un entrenamiento redondo. Y como sigues yendo despacio, sigues pensando, recordando aquella vez en la que pensabas hacer veintitantos kilómetros para preparar la Goi y acabaste a los catorce, la otra en la que la torcedura de un tobillo te hizo volver andando y sufriendo hasta casa, rememoras la cuesta de la foto, larga y tendida, en la que siempre te arrastras a pesar de ser una de esas cuestas que tanto te gustan y en las que habitualmente demuestras tu fuerza. Piensas en las dos últimas salidas en grupo, cuando Prisillas se marcó el muslo para siempre con una piedra traicionera y cuando, justo antes de la CUT, recortamos el recorrido al menos en diez kilómetros porque Luisito no daba para más... (y reconozco que también yo iba muy cansado).

 Puede ser casualidad pero... no lo creo. Terminé la salida, fueron menos de diez kilómetros que parecieron cincuenta. Hemos leído en muchos libros que hay lugares especiales donde la energía fluye... ¿habrá también lugares donde desaparezca? ¿por qué una de sus cumbres se llama "la silla del diablo"?

9 de junio de 2012

Mi CUT, nuestra CUT. ¡Peligro Locos del Cerro sueltos!


Cuando digo nuestra no me equivoco, ya que de alguna manera quiero aprovechar para volver a hacerle un pequeño homenaje a mi COMPI, Carlos. A la espera de que algún día se anime a ponerse delante de un teclado para contar sus experiencias de corremonte, seguro que gran parte de lo que voy a contar él lo comparte.
Cómo ya han contado otros Locos, tras levantarnos a eso de las 5:00 de la mañana nos dispusimos a acompañar a los héroes del día al Km. 0 para desearles suerte, hacernos la foto de rigor, etc. Vuelta a la cama a intentar echar una siestecita mañanera.

Preparamos nuestros trastos y las viandas para el avituallamiento de Leitariegos. Parada técnica en una gasolinera para comprar pan, hielos, unas palmeras y emprendimos camino (en coche) para ir reconociendo los lugares en donde debíamos encontrarnos con nuestros amigos.

Llegamos con tiempo suficiente para preparar los bocatas, una vueltecita por la estación de ski y breve reconocimiento del que suponíamos sería el camino por el que nos encontraríamos con los 6 valientes.

Enseguida aparecieron y tras unos saludos se dispusieron a dar cuenta de los montaditos, coca colas fresquitas, etc. Fijamos con ellos el punto de partida de nuestra aventura conjunta y allí aprovechamos para comer un poquito y disfrutar de un rato de buena charleta al sol.

Una vez preparados nos encaminamos al puente en que habíamos quedado, en el que a escasos metros se adivinaba un camino con una pendiente importante. Un rato más tarde aparecieron correteando nuestros compañeros de viaje. Poco tardamos en emprender la ruta, por cierto, vaya inicio de ruta, telita, si parece que pica pa´rriba, gg.
El principio de nuestra CUT

A partir de aquí un disfrute brutal, si  BRUTAL. Con la intención de sacudirme el frío y aprovechar para realizar un entrenamiento de calidad de cara al TP60k, decidí tirar a saco. Los primeros metros al lado del Luisete (que gran tipo este). A partir de ahí alternando unos metros con Rafa (otro crack), otro rato con Alberto (y este que), otros mas con Fernan (me quedo sin palabras), otros con Mikel (no se que pensar de este deborakm), Prisi (el maestro), Alex (muy grande) y no podían faltar otros tantos con Carlos (mi COMPI) vamos que me acababa de subir en una nube de la que no bajaría hasta Cangas.

Al terminar la subida llegó el momento “difícil” del día, pero a buen seguro que una gran enseñanza para todos. GRACIAS Luis por tu gesto, y MIL GRACIAS a Alex por ser como eres. Estos detalles (y muchos otros) son los hacen que me sienta feliz por conoceros.

Momento moñas aparte, continuamos camino, eso sí al principio sin muchas alegrías intentando asimilar las bajas. Hasta ahora no he comentado nada del paisaje, pero creo sobra decir lo bonito e increíble de los montes asturianos, cada vez me gusta mas la montaña.

Una pista con ligeros toboganes al estilo de nuestra senda de los cazadores pero más ancha y mullida, nos lleva a la ermita de la Magdalena, paraje espectacular.
Foto de familia
Si bien en la subida disfrute mucho, a partir de aquí, mogollón no, lo siguiente. Si es una pasada ir rodeado de semejantes CRACKS (en lo deportivo y más si cabe en lo personal) imaginar el momento de ir abriendo el grupo subiendo y lo más sorprendente bajando, si eso bajando. Ver a Carlos fuerte haciendo un trabajo de apoyo moral importante a Mikel que había dejado atrás a su gemelo-ultra. Vamos que seguía en la nube de antes. También es cierto que en pocas de estas nos vamos a ver, la mezcla de nuestra frescura con el castigo de los Km. que llevaban en las patas nuestros compis consiguió que el nivel fuera muy parejo.

Viendo que me sentía fuerte y por algún motivo que aún ignoro me encontraba suelto en las bajadas, pedí permiso para adelantarme y forzar un poco el ritmo pensando una vez más en el 23 de junio (TP60k).

Y casi sin darnos cuenta estábamos en las rampas de hormigón de bajada a Cangas, muy cerca ya del ansiado puente romano. Muy sabiamente Carlos se quedó atrás y me susurró “déjales su momento de protagonismo” sólo interrumpido por el MAESTRO que se percató del detalle y quiso hacernos participes para llegásemos todos juntos.

Allí estaban esperando Alex y Luis, con la nevera llena de cervezas fresquitas y con unas ganas locas de abrazarnos. Y así fue, el gran momento que seguro había soñado tantas veces el alma de este gran proyecto de la CUT,  el MAESTRO PRISILLAS. Que al fin conseguía soltar toda esa tensión acumulada en todo el proceso de “embarazo y parto” de su sueño, y también el nuestro. GRACIAS AMIGO.

Creo que nunca olvidaré ese momento, es más cada vez que lo recuerdo tengo que mirar a mi alrededor no sea que alguien que se fije y vea a un tío de casi 100kg y con el pelo blanco con lágrimas en los ojos. Una vez más GRACIAS LOCOS.

No me puedo olvidar de otro gran LOCO que aunque físicamente no pudo acompañarnos por encontrarse en una situación algo “embarazosa”, y que si estuvo en pensamiento y telefónicamente siempre pendiente de nosotros. GRACIAS Y ENHORABUENA Gonchu.

Podría tirarme horas recordando todos y cada uno de los buenos momentos vividos ese fin de semana, pero tampoco es plan. Lo que si haré es echarlos en la mochila para tirar de ellos en los momentos de dificultad en cualquiera de esos retos que se me meten en la cabeza y que traen de cabeza a mis padres. gg

Y cómo no podía ser de otra forma….

Sigo sumANDO y TROTANDO.

6 de junio de 2012

La lección y mi pequeño homenaje

La fuerza de la gravedad atrae suave pero constante los copos hacia la tierra. Algunos nunca llegan pues se posan en nuestros brazos ateridos por el frío. Apenas los sentimos, se durmieron kilómetros atrás, volvieron a despertar y se volvieron a dormir. Sentado en una roca húmeda miro el suelo y sopeso esa decisión que hace poco más de tres kilómetros jamás imaginé que tuviera que tomar. Ahora estoy exhausto y la situación se ha complicado. Mikel cruza por delante mía y se sienta unos metros más abajo a mi izquierda. Mas cerca queda la mirada preocupada de Fernan, la inconsciencia de la situación de Prisi y la urgencia de una decisión. La verde braña me susurra al oído con voz delicada y amarga que existe la posibilidad de que si continúo así probablemente no llegué hasta el final. La situación se complica pues no puedo comprometer al grupo en una decisión egoísta que es la que me pide el cuerpo, no puedo someter al resto a que se queden fríos y destemplados por diez o quince minutos de espera. Asumo la realidad, no estaba preparado. No se puede todo…

Los pasos humildes de mi abnegado hermano se aproximan decididos a acompañarme hasta el coche. No es la primera vez que lo deja todo por enmendar mis errores. No es la primera vez que en lugar de reconocérselo encima tendrá que aguantar mi rezongar durante toda la bajada. No paro de buscar excusas en las decisiones de los demás, típico insulto a la verdad al que acostumbro por no reconocer mis yerros. El grupo se ha roto. Los corazones se resienten mientras caminamos por caminos opuestos. No importa, Mikel continuará por los dos. Es su deber. Es el deber de mi alma gemela en el ultra trail. Si uno no puede el otro ha de asumir la responsabilidad.

La noche ha caído. Mi mentor, la persona a la que le debo estar allí me acompaña asiendo con fuerza el otro extremo del cofre del tesoro repleto de oro líquido conforme subimos por el empedrado. Coloquio y departir. De golpe se oyen unos gritos de júbilo. Se aproxima el séptimo de caballería, la trompeta resuena por la calle del fondo“titirítirítirítirítirítitirítirítirítiríiiiiiiii”. Abrazos, lágrimas, sonrisas, amistad, fraternidad, chispas y locura. El tiempo se para. El infinito se contrae. La perfección no existe pero lo que aquella noche se vivió en un puente romano al arrullo de límpidas aguas se le aproximó muchísimo.

Prisi, gracias por soñar.
Jano, gracias por existir.


elhermanodALEX

P.D.: Prisi, esta vez mi memoria no hará el servicio de ayudarme a transcribir los infinitos detalles que guarda sobre las 13 hrs. aproximadas que compartimos aventura. Lo siento, sé que me lo pediste subiendo a La Magdalena y que mi contestación no fue ni oportuna ni en el tono adecuado. Ruego que me disculpes. Un nudo en la garganta y unos sentimientos egoístas me piden a gritos que esta vez me lo guarde para mí, será mi lección aprendida.

2 de junio de 2012

Algo más que un sueño


Son las 3,15 de la madrugada del sábado. He puesto el despertador a las 3,30 para ir con tiempo suficiente a Cangas de Narcea donde me espera el resto del grupo. Ellos están allí desde el viernes por la noche tras un accidentado viaje, que se alargó más de lo previsto. Sin duda los nervios, que no me han permitido dormir todo lo bien que hubiera querido esta semana, me han mantenido de alguna manera alerta haciendo innecesario el maldito aparato.
Tengo tiempo de sobra para completar la parafernalia de actos previos a cualquier carrera: desayuno, baño, macuto, baño, ropa para correr y para cambiarme, baño,…
Durante el viaje me doy cuenta de que el tiempo va a ser un factor importante porque me ha llovido, a veces fuerte, durante todo el recorrido. Dudo mucho que no nos mojemos. No me gustaría nada tener que utilizar el chubasquero.
Hacia las 5:30 llego a Cangas con tiempo de sobra para aparcar y juntarme con los compis. Saludos, fotos de rigor, buen ambiente y al tajo. No hace mucho han pasado las seis de la mañana. De momento no llueve pero la niebla se ve más arriba y aparecerá en cuanto ascendamos.
La subida hacia El Acebo es dura pero estamos frescos y podemos disfrutar con plenitud de la charla. Han pasado dos o tres kilómetros y ya se ha reído a mi costa todo el grupo pues he caído en una inocentada que no me esperaba viniera de Rafagti. Su risa abierta y franca resuena por encima de la del resto inundando todo el valle. La broma ha merecido la pena sólo por disfrutar de ella. Primer trote continuo en busca de la ermita de El Acebo, un paraje singular con una visión sobre Cangas espectacular. Estamos frente a un valle duro, en forma de ‘V’ poblado aquí y allá por pequeños caseríos rodeados de prados en las zonas más suaves que alternan con bosques casi salvajes en las más agrestes. Basta asomarse un poco al mirador para que la belleza inunde nuestras mentes sin esfuerzo alguno. Paramos un rato y aprovecho para desaguar y dejarme a mano un bocatita y un plátano así como una barrita. Estoy decidido a comer muchas veces sin tener que abrir el macuto. Aprovecharé las paradas para reponer mis provisiones y alimentarme algo más si lo necesito. Al poco de empezar he intentado beber de la camelback pero he desistido. Su sabor es horrible por lo que tendré que buscar otro método para futuras carreras. Me anima mucho ver lo que se ha inventado Mikel y decido probarlo para la próxima. De momento la vacío lo más rápido posible para no llevar un peso extra.
Pronto vamos a dejar todo lo que suene a civilizado y nos vamos a adentrar en pleno monte para buscar por una sinuosa senda el pico de Rabo del Asno. Las condiciones cambian por momentos alternándose el agua, la nieve y el frío, que hace mella en altura, todo ello siempre aderezado por la niebla. Me da bastante rabia que los que acuden por vez primera a estos montes no vean mucho más allá de sus propios pies. Pienso que la jornada va a ser dura y que los deseos de Prisi de transmitir a nuestros compañeros la profunda satisfacción que se experimenta al correr por estos parajes, pueden verse truncados por unas condiciones adversas. Por suerte, bien entrados ya en esta hermosa cuerda que divide el valle de Genestoso, del de Cangas de Narcea se obra el milagro: la niebla desaparece en una preciosa zona de lagos donde llegamos a ver a los rebecos en una demostración de adaptación al medio que a todos nos produce envidia. A la lenta belleza de las salamandras vistas antes en plena subida, aquellos oponen una velocidad meteórica entre los abruptos parajes cercanos al Rabo del Asno. La niebla escondía unos valles verdes que contagian su alegría a todos los miembros del grupo ahora exultantes. Como náufragos a la vista del barco ansiado,  ninguno podemos disimular la satisfacción que nos producen estas repentinas imágenes. Hemos entrado de lleno en la naturaleza asturiana. A partir de ahora, sí que Josema puede descansar porque con alguna excepción el tiempo no será impedimento para que todos nosotros disfrutemos de la belleza del entorno, que en muchos de sus parajes siempre conserva la magia de lo ignoto. Caminamos tranquilos gracias a las rutas que nos ha pasado José Piélago, una de esas personas que brinda sus conocimientos y su tiempo a los demás sin pedir nada a cambio. Así me lo pareció cuando lo conocí en la carrera de Muniellos. Su forma de hablar me recuerda el fino y acompasado caer del ‘orvallu’. Nos ha guiado por sus queridos montes salvándonos del mayor problema. Una y mil veces, gracias.
Creo que a estas alturas y hasta Leitariegos todos vamos disfrutando sin mayores problemas que los que nos ocasiona a algunos el frío: Alberto no da abasto a las más diversas solicitudes por parte de todos los que no somos capaces de realizar los mínimos movimientos para alimentarnos, convertidas nuestras manos en meros muñones sin habilidad alguna. No dejo de pensar qué haría si en alguna ocasión no tuviera a nadie a mano en una situación similar. Por mi parte sigo con el plan de avitullamiento y van cayendo bocadillos, plátanos, agua, barritas,… en una intermitente y efectiva sucesión.
Hemos bordeado un monte y nos hemos desviado un poco de la senda que en algunos lugares no está muy clara pero seguimos avanzando hasta unirnos a la divisoria de las provincias de Asturias y León, que anuncia la cercanía del puerto. La bajada hacia Leitariegos nos es favorable permitiéndonos disfrutar con gusto de la compañía del grupo. Estos intervalos de relax suelen ser los mejores momentos de todo entrenamiento, aunque en este caso, los parajes hacen que el goce sea mucho mayor. Me alegra ver lo bien que va Luís pues con su preparación pensaba que llegaría mal al puerto. Su cara no refleja el más mínimo atisbo de cansancio. Nadie parece estarlo. Siento por primera vez que vamos a conseguir llegar todos juntos. Una maravilla difícil de transmitir con palabras.
La última rampa de bajada la hacemos rápida y gritamos como locos para que nos oigan Chewaka, Alex y Carlos, que nos están esperando para avituallarnos y unirse a nosotros unos kilómetros más abajo. Llegar allí es extraordinario por todo: porque, por fin, estamos el grupo en pleno; porque todos llegamos en buenas condiciones y porque nuestros tres compis han preparado un avituallamiento insuperable. Nadie les ha pedido que sean tan solícitos pero ellos lo hacen de forma natural, como si no requiriera esfuerzo alguno. Para cualquiera de nosotros que se haya encontrado en carrera con ellos, la experiencia se le habrá hecho inolvidable. Un lujo poder compartir kilómetros con gente así. Están un nivel por encima del resto en ese sentido.
Llevamos 41 kilómetros. Nos quedan otros tantos. Aunque parezca que lo peor ha pasado no es así porque antes de iniciar la bajada definitiva a Cangas todavía tendremos terreno en cuesta.
Quedamos con los tres para encontrarnos más abajo y volvemos a correr. Esta vez bajamos directamente hasta Brañas donde la última vez dos fieros perros nos echaron a Prisi y a mí. Allí están ahora pero han sustituido su conducta agresiva por un imparable hopear. Ahora la mansedumbre de los canes sirve de regocijo para los compañeros que hacen escarnio de nosotros de aquí en adelante ante cualquier perro que ven, por minúscula que sea la figura de éste. ¡Paciencia! ¡Mucha paciencia!
Hemos dejado el camino y aparece la carretera. Sí, a pesar de estar en una zona medio salvaje tenemos que hacer un tramo por ella, y lo que es peor, nuestros planes incluyen un buen puñado de kilómetros de asfalto. A la mayoría de nosotros el cambio nos sienta mal pero la otra opción es intentar hacer una ruta de GPS que no hemos llegado a comprobar. Tras alguna duda, decidimos seguirla para nuestro bien porque, a pesar de que nos perdemos casi al final y en algún momento llegamos incluso a saltar cercados, la senda discurre en general paralela al río por una preciosa vereda. Vamos a buen ritmo ayudados por el terreno favorable. Continuo comiendo: en este tramo cae parte de una barrita, un bocadillo y un plátano. Justo antes de cruzar el río Naviego se unen a nosotros Alex, Carlos y Chewaka. Comemos rápido, pues se han quedado fríos en la espera, antes de iniciar la dura subida hacia la Magdalena. No he tenido tiempo de fijarme en mis acompañantes pero no recuerdo ver a nadie cansado.
Iniciamos una durísima ascensión por unas zetas empinadas casi hasta lo vertical. Me cuesta mucho seguir el ritmo de un fogoso Chewaka que sube como si pesara menos de cincuenta kilos. Carlos también anda afanoso lo que nos muestra que la idea de que calmasen nuestro ritmo a esas alturas ha sido un gesto un poco altivo ya que están frescos y mantienen una buena cadencia que pone a prueba, en esas duras rampas, nuestras piernas. Son varios kilómetros de durísima ascensión que culminan en una zona de brañas donde llegamos al tiempo que comienza a nevar. Todos nos vamos resguardando bajo el alero de un cobertizo a la espera de que vaya llegando el resto del grupo. Casi al final aparece Luís. No sé en qué momento se ha obrado el cambio pero ya no tiene nada que ver con aquel que bromeaba en Leitariegos. Exhausto se sienta en una piedra ajeno a la nieve y al frío. Es un mal síntoma que me recuerda a su pasado sufrimiento en el Goierri. En cualquier caso voy preparando mi mente para lo que pueda venir. El día puede ser más largo de lo previsto y es bueno irlo asumiendo. Mikel llega detrás pero no parece cansado. Además, desde su primera Madrid-Segovia asume el sufrimiento sin pestañear por lo que no creo que su retraso sea una cuestión que nos deba preocupar.
Al final no sé si toma la decisión más adecuada (desde luego en este momento seguro que lo es) pero Luís decide abandonar. Creo que nadie intenta convencerle de lo contrario porque su aspecto refleja extenuación. ¿Hubiera conseguido llegar con un poco de descanso? Es probable que sí, conociendo su perseverancia y su voluntad de hierro.
Alex sacrifica el resto del camino y se va con él. Todos agradecemos su renuncia apenas iniciadas sus andanzas porque la fatiga de Luís puede jugarle una mala pasada. La abnegación de su hermano me recuerda a aquel Alex de mis primeras rutas de montaña cuando llegaba el último tras cualquier cuesta y no permitía que esperáramos lo más mínimo con lo que era el único que hacía las salidas sin descansar apenas. Bravo Alex, no cambies nunca.
Enlazamos una pista que nos va a llevar casi en llano hasta nuestro próximo objetivo: la ermita de la Magdalena. Después de un rato de decepción el llegar allí es un bálsamo para todos nosotros: fotos, admirable e idílico paisaje, lleno de unas preciosas vacas asturianas y un paisano que al conocer lo que hemos hecho recurre a una imagen cercana a sus quehaceres y exclama: “Menudo cercado habéis preparado”. Me imagino la superficie que ocuparía esa larguísima elipse que estamos ya cerrando  como símbolo de nuestro esfuerzo sin poder evitar sentir un pequeño escalofrío. ¡Qué plenitud! ¡Qué sensación de estar realizando una gesta al alcance de pocos.
No necesito comer porque no siento hambre. Creo que estoy fuerte y no voy a necesitar más que algún trozo de barrita en lo que queda de ruta. Alberto y Rafa parecen acabar de empezar. Van de un lado para otro como si necesitaran alargar un poco más la distancia. ¡Menudos corzos! Aún recuerdo cuando hace unos meses Rafa dudaba si apuntarse al MAM porque la distancia le imponía. Algún día se dará cuenta de la calidad que atesoran sus piernas.
El resto del camino transcurre ya por una larga pista que va remontando pequeños montículos: vemos las antenas del pico Cuervo, pasamos las ermitas de San Gervasio y la de San Pelayo llegando a la de San Antonio que es la más cercana a Cangas. Me hubiera gustado hacer todo este tramo corriendo pero tenemos que alternar las carreras con la marcha a pie. Me encanta ver por primera vez a un eufórico Chewaka avanzando en cabeza y a un parlanchín Carlos que unido a Mikel va disfrutando de los kilómetros. Es una justa recompensa a tanto esfuerzo diario.
Quien no se haya acercado a Cangas por esta zona no habrá disfrutado de una de las más bellas entradas a una población que recuerdo. Estás casi dentro de ella sin conseguir advertir nada. Cuando lo hacemos vemos las primeras luces de la población detrás de  un primer plano de castaños y alisos. Es como si nos introdujéramos en ella a escondidas.
Entramos en barrena casi hasta el mismo puente donde Alex y Luís nos esperan con bebida y con la sana alegría de los amigos reencontrados. Prisi no puede evitar unas lágrimas. Sin duda, a pesar de que la felicidad no puede ser total, hoy ha conseguido un sueño del que todos estamos orgullosos de formar parte.
De la nada hemos creado algo, dando igual lo realmente importante o nimio que sea porque siempre permanecerá en nuestra mente, recordándonos que un día en Asturias fuimos uno y disfrutamos de ello. Y ese recuerdo evocador aparecerá en alguna ocasión, no se sabe en qué momento ni en qué lugar, haciendo que nuestro cuerpo tiemble por un instante rememorándolo. Muchas gracias, compañeros,  por haber contribuído a ello.