29 de mayo de 2012

Mi CUT 2012. ¡Vivan los sueños!. (Versión ladrillaco).

No voy a repetirme remontando al inicio de esta aventura, pero sí dire que soñar merece la pena y que contar con quien compartir esos sueños es algo que, no tiene precio.
Emoción, satisfación, orgullo. Pueden ser las palabras que resuman mejor lo que he sentido al finalizar esta maravillosa aventura. La que no pude contener en el puente anegándome de sentimientos. La de sentí cuando pude dar por finalizado todo el esfuerzo. El que sentí al contemplar a todos mis amigos presentes y recordar a los que no pudieron estar fisicamente por circunstancias pero que se hicieron sentir durante todo el día (gracias Gonchu).
El viaje comenzó con un ligero retraso por cuestiones de tráfico. Como dirían algunos el coche 1 tomo la iniciativa y puso rumbo a la A6 dando el pistoletazo de salida. Entre chascarrillos y nervios fueron pasando los km, eso sí, sin la menor duda de que la "fiesta" estaba en el coche 2 donde el agitador oficial de los Locos pisaba el acelerador para contarnos sus chistes lo antes posible. Ya en La Bañeza pudimos juntarnos todos y comenzar realmente la aventura en equipo. Eso sí, con Rafita incapaz de tomar ni siquiera un vaso de agua. Aquí en la Bañeza aparecieron las deseadas camisetas y con buen ánimo tomamos camino hacia Bembibre donde dejaríamos la autopista.
Ya, ya sé que el viaje se hizo largo chicos pero, elegí esa ruta porque tenía especial interés en que vierais algo la zona y, sobre todo, por señalar a los que se iban a unir a mitad de camino el desvio por el que tendrían que esperarnos. Si hubieramos ganado esa hora prevista hubieramos tenido luz al pasar el puerto y esa niebla espesa que nos envolvió bajando hacia Cangas hubiera sido menos pesada. Reconozco que me encogió un poco el corazón pensar que apenas unas horas más tardes podríamos encontrarnos la misma situación. Pero llegamos, nos acomodamos y nos despedimos para vernos pocas horas después.
La noche anterior había descansado poco, una tos que empezó el día antes me dejo la garganta tocada, tuve que cuidar mucho no abusar del aire acondicionado en el coche. Así que en cuanto me atacó a las 3 am la dichosa tosecilla y los nervios, ya dormir fue complicado. A las 5 me levanto, lo primero que veo y escucho es el sonido de las gotas de agua resbalar y caer por los tejadillos. Abro la ventana de la cocina mientras se hace el cafe y al menos veo que la fuerza de la lluvia no es tanta, incluso al rato cesa. Desayuno tranquilo, me preparo y parto a la búsqueda de mis compañeros de viaje.
Llego en hora al aparcamiento del hotel. Aparecen al poco perfectamente preparados y muy animados. Nos vamos a la busca de Biri que ya me ha llamado al móvil. Aparcamos a las orillas del rio tal y como hablé con mi cuñado el día antes y nos vamos al puente romano. Pasan las 6 de la mañana, merece la pena dejarse unos minutos en algunas fotos, ajustes de mochilas y últimos comentarios. ¡Sobre las 6:15 la Cut comienza!. 
Voy poco participativo, la tensión de la responsabilidad y la afonía no me permiten participar demasiado de las chanzas y bromas. Será así durante todo el trayecto. En el Ayuntamiento, cuando no les veo al mirar atrás, me entero que al final nuestros 3 "logisticos" no se animan a correr un rato con nosotros. Correteamos por las calles de Cangas, algunos paseantes ¿? ya andan tan tempano. Nos adelantan nuestros amigos en el coche y antes de que nos puedan hacer una foto les damos esquinazo comenzando la subida. ¡¡Por fin!!. El trayecto tantas veces pensado, imaginado, recorrido, cobra forma y realidad y disfruto, disfruto de vivir ese momento único e irrepetible de poder hacerlo junto a ellos, mis amigos. Este verano, dentro de unas semanas, cuando repita esos km que llegan hasta el Acebo los rumiaré una y mil veces. Las viñas, la huerta, los tramos entre praos y pinos, así hasta el alto del Acebo. Donde podemos disfrutar de las primeras vistas recogidas por los móviles. Jirones de nubes dispersas entre un reguero de valles y cimas.
Para mi ahí comenzaba la verdadera CUT, lo anterior es como el patio de mi casa. Nos dejamos caer correteando alegres un breve tramo de asfalto mojado de unos 3km para adentrarnos definitivamente en el GR 203. Mi emoción iba en aumento al sentir viva la aventura aunque por desgracia mi garganta no me permitiera ya no jalear a mis compañeros, sino apenas cambiar impresiones con ellos. Pequeña duda al llegar al manantial donde di la vuelta en mi primera incursión en la zona, años atrás, aquella que me encandiló y comenzó a labrar mi sueño. Tramo de ramas de brezo y cañizo rosado que húmedas nos enfrían primero las piernas y luego nos atizan a modo de látigos implacables. Así llegamos a la zona más épica El Rabo del Asno por su altitud y por la ventisca que nos castigó durante unos minutos que nos hizo temernos algo peor. Antes de hacer cumbre dos maravillosas salamandras se movían lentamente por el frio remontando por el camino. Curiosamente algunas de nuestras zapatillas utilizan sus mismos colores y resultaron unas fotos más que curiosas.
Desde ese punto hasta Leitariegos todo era novedoso para mi, al igual que para el resto de mis compañeros. Afortunadamente Fernando nos guio perfectamente con mapa y los tracks (gracias José Piélago) que se cargó en el garmin. Apenas tuvimos un par de dudas que no nos desviaron más de 10 metros a lo sumo. Ago extremadamente importante en una zona desconocida y rodeados como estábamos de niebla. De niebla y de cañizo rosado que cuando abrían las nubes nos mostraban laderas esplendorosas. Rodeamos todo el circo que tiene a Genestoso a sus pies, algo que supusimos ya que por desgracia esta parte del trayecto las nubes no nos dejaron contemplar nada por debajo de nuestra cota. Ya que, el recorrido discurría en una cota más o menos constante durante un puñado de km que nos permitió correr bastante y ganar tiempo. Aparecieron robledales hasta que después de un leve ascenso acabamos en una zona de lagunas y neveros preciosa. Tuvimos que atravesar varios tramos de nieve con prudencia y cuando Alberto y yo nos disponíamos a tirarnos por una chimenea preciosa de bajada el camino nos llevaba de nuevo a las cumbres.
Un terreno algo deprimente por encontrarse quemado, algo que nos encontramos en varios tramos y que debe ser habitual para la obtención de pastos para el ganado. Por contra nos llevo a la zona más montañera del recorrido y la que personalmente más me gusto. Pequeños lagos, neveros y un cresterio con algunos cortados bonitos que en parte me recordo al tramo del Aitxuri en Zegama . A partir de ese momento el cielo fue abriendo y se fue mostrando en toda su inmensidad los valles y montes que nos rodeaban, igual que algunos rebecos veloces que escaparon a nuestra presencia. Tras una zona en que atravesamos vegetación alta y monte través, sin senda aparente encontramos de nuevo el GR y pasamos a disfrutar de verdes valles anegados del agua que el deshielo había dejado a nuestros pies. Precioso este tramo donde fuimos alternando carrera a la orilla de los regueros de agua con duras subidas verticales para coronar y volver de nuevo a descender un nuevo valle. Para cuando quisimos darnos cuenta estábamos llegando a las inmediaciones del puerto que aunque no se veía en ningún momento se adivinaba por el cambio de paisaje. Ya sólo quedaba dejarse caer y encontrarse con nuestros queridos compañeros.
La llegada al puerto fue apoteósica, por el encuentro con los amigos, por lo que significaba: la mitad del camino hecho y, por uno de los mejors avituallamientos que han disfrutado nuestros estómagos. ¡Gracias tios!. Cocacola fresquita y reparadora (fundamental para mi en las ultras desde el GTP), bocatas de jamón y tomate, palmeras de chocolate... 30' de relajación, cambio de calcetines, de zapas y de nuevo a la brecha en la búsqueda definitiva de nuestros amigos. Esta vez para vestidos de corto vivir el camino junto a nosotros.
Esta vez sí pudimos evitar a los mastines en brañas. Vamos, más que evitarlos nosotros, nos evitaron ellos al ser más numeroso el grupo, pero labrar e incordiar lo hicieron nuevamente. Aunque fueran de "peluche". Risas con Fernando y cogemos el camino bueno por fin. Todo este tramo resultó bastante corrible ya que la tendencia era a perder altura ya que discurre por la ladera del valle, paralelo al rio Naviego, además la sucesión de pequeñas poblaciones se sucede lo que hace que no termináramos de encontrar un lugar amplio y abierto donde descansar, tipo fuente o manantial por ejemplo. Algo que probablemente y como ha comentado Mikel mermara las fuerzas de algunos de nosotros. Eso, y el saber que nuestros otros 3 amigos nos esperaban hizo que ya sólo pensaramos en llegar al puente sobre el rio. Punto donde nos juntaríamos los 9, finalizaría la bajada y comenzaría una dura ascensión de unos 700 mts de desnivel en 3.5 km aproximadamente.
El tiempo que llevaban ellos esperando (casi una hora) y verles encogidos por el frio provocó que la parada fuera mínima. Un pequeño bocado, un buen trago de agua, desplegar los bastones para ayudarme en la subida y partimos. Chema se puso de inicio a marcar el ritmo y creo que ya no dejo de hacerlo hasta la braña. Los demás comenzamos más tranquilos, afrontando esas primeras y duras rampas con prudencia para calibrar en que estado se encontraban nuestras piernas y nuestras fuerzas después de 11 horas desde que comenzamos. Esas zetas fueron poniendo a cada uno en su sitio. Algunos frescos tiraron para arriba con solvencia. Otros contemporizamos para minimizar las pérdidas. Otros, por desgracias pagaron un peaje sorpresivo y demasiado elevado que resquebrajó la más ferrea voluntad de un bendito cabezón. 20 km desconocidos y una ristra de minutos por delante o los poco más de 3 que regresaban al vehículo.
Momentos así no son nada agradables de vivir. La imagen de Luis sentado con la cara entre las manos, al descubierto en una piedra bajo los copos que nos volvían a castigar y que nos tenían a todos pegados a la pared de un cobertizo para el ganado. La sensación de impotencia, de rabia y el propio instinto de supervivencia, el sentido común y el sin sentido en lucha.... Todo lo que apenas 60' antes era un panorama prometedor y feliz se tornaba en un hecho lamentable que nos sumiría en unos minutos de honda tristeza y que lastraría el ánimo en el resto del camino a parte de la expedición.
No podía ser de otra manera que Alex una vez más, sin un atisbo de duda, ni un rictus de contratiempo en su semblante fuera el que se ofreciera para acompañar a Luis de regreso al coche. Pero Luis sacrificó su tozudez que le hubiera llevado a Cangas en aras del grupo. Estoy convencido, aunque puedo equivocarme, de que en otras circunstancias hubiera pedido tiempo, hubiera recuperado la verborrea, las fuerzas, y hubiera continuado.
Una cómoda bajada salpicada de charcos nos dejó en la Magdalena a las 19:30 de la tarde, es decir, con todavía 2 horas y media de luz por delante. En esas circunstancias realmente ya saboreaba la finalización del reto. Una ancha pista que ascendía levemente en algún tramo y que llaneaba en otros nos permitía alternar la carrera con el paso rápido. Y los kilómetros se fueron sucendiendo hasta que coronamos el último vértice geódesico primero y despúes las casetas y antenas de un pequeño repetidor. Durante ese tramo disfruté de la compañía alterna de cada uno de los compañeros que me rodeaban. Ahora abriendo cabeza, ahora cerrando el pelotón. A partir de ese repetidor bajada sin descanso. Leve parada en la ermita de San Gervasio para tomar unas pasas que me aportaron la energía y azucar necesario para mis músculos ¡¡y a corretear!! con un Chema pletórico al que pocas veces le he visto bajar con semejante soltura y confianza. Mikel se quedaba sospechosamente atrás, me diría poco después que por unas leves molestías que llevaba en las piernas aunque el dolor principal lo llevaba en el alma desde el abandono de Luis y Alex.
Carlos disfrutó mucho de todo este tramo a su ritmo, cogiendo moral de cara a lo que le espera en julio. Y Rafa no para un momento de preguntar, exclamar, fotogracíar, adelantarse, retrasarse, como un niño juguetón que no quiere perder detalle y que no se agota nunca.
La pendiente se hace mayor y es inevitable correr más que caminar. La noche se nos aproxima y queda nada, 3, dos un kilómetro apenas. Las luces de Cangas empiezan a mostrarse entre los castaños y alisos. Llegamos al momento cumbre, se acaba la pista, comienza el hormigón, las primeras casas, los ladridos de los perros, el barrio del Cascarín asombrado nos recibe. Sujetamos el paso, una, dos, mil veces. Queremos entrar juntos, queremos disfrutar lo que queda, queremos saborear esos metros finales. Finaliza el hormigón. Aparecen las piedras del adoquinado romano, el puente a 30, 20 metros y dos Grandes personas cámara en mano con una pancarta y la nevera llena de cervezas y refrescos fresquitos... nos miramos unos a otros, ¡hemos llegado!. Toco el punto álgido del puente, a modo de vértice. El que separa una vertiente de la otra, el que limita el sueño de la realidad conseguida. Nos abrazamos, algunos se sientan, otros llaman inmediatamente a sus seres queridos, oigo palabras, adivino lágrimas. Mi vista se nubla y se pierde aguas arriba remontando todo aquello que acabo de vivir. Buscando su nacimiento. montaña arriba, tiempo atrás.
La CUT 2012 ha finalizado... ¡¡Viva la CUT 2013!!.

Fotos cortesía de mis fabulosos amigos.

28 de mayo de 2012

Futuro...


Esta es una entrada clásica post desafío superado. Tras meses de preparación, tras los nervios de ver como se acerca el día de luchar contra el objetivo propuesto, tras el éxito, o fracaso, en la batalla final, el mayor de los vacíos se cierne sobre ti.

Este año se ve esta sensación agravada por un par de pequeñas pero puñeteras lesiones, mi ya clásica tendinitis en la rodilla derecha y un pequeño ganglión en el tobillo, también el derecho, que duele como un condenado cada vez que apoyo el pie.

Estas dos circunstancias hacen que haya sido fácil tomar la decisión de parar un poco y dejar que el cuerpo descanse unos días.

En lo que no cejaremos es en la búsqueda de futuros objetivos, de momento, a vuelapluma, os cuento unos cuantos:

  • Pomponero en GTP 2012: Me hace especial ilusión, siempre he disfrutado y soñado con la presencia de mis compañeros en los momentos complicados de un ultra, esta vez me toca a mí dar ese apoyo, ese aliento, que tan bien puede venir.

  • Nuevas rutas en la Sierra: Encontrar, recorrer y disfrutar de nuevas rutas en nuestra Sierra, alejándonos temporalmente de las grandes clásicas (léase Cabrillas, jeje). Salidas dominicales de entre 20 y 30 kilómetros sin pretensiones en cuanto a tiempos y entrenamientos.

  • CUT 2013… No quiero dejar esta carrera en el olvido, mi propuesta para el año que viene es visitar Cataluña ahora que tenemos buenos contactos por la zona. Los recorridos de Carros de Foc o Cavalls del Vent me llaman sin descanso.



  

Las Fotos de la CUT

Fotos de Mikel, RafaGT, Chema y Lluvio


Y unas cuantas fotos más, de Luis.

24 de mayo de 2012

Mi CUT 2012. Preambulo.

Son las 22:09 de la noche y las aguas del río Naviego se entregan  al cauce del Narcea. Desde este lugar privilegiado en que me encuentro, el puente de Ambasaguas, soy testigo de ello. Mi vista se nubla y se pierde aguas arriba remontando todo aquello que acabo de vivir. Buscando su nacimiento. montaña arriba, tiempo atrás.
Aquella mañana donde tomando un café después de un entreno lancé a mis amigos mi locura. La primera y mágica tarde donde los mosqueteros nos juntamos por primera vez para lanzar el proyecto,  poniendo fecha, mirando mapas, pensando posibilidades. El entreno de la Barranca donde Mikel me comentó la idea de disponer de una banda sonora propia. La de la presentación oficial con el fabuloso trabajo que hizo Mikel y todos los Locos expectantes. La presencia sorpresiva de Justo con todo su afán por participar. El intercambio de correos. El contacto con José Peláez para que nos ayudara con los tracks y sin cuya aportación hubiera sido mucho más difícil. Esa ligera caída de ánimos que acompañaban las noticias económicas del día a día que nos arrastró durante algún momento. La recomposición del recorrido por motivos de permisos. La nieve por las rodillas siguiendo a Fernan camino de la Magdalena supervisando ese tramo. La elaboración del logo. Y mas correos con comentarios, bromas y dudas. La niebla bajando Leitariegos en la noche. Las gotas de lluvia sonando en los tejadillos mientras termino de desayunar y preparo la mochila. El encuentro con mis amigos en “perfecto estado de revista” para iniciar la aventura. El ansiado momento de la partida. Tres que ya me faltan cuando llegamos al Ayuntamiento. Las viñas de las Escolinas. La huerta de la Abuela. El desvío de la Grispal. Las primeras cobaltas. Vegalapiedra. El Acebo y su Santina. La niebla que abre y cierra paisajes. El pueblín de Castil del Mouro. La senda hacia Rabo de Asno. Salamandras y nieve. Manos heladas y ventisqueros . Latigazos vegetales en nuestras piernas. El circo invisible de Genestoso debido a la niebla. La maravillosa sorpresa de lagunas y neveros. Sorprendente paisaje alpino, cresterías y cortados, valles y prados a nuestros pies y jirones de niebla que se desgarran contra la piedra mostrando su naturaleza salvaje. Seguridad al ver como se maneja Fernando con el garmin y los mapas. La cara de niño de un grandullón que disfruta cada tramo. El encuentro con el resto de nuestros amigos. La adrenalina que se dispara. Todo va bien, esto sale bien. Mastines de “peluche” . Aldeas y estrechos senderos que se suceden sin tregua. ¡Ortigéme!. El puente del agrupamiento. La felicidad de los nuevos compañeros. Las pausas de Luis. El valor de Luis. La entrega de Luis. De nuevo los copos de nieve. ¡Todos contra la pared!. Nudo en la garganta. Sentida renuncia. Impotencia. Y de nuevo a correr. Pista a la Magdalena. Paisano fotógrafo. Osos esquivos. Aguiluchos al sprint después de 70 km. Alegría y penar. La aventura se acaba. La corriente nos arrastra al final. Cangas y desembocamos en Ambasaguas donde volvemos a ser nueve.  Y nos entregamos a emociones y sentimientos personales y compartidos.  Donde euforia y lágrimas se abrazan en nuestros brazos, en nuestros rostros y en nuestros corazones.
Por días así merece siempre la pena levantarse y caminar. Con vosotros al lado desde luego. Gracias amigos.

21 de mayo de 2012

Cut 2012: una entrada un poco moñas

La CUT no es solo una carrera ultra, la CUT es mucho más… y por ello estoy convencido de que en un futuro no pensaré en ella en términos de recorrido, cansancio o climatología, lo que ha hecho muy grande la CUT es un grupo de la que estoy orgulloso de formar parte, un grupo que me hace gritar con satisfacción: !Estos son mis amigos!



  Álex: Excepto por la barba no ha cambiado desde que iba con pañales y se le caían los mocos, creo que incluso pesa lo mismo. Siempre dicen de él que es bueno y de nuevo lo ha vuelto a demostrar, su gesto al abandonar la carrera para acompañar a su hermano en la vuelta atrás no hace más que confirmar su grandeza. Te deseo toda la suerte del mundo para ese TP60 que afrontarás el mes que viene, espero poder ayudarte. ¡Entrena!

  Carlos: Otro tío muy grande, en todos los sentidos. Su trabajo con Álex y con Chema hizo que nos fuera posible completar la carrera, esos bocadillos de jamón con tomate pasarán a la historia. Su compañía en los últimos kilómetros me animó a seguir adelante sin que la duda pasara por mi mente. Es un ejemplo, un bastón en el que apoyarse, pero en el GT60 te toca ser el protagonista… y allí estaré para ayudar en lo que sea menester. ¡Suerte!

  Chema: El tercer mosquetero, por orden alfabético. Tesón, esfuerzo y sacrificio. Trabaja duro y es un ejemplo para todos. Esta vez, a todo ese trabajo por el bien de los demás, le ha unido unos últimos 26 kilómetros donde ha demostrado toda su fuerza, con una subida a la Magdalena de las de quitarse el sombrero y una valentía desconocida a la hora de bajar y tirar de un grupo. Eres grande, el GT60 te va a saber a poco… ¡Aúpa!

   ElhermanoDAlex: Y el mío… si esto no lo leyera nadie diría que tiene los huevos más gordos que el caballo de Espartero, pero lo dejaré, para no parecer soez, en que es un hombre valiente. Valiente para afrontar un desafío que pudiéramos pensar le viene grande, valiente para saber abandonar cuando pensamos que casi está logrado. Siempre es protagonista de los momentos divertidos, a pesar de ello, sus bromas y chanzas no logran evitar que descubramos su gran sensibilidad. Eres grande amigo, y espero que mantengas tu método de entrenamiento durante muchos años, será la única forma de poder seguirte…

  Fernan130: Fernan, Biri, Biritxo… y ahora Mimosín. El abuelo. Fuerte, duro, incombustible, invencible. Aquel que todo lo aguanta con una gran sonrisa bajo su característico bigote, ¡y vive Dios que aguanta! Su experiencia en la montaña y en la vida hace de él un líder natural entre los Locos, firme en sus convicciones y abierto siempre al diálogo y la negociación. Ahora además ganas carreras, te tocará escuchar ese… de mayor quiero ser como tú.

   Lluvio: Otro pequeñajo que se mueve como pez en el agua en todos los terrenos, aquel que nos mata de la envidia por su fuerza y ánimo. Aquel que después de 15 horas de carrera se marca un sprint para hacerse una foto subido a un vértice geodésico, esta CUT no le ha supuesto más que un entrenamiento dominguero en la que a diferencia del GTP o la Madrid-Segovia, no le he visto un solo momento de debilidad o duda. Sube con fuerza y baja como nadie, un auténtico crack. Estaré contigo en el GTP, lo que no sé es si podré seguirte.

  Prisillas: Si Biri es el líder natural de este grupo de Locos, Prisillas es el líder espiritual, aquel que tira del grupo hacia nuevas metas. Suyo es el sueño de la CUT y suyo el trabajo principal y el mérito de que saliera adelante. Un megasuperviviente de los que quedan pocos, un referente en las carreras por monte, un maestro del que no dejar de aprender. Gracias por todo amigo, solo espero que en la CUT del 2013 estés más tranquilo y relajado, que te quites la presión de encima y disfrutes tanto como lo hemos hecho el resto. Gracias.

  RafaGT: La alegría del novato, el brillo en los ojos del que descubre algo nuevo. Sabía que era fuerte pero reconozco que me ha sorprendido hasta que punto ha llegado a serlo. Sin dudas, sin atisbos de debilidad, cauto y empapándose de la sapiencia de los dos maestros, incluso pidiendo consejos y escuchando a aquellos que estamos muy lejos de sus posibilidades. He visto muchas cosas en ti, todas buenas. Tu ilusión y el amor por los tuyos es lo que más me ha marcado. Esta ha sido la primera de muchas, enhorabuena finisher.


Aran: La décima integrante de este equipo ha sido Arantxa, aquella que siempre aparece cuando menos te la esperas, sea en un banco de Rascafría o junto a una cancela en La Barranca, la que se pasa un día entero preparando una maravillosa tarta y no deja de sonreír a pesar de lo pesados que podemos llegar a ser. Gracias Aran.

No quiero olvidar tampoco a dos de los locos originales, Pepedespacio y Ppong, que por circunstancias no han podido acompañarnos en esta aventura. Espero que pronto podamos vernos juntos en una de estas, sufriendo y disfrutando del monte y los kilómetros.

CUT 2012: Esto pica "parriba"


 Resulta difícil, por no decir imposible, condensar casi 16 horas en unas pocas líneas. Más si cabe en una “carrera” completamente atípica en la que había que dejar todo bien atado desde mucho antes de la salida, han sido meses de preparación, tanto física como de organización de cosas grandes o pequeñas, recorridos y avituallamientos, tracks y perfiles, camisetas y logos… al final todo es importante y contribuye a hacer de la CUT algo muy grande.

 Y por ser muy grande hay que empezar dando gracias, primero y más importante, al señor Prisillas, el que un día soñó y luchó por ver su sueño realizado, su ilusión nos hizo trabajar por esta carrera y nos llevó a los montes asturianos, ¡gracias!

 Gracias también a todos los que nos han apoyado, a los amigos que nos animaban a llevar esta locura a cabo, a las familias que nos han dado el permiso correspondiente, a “la Collá propinde”, que nos dejó utilizar su música para hacer los vídeos de presentación, a GR10Trail, que como siempre nos ha tratado de maravilla, a la gente que desde Asturias nos marcó los caminos a seguir, a los osos que no nos han atacado…

 Y vamos al lío…



 Tras un larguísimo viaje y pocas horas de sueño el despertador inmisericorde nos da a entender que debemos salir de la cama, tras una ducha rápida y un maravilloso y riquísimo croissant que más tarde será protagonista de los últimos kilómetros nos dirigimos en coche hasta el puente de Cangas del Narcea, inicio y final de esta aventura. Son las seis y veinte de la mañana y seis locos comienzan a recorrer las silenciosas calles de Cangas, como no, siempre hacia arriba. Álex, Carlos y Chema quedan atrás para preparar el avituallamiento de Leitariegos.

 Los primeros kilómetros, a pesar de la pendiente positiva, pasan rápido entre bromas, trotes y andares, descubrimos sorprendidos lo bien que se dan las cobaltas por esta zona y casi sin darnos cuenta nos plantamos en el alto del Acebo. Una bajada cómoda nos lleva a los pies del Rabo del Asno, donde hay que empezar a usar los navegadores para no perdernos. Es una lástima comprobar como el fuego a dado buena cuenta de muchas de las laderas del monte, al fondo, y en ocasiones, entre la niebla, podemos divisar el fondo del valle, lo que nos da una buena perspectiva de lo que llevamos y lo que nos falta.

 En un momento determinado el fuego perdió su batalla y miles de arbustos de flores rosas cercan la vereda por la que avanzamos,  están mojados y enfrían nuestras piernas, dejándolas a merced de los latigazos que sufren con las ramas que cruzan el camino, el ruido de los pájaros cambia por una serie de gritos de dolor a lo largo de la hilera de locos… Mientras tanto, empieza a nevar, las salamandras corren a esconderse y la cima se acerca, la nieve empieza a cubrir el camino, las manos dejan de responder ante el frío mientras los guantes  aguardan en un cajón de mi casa en Villalba…

 Tras una pelea con una tableta de chocolate en la que varios locos fueron vencidos se inicia un descenso hasta las lindes de Genestoso, después llega una zona llana donde podemos correr durante varios kilómetros que nos lleva hasta el punto más bonito y montañero de la ruta. Sendas, prados, pequeños lagos y neveros, subidas duras a machete y pasos de altura entre piedras. En ocasiones la niebla se levanta dejándonos admirar maravillosos paisajes llenos de verde y agua, pero todo tiene su final, y entre pequeños árboles o grandes arbustos, descendemos y encontramos un camino que nos lleva a un precioso valle donde las vacas reinan en sus praderías y miran curiosas como unos cuantos zumbados bajan corriendo entre ramas y barro.

 Termina el valle con una durísima subida antes del puerto de Leitariegos, donde nos esperan nuestros amigos con el mejor avituallamiento que haya disfrutado, bocadillos de jamón con tomate, coca-colas, palmeras de chocolate…

 De allí hasta Rubial, dónde empezaremos a subir hasta la ermita de la Magdalena, el camino se hace más difícil de seguir porque la primera opción del recorrido se tuvo que cambiar para no pasar por los dominios del oso, protegidos por estar estos pequeños animalitos en celo. La alternativa no estaba tan clara como el recorrido original y el aumento del kilometraje previsto en esta zona y el pensar que nuestros compañeros nos estaban esperando para unirse a nosotros nos hizo cometer lo que creo fue el mayor error de toda la carrera. No paramos nada, y debido a que el camino era más o menos cómodo para correr casi no andamos tampoco, de forma que la alimentación en esas casi tres horas brilló por su ausencia, acabando con las fuerzas de unos y tocando las piernas de otros. Lo peor que se puede hacer en un ultra es ajustarse a un horario, y sin saber todavía el motivo, caímos como novatos en este error que a la postre supuso que la carrera no fuera un éxito absoluto.

 Porque tras unirnos a nuestros compañeros, ya cansados de esperar a las faldas de la Magdalena, comenzamos su durísima subida de tres kilómetros y medio de dura pendiente sin un solo descanso sin haber parado a descansar un poco ni comido bien, llegando a la cima ElhermanoDAlex tuvo que renunciar a seguir adelante, Álex se ofreció a acompañarle al coche, su sueño había terminado.

 El cansancio acumulado y la decepción por el abandono de Luis hicieron que en los últimos veinte kilómetros me dejara llevar por la inercia, sin más ambición que terminar de la manera más digna posible e intentando no retrasar en demasía a mis compañeros de viaje. Intentando disfrutar de los paisajes que nos ofrecía la ausencia de aquella niebla que tanto nos había acompañado y de la compañía de unos y otros los kilómetros pasaban sin dificultad. Sin llegar a hacerse de noche, una última e incisa bajada nos lleva de nuevo al puente en el que todo había comenzado hacía ya dieciséis horas, el objetivo estaba cumplido… al noventa por ciento.

 Han pasado ya dos días, la recuperación ha sido buena, aunque queda un ligero dolor en la rodilla que no me ha impedido correr hoy cinco kilómetros para estirar las piernas, sin darme cuenta he empezado a pensar en la siguiente…

Pd: Es una visión muy general de la CUT en la echareis cosas de menos, aquí falta algo, lo más importante, una segunda parte que será contada en breve… cada loco merece un espacio y un tiempo… y lo tendrán.

19 de mayo de 2012

CUT 2012 - Cangas del Narcea

19 de mayo de 2012

6:15h Encuentro y foto en el bonito puente romano.

7:10h Primera noticias de los Locos  a su paso por el Km 5

7:36h Primer aguilucho de día en el Santuario del Acebo.

12:20h Km 31 Todo marcha según lo previsto.

14:30h Los Locos llegan a Leitariegos, disfrutan del avituallamiento.

15:00h Saliendo de Leitariegos.

17:30h El equipo B se incorpora a CUT. Menuda subida. 800m de altura en 3,5km.

19:10h Luis Angel, estenuado, decide inteligentemente dar fin a su CUT. Alex decide acompañarle al coche.

19:30h Hermita de la Magdalena

22:15h Entrada triunfal en Cangas y llegada a puente romano. Impresionante recibimiento de Luis y Alex con la nevera cargadita de cervecitas y coca colas fresquitas.

continuará...






17 de mayo de 2012

Y llegó el momento.

"Ezequiel vio la rueda" (algunos recordarán una serie que en mi juventud comenzaba así) y yo hace un buen puñado de meses me imaginé, vi, a un grupo de amigos afrontando un reto formidable.
La cosa no era otra que la de coincidir todos en una fecha elegida para disfrutar de una ruta exigente y disfrutar de los paisajes, del esfuerzo, del compañerismo, de la amistad.... partiendo de una experiencia inolvidable y similar vivida por mi hace unos años. Con sus particulares matices.
Pero la verdad es que el verdadero reto en si es sacarlo adelante, vencer la indolencia, el conformismo o el desánimo. Estar hoy a poco más de 17 horas de que comience la aventura con el propio viaje como punto de partida me llena de orgullo. Por la acogida al proyecto. Por el trabajo realizado en diseño de logos, mapas, entrenos, etc por todos vosotros y personalmente, por haber sido capaz de transmitir en ocasiones el empujoncito necesario para relanzar las ilusiones.
A partir de mañana vamos a vivir un puñado de horas mágicas, con mejores y peores momentos. Con cansancio, con climatología adversa o benigna. En muchos momentos miraremos para nuestros adentros y saborearemos cada gota salada de sudor de forma íntima. En otros mirarémos al lado y encontraremos alguien con quien merece la pena pasarlo bien y pasarlo mal. Y nos emocionará.
Ahora sólo queda disfrutar. No esperar nada, sólo vivir cada momento, adaptarse a lo que la naturaleza y las circunstancias nos traigan. El trabajo, que es llegar hasta aquí esta hecho.
Sois grandes. 
Nuestra aventura nos espera.

13 de mayo de 2012

Hoy no es un entreno más.

De lo que se pensaba un sencillo entreno se ha convertido en una preciosa ruta con unos compañeros de lujo acompañado por un tiempo excelente para disfrutar por la montaña.

Desde el parking de la Dehesa de Villalba (en frente del tanatorio) no dirigimos al parking de la Barranca Alberto (Lluvio), Dioni y yo con intención de encontrarnos con Rafa (RafaGT). Éste último se incorpora al entreno después de una excelente carrera en la vuelta a la Jarosa disputada el día anterior y quedando entre los primeros de carrera.
Gonchu, RafaGT, Lluvio y Dioni en Maliciosa.
Gonchu, Rafa, Lluvio y Dioni.
Después de las merecidas felicitaciones a Rafa en el parking de la Barranca y comprobar que está casi mas entero que nosotros y sin molestias comenzamos el ascenso dejando a un lado el Embalse del pueblo de Navacerrada y el embalse del ejercito del aire pasando por el Parque de aventura de pino a pino.
El clima es fresco y no muy frío, el monte está verde y la vida despierta poco a poco entre las rocas dejando asomar la escondida vida que no se muestra durante el invierno para disfrutar su belleza de la primavera a cada paso que vamos dando por un camino cobijado entre altos pinos y excelente compañía.

Rafa GT
RafaGT
Intentamos localizar el camino marcado (PR M 26) saltando un arroyo con bastante caudal que arrastra vida monte abajo y entre risas, comentarios y alguna burrada de las nuestras alcanzamos la senda de Alakan llegando a la Fuente de la Campanilla donde nos encontramos con un colega del club Tierra Trágame que se refrescaba para hacer nuestro mismo camino.
Fuente de la Campanilla
Fuente de la Campanilla.

Charlamos y nos despedimos, tomamos dirección del Km vertical por la vertiente del Regajo del Pez mostrándonos a continuación una pequeña senda de rocas sueltas que asciende duramente y comienza a albergar piedras que aumentan su tamaño según ascendemos haciendo una dura ruta de subida. Pierdo de vista por un momento a Rafa y Alberto que suben fuerte pero continúo mi ascenso constante controlando que Dioni no se desmarque mucho atrás ya que éste jabato entrena resfriado y con parte de la Pedriza ayer en sus patas.
Entre roca y roca compruebo que desde los Riscos de la Malicosa nos divisan expectantes un grupo de cabras montesas con fuertes cornamentas. Intentaré que mi ascenso sea digno y les dedico una subida con zancada amplia y segura. Me veo bien.
Alcanzamos el Collado del Piornal y nos tiramos unas merecidas fotos, unas risas y un poco de recuperación.
Gonchu culminando Maliciosa.
Gonchu culminando la Maliciosa.
Decidimos subir a la Maliciosa ya que la tenemos prácticamente a tiro, y entre un agradecido viento fresco me coloco el Buff al cuello para evitar algún resfriado. Alcanzamos relativamente pronto los 2.227m de la Maliciosa y en el punto geodésico tiramos fotos y dedicamos un tiempo para observar las preciosas vistas que nos muestra este pico.

Emprendemos la marcha dirección Bola, con una rápida y cuidadosa bajada controlando las picudas piedras que se muestran discretas y a su vez amenazantes en el blando terreno que tenemos por los días de nieve pasados. La subida se observa dura pero "disfrutona", me veo bien y asciendo sin prácticamente echar a andar observando a Alberto y Rafa mas o menos de cerca. Culminamos Bola del Mundo (Alto de la Guarramillas) en sus más que respetables 2.265m con buenas sensaciones y una temperatura de lujo, comprobando que la nieve caída hace pocas semanas ha desaparecido casi en su totalidad.

Lluvio, Dioni, Gonchu y RafaGT (izq a der).
En Bola del Mundo.
Decidimos bajar por la calzada donde asciende la vuelta ciclista controlando no exceder el ritmo ya que machacar las "patas" en exceso podría ser un error después. Nos desviamos por el descenso del Ventisquero de la Estrada bajando vertiginosamente para alcanzar rápidamente la senda de la Tubería.
Comprobamos que Dioni se comporta, pero va sufriendo y pienso que bajar el ritmo será adecuado para que no acabe muy jodido y dejo a Alberto y Rafa que desciendan sin seguir "algo" de su fugaz rebufo de bajada.
Por las Cabrillas la humedad es considerable y compruebo que prácticamente me he "pimplado" el agua (pienso en alto en nuestros compañeros Fernan, Mikel y Luis que andaban por Sierra de Hoyo deseando que el calor no les estuviese castigado mucho). Agradecemos las zonas sombreadas, ya que estas zonas almacenan un escaso "frescor" creando un microclima que saboreamos en milésimas de segundo esperando al siguiente para que el calor no nos castigue lo mas mínimo por esta preciosa senda de la Tubería.
He perdido de vista a Rafa y Lluvio y evito no resbalar con la oxidada tubería y roca suelta, y a lo largo del camino comprobamos que los domingueros nos observan con caras de asombro como si de monos naranjas nos tratásemos, y el tráfico humano (escaso en otras épocas del año) y algún que otro ciclista con la bici a cuestas nos saluda sin mucha fuerza en su voz.
Sufriendo un poco comprobamos que los de cabeza están disfrutando de las preciosas vistas del Mirador de las Canchas charlando con los numerosos paseantes que aprovechan el descanso en esta zona (les falta un daiquiri en la mano). Tengo que beber y me ofrecen mis compañeros amablemente con su escaso agua pero es necesario ya que tengo mucha sed, éste será seguro el último trago hasta finalizar.
El calor aumenta según bajamos, pero al desviarnos por el Camino Ortiz disfrutamos de las sobras que los altos pinos nos ofrecen. Las piernas ya van doliendo y el estar casi una semana parado por un proceso vírico se nota, sudo la "carbonilla" y Dioni aguanta mi ritmo como un jabato.
Cada vez hay mas gente haciendo trekking y alucinamos con tanto personal que comienza la ruta a estas tardías horas para nosotros, y entre saludo y saludo y esquivando con desconfianza algún que otro perro con el rabo levantado nos encontramos al final del camino Ortiz a Rafa y Alberto que nos esperan aplaudiendo y animándonos (que grandes, se agradece, ¡ les faltan los pompones ! :-).
Ya desde aquí corremos juntos para finalizar la ruta hacia el parking de la Barranca comentando y proyectando en nuestras mentes la rica cerveza que nos espera cuando lleguemos a casa.

El parking esta lleno y observo mi garmin; "02:13:00", tranquilo y bien, !Esta ruta ha sido preciosa!
Saco buenas conclusiones y preciosos fotogramas grabados en mi memoria y algunos en mi móvil con cámara.
Nos despedimos del enorme y fortísimo Rafa y emprendemos la bajada (ya en coche) alejándonos de un entorno que hoy me ha conquistado y que creo que hemos sabido disfrutar.

Volveré, te lo aseguro y si puede ser con mas compañeros, y sino es así nunca olvidaré el día de hoy.


8 de mayo de 2012

Y por fin, la mitad del CUT

Tras dos semanas de competición, ahora tocaba disfrutar de un ‘paseo’ por el monte.

¡Qué mejor compañía que Prisillas, mi sempiterno camarada!

¡Qué mejor lugar, la tierra asturiana en plena primavera!

Marisa nos ha hecho un gran favor y nos ha subido al puerto de Leitariegos, una larga y sinuosa serpiente de asfalto que divide dos mundos: la extrema Castilla y la lluviosa vertiente asturiana.

Las lluvias del día anterior, como me temía, eran una copiosa nevada que supondría un doble esfuerzo: el de seguir un camino que se había convertido en un manto blanco indescifrable y el correr, más bien andar, sobre una mediana capa de de nieve.

Hace fresquito de invierno de modo que no sé si a mi primer error (me he dejado la comida en casa y tendré que ‘tirar’ sólo con dulce), sumaré un segundo porque he elegido manga corta, chaleco y manguitos, insuficiente para quitarme el frío.

A mis inicios, siempre duros hasta que el cuerpo se va acostumbrando, tengo que añadir el sobreesfuerzo de caminar o correr por nieve virgen. La magia de los copos desaparece pasado un tiempo con el vigor y el sacrificio.

Pronto alcanzamos la carretera y llegamos a Brañas de Arriba, el pueblo por donde la cruzaremos y enlazaremos con un camino que nos llevará paralelos al río hasta que lo crucemos. Nuevos problemas: al atravesar el pueblo nos salen dos mastines y nos obligan a retroceder. Pierdo los papeles porque ya son tres ataques de mastines en menos de un año. El último fue tan traumatizante (pasamos cerca de un rebaño y se nos tiraron diez) que no consigo conservar la calma delante de ellos. Prisi me pide tranquilidad pero no le escucho y me lío a tirar piedras como un poseso. Volvemos por nuestros pasos y los próximos kilómetros serán ya de carretera. Todo no es malo porque ahora puedo apreciar en toda su extensión la belleza de este largo valle.

Por algún lugar leí hace tiempo que los esquimales eran capaces de nombrar más de doscientas clases de nieve, según sus características. Al ver tal gama de verdes, me parecía increíble que en zonas como ésta no se hubiera llegado a la misma discriminación léxica: cada parcela, cada sembrado, los distintos árboles, los musgos, las zarzas,… cada uno tiene su propia y singular tonalidad. Todo ello suavizado por la tardía primavera. Un espectáculo impresionante. Poco más adelante y guiados por un par de paisanos, ya comenzamos a ver al fondo, muy al fondo, el río que tendremos que atravesar, sonoro y abrupto, joven e impetuoso por las nieves en pleno deshielo. El desnivel sobrecoge. Ya se distingue justo en frente la enorme pendiente que tendremos que superar una vez pasado el arroyo. Se trata de una sucesión interminable de zetas que se van ampliando cuanta más altura alcanzan. Impone pensar en cómo estarán las piernas al final de la cuesta y, mucho más, pensar en que no llevarás mucho más de catorce kilómetros hechos.

Nuevo mastín, aunque enorme menos amenazante, y comenzamos una durísima subida sin ningún tipo de descanso. A un exigente repecho le sucede otro mayor. Josema sube rápido. Parece que estamos compitiendo. Noto un tanto cargadas las piernas pero sigo con él. A media cuesta me pide que me pare para hacerme una foto. ¡Qué placer! Intento que mi corazón vuelva a un pulso acompasado lo antes posible al tiempo que observo lo rápido que hemos subido. Ya estamos muy por encima del nivel de la carretera que transcurre ahora justo frente a nosotros. Por suerte pronto llegamos a unas brañas donde la subida se atempera. Aunque ninguno de nosotros lo sabemos todavía, se trata de un punto clave porque allí nace la pista que va más directa a la ermita de la Magdalena. En lugar de seguir por esta ruta lateral optamos por subir más hasta que, llegados a una nueva bifurcación, decidimos ir a lo más alto por una dura pista con nieve hasta casi la rodilla. Doble error: a la dureza de la subida hay que añadir ahora la nevada que nos obliga no sólo a ir lentos sino a emplearnos a fondo. Tendremos que abrir huella un buen trecho. A nuestra izquierda hay otras que desconozco. He visto muchas y por el tamaño llego a pensar (lo que me confirmará al día siguiente Antonio, guarda de Muniellos) que son de oso. Sólo por este hecho, merece la pena haberse equivocado. Eso sí, al llegar arriba, Peña Cimera, somos conscientes del error aunque recuperar la pista nos cuesta poco. Ya podemos apreciar el camino que por todas las cimas nos irá llevando a Cangas. Así iremos a partir de ahora, viendo a uno y otro lado los dos valles que confluyen allí, un maravilloso y cómodo final que nos ayudará a terminar sin sobresaltos nuestro CUT. Un descanso en la pequeña pero coqueta ermita, algo de comida, un sorbo de agua, alguna foto,… No le digo nada a Prisillas pero descubro un segundo error que agrava el haberme olvidado los bocatitas: tengo bastante sed, poca agua, y las sales están mal disueltas y agravan mi deshidratación. Nos quedan más de veinte kilómetros y lo voy a pasar mal porque del pilón de la Magdalena no brota agua. De un modo u otro Josema se da cuenta de mis problemas porque me pregunta si no me gusta la ruta. Le digo que sí (¡no me va a gustar ir por estos valles tan salvajes!) pero voy tan concentrado en mi boca, cada vez más pastosa y empalagada, que no soy capaz de disfrutar del paisaje como mereciera. Con gusto me bebería lo que me queda de agua de un trago pero la dosifico hasta el final: un vaso de agua en los próximos veinte kilómetros. Voy sopesando qué me llevaré el día 19, cambiando mi estrategia y pensando en utilizar la camelback, aunque no me guste, para no tener serios problemas. No es extraño que Prisi se dé cuenta de que estoy a otras cosas. Es un 'killer' y detecta siempre en carrera cuando algo no va bien.

Estamos llegando al Pico Cuervo. Poco antes nos paramos cerca de unas lagunillas colmatadas donde se ven varias huellas. Esta vez no hay duda: son de oso. Elijo la más nítida y hago una foto. Me parece increíble que en pleno siglo XXI salgas a correr atravesando un lugar por el que varios osos han andado merodeando. Por un momento me siento trasladado a otra época y creo estar viviendo algo único, una auténtica aventura.

Es curioso pero a medida que asumes una situación esforzándote en minimizar los inconvenientes sin dejar que tus temores hagan crecer el disgusto exponencialmente, consigues hacer de la excepción la rutina y logras que las dificultades sean más llevaderas. Y eso mismo me está pasando. Avanzamos rapidísimo por una interminable pista en la que los kilómetros van cayendo ahora de forma vertiginosa. Aplico mi rutina en las largas distancias. Disminuyo al mínimo los esfuerzos pero corro siempre que sea posible. Ambos tenemos buen ritmo y eso ayuda más todavía a avanzar. Hace apenas unos metros estaba sufriendo por lo que quedaba mientras que ahora ya estamos pensando en no perdernos antes de entrar en Cangas. No sería muy distinto aunque la entrada no tendría el aire triunfal de ahora: llueve pero, como una puñalada certera, entramos en minutos de lleno en la ciudad. La gente nos mira con caras de asombro: ¿de dónde salen estos con tanto barro? Y pienso que en tres semanas seremos nueve los que podamos disfrutar de este momento con mayor asombro y más extrañeza de las gentes que se preguntarán al ver tan nutrido grupo de corredores en qué habrán gastado eso Locos sus esfuerzos.

5 de mayo de 2012

Tres semanas de infarto....


La verdad es que puedo decir sin temor a equivocarme que he vivido tres semanas muy intensas en lo que se refiere a esta afición corredora que raya casi en la vigorexia.
En tres fines de semana he competido, primero, en una carrera como la de Colmenarejo, que considero rápida para mis características y  últimos entrenamientos más montañeros; otra, la de Muniellos,  plenamente de montaña con fuertes subidas y vertiginosas bajadas; y en un maratón por los montes de Cangas de Narcea con el simple  objetivo de disfrutar de la siempre amena compañía de Prisillas.
A la primera no pensaba ir porque me encontraba en plena preparación para el CUT  y carecía de la velocidad suficiente para una carrera de diez kilómetros en la que había que correr por debajo de los cuatro minutos el kilómetro para acercarse a los primeros puestos en mi categoría. Por eso y con urgencia, intenté los días previos a Colmenarejo buscar un entrenamiento más alejado del monte y con zonas más llanas donde poder mejorar mi velocidad. Contento porque no me encontré mal a esos ritmos y con la incógnita de cómo me respondería el cuerpo el día de la carrera acudí allí con la esperanza de hacer un buen papel. Marcos me había dicho que tenía posibilidades y reconozco que me entró el gusanillo de la competición, olvidado ya hacía muchos meses y minimizado por el fiasco de no poder haber competido en Palacios del Sil.
De la carrera sólo puedo decir que sufrí muchísimo aunque no llegué a ir ‘desbocado’ en ningún momento gracias a que tomé una buena referencia en un par de corredores jóvenes con los que fui casi de principio a fin. Les recortaba en las subidas pero se me iban un poco en los llanos y las bajadas. Un hecho que me animó mucho es ver que no perdía casi ningún puesto en todo el trayecto y que en alguna ocasión se compensaban con los que íbamos pasando. Acabé tan contento que pensé que tenía alguna posibilidad de podium por lo que, a diferencia de la Marmota, decidí esperar para no quedarme sin subir al cajón. Y esperé… y esperé… y esperé… tanto que me cansé y decidí que, visto que un problema informático había retrasado todo, se me hacía tarde y tenía que volver a Villalba. Eso sí, esta vez, gracias a Jose Berrocal que se ofreció a avisarme en caso de que hiciera podium, conseguí volver a tiempo para estar allí. Incluso le perdoné al broma de decirme que había quedado cuarto lo que me hizo pensar que me estaba convirtiendo en el rey del casi tercero o casi cuarto, puestos en los que he finalizado unas cuantas carreras.
No acababa de terminar los diez kilómetros de Colmenarejo y ahora el problema era que las dós últimas semanas las había empleado en mejorar mi velocidad y la carrera de Muniellos, a la que me apunté gracias a la insistencia de Justo para que lo hiciera, era plenamente de montaña. Ésta sí era una carrera para mis características pero dudaba de si los entrenamientos cortos y veloces me restarían fuerza en las subidas y lo notaría en los kilómetros finales. Tampoco me preocupaba mucho porque pensaba que mi categoría era la de más de 45 años con lo cual tendría pocas posibilidades de acercarme a los primeros puestos. Por fin disfrutaría de un ‘paseo’. Como además era la primera carrera de montaña de mi amiga Conchita de Somiedo, llegué a pensar hacerla con ella para servirle de liebre. Tampoco se lo dije porque me conozco y en cuanto veo una cuesta el subidón de endorfinas hace que me olvide de promesas, puestos, ritmos pausados,… Mejor actuaría por sensaciones. Perdón si me alargo pero estamos hablando de monte y aquí cualquier sufrimiento (y vaya si lo hay) lo minimiza el placer verdaderamente salvaje (en el sentido de ‘primitivo’) de estar haciendo algo al alcance de unos pocos. Ver una rampa casi vertical y que no te tiemblen ni las piernas ni el ánimo, poder distinguir las mil variedades del barro y experimentar sus texturas, sentir el riesgo de bordear un precipicio sin tener tiempo de tener miedo, pasar de la lluvia al frío y de ésta a la niebla sin olvidarse del calor intenso de unos rayos de sol despistados entre tanta nube, lanzarte por taludes pedregosos y resbaladizos que ponen a prueba tus tobillos y tu sentido del equilibrio,.. Tu propio corazón desbocado e indómito poniendo a prueba tu capacidad de domino. Adrenalina en estado puro. Si a eso le añadimos que Ivan, el hijo de Justo, me confirma mi equivocación con respecto a las categorías y que existe la de VET-B de más de cincuenta años, tenemos la combinación perfecta para que decida automáticamente apuntarme a esta guerra. Y es ahora cuando comienzan las estrategias. Estamos apunto de comenzar y recuerdo lo dicho por Mikel semanas antes: el nivel de esta zona es alto. Vaya pinta que tiene la gente. Se ven miembros de clubes de la zona. Decido al momento. Empezaré con calma las primeras rampas que, según me ha comentado el Mudo, se pueden hacer rápido pero cargan mucho las patas, y luego funcionaré por sensaciones sin mirar el Fore. Primer susto: lo del petardo de salida no es un petardo, es un volador de los de Cangas: tienen hasta onda expansiva.
Recorro los continuos tobaganes con calma y pasando poco a poco corredores. Antes de salir me he fijado en los posibles veteranos pero he visto que ninguno ha salido rápido por lo que me dejo llevar sin forzar en exceso. Pasado ya un par de kilómetros llego a la altura de Iván e intercambiamos posiciones un rato hasta que viene la primera rampa fuerte de un kilómetro. Ya no lo veré más hasta la meta. Confundo esta cuesta con la más dura del recorrido (tres mil metros de subida empinada y continua) y veo con satisfacicón que paso a corredores más jóvenes que yo: me uno a dos de ellos a los que he pasado en el llano pero que me pasan en las bajadas. No sé qué tienen en las zapatillas los asturianos pero ellos no resbalan y yo he tenido dos sustos que me han valido para calmarme un tanto y dejar que se distancien cuesta abajo. Prefiero perder unos metros que llevarme un buen golpe que me deje tirado. Queda para otra ocasión el entrenarme mejor en las bajadas embarradas. Estoy pez por completo.

Y llega la hora de la subida de verdad: una pista casi veritcal culminada por un último tramo de senda infernal. Descubro una característica también de los asturianos. Da igual si la rampa es dura o durísima. Echan a andar relativamente rápido pero también vuelven a correr en cuanto recuperan el resuello por mucho que la cuesta pique hacia el cielo. Pues nada, nunca es tarde para aprender: si tú corres yo corro. Me da muchos ánimos ver que  dejo mis referentes atrás poquito a poco. Hemos pasado unos bosques preciosos llenos de vida y casi salvajes hasta llegar al Montecín donde el paisaje se abre y el aire frío nos obliga a acelerar el paso. Bajada casi vertical de más de dos kilómetros y subida de otros dos hasta un repetidor desde donde bajaremos de nuevo siempre por rampas fuertes que me cargan las piernas y me obligan a dejar pasar a los corredores que distancio en las subidas. La tendencia es favorable por lo que cada vez me cuesta más mantener posición entre tanto joven. De aquí a meta perderé  mi mejor posición, la 23, hasta la descolgarme a la 27 a pesar de haber pasado a cuatro corredores. El último kilómetro es una bajada preciosa por pleno bosque, que no puedo llegar a disfrutar del todo porque uno de los cordones de las Trabuco se ha desatado por completo. No me gusta el nuevo modelo porque le ocurre esto a pesar de hacerle doble lazada. No me paro porque viene gente detrás cerca y son varios. No estoy dispuesto a ceder un puesto más a estas alturas y veo gente delante que puedo coger antes de Meta. Pienso que el único peligro es el barro. Me puedo quedar sin la zapatilla si me hundo en él. Casi en el final un corredor pretende pasarme pero no sólo no me preocupa sino que hago un esfuerzo por alcanzar al que va delante que entra por poco antes que yo. Lo mejor, he acabado con mucha fuerza gracias a mis reservas iniciales. Habrá que aplicar la táctica en otras ocasiones y salir más relajado.
Cuando termino sé que he hecho un buen puesto porque el corredor con el que he ido casi toda la carrera me comenta que cree que podemos tener trofeo pensándose que estoy en su categoría (VET-A). Se queda alucinado cuando le comento que yo soy de la de VET-B y casi me asegura que estoy en el podium. Para mí fue una verdadera alegría haber conseguido ganar en montaña después de tanto tiempo y más hacerlo en Muniellos. Sé que a Prisi le gustará que uno de sus 'cachorros' triunfe allí. Puede decir bien alto que algo de culpa tiene en ello.
Para otra entrada dejo mi medio CUT y mi tercera semana. Prometo que mostraré por qué lo hemos calificado como 'la senda del oso'.

4 de mayo de 2012

Los dos Pepes

Despacito, pero llegando, no os creáis que me había olvidado de vosotros, que también os guardo unas pocas letras de las que me llenan y enloquecen. Pepe Despacio y Pepe Ppong, queridos amigos de la montaña nevada, la hierba fresca, los riachuelos ruidosos y la tierra seca o mojada, os deseo uno y mil años más de hermosa y eterna felicidad.

A Pepe Despacio:

Madrugada

Has recorrido
en madrugada insomne
cada uno de tus infiernos.

Callas. Vociferas
y callas
en tres tiempos
que son uno
en trinidad
de absoluto silencio.

Te desdices
y te acabas
lentamente y lentamente.

Eres pasto
de un Dios ciego
que te roe
en seco sabor de hueso.

Margarita Carrera

A Pepe Ppong:

Noria de noches

Otros sufren de hambre o padecen prisión 
o viven con vergüenza o con humillación 
o rumian una culpa o aguardan un perdón.

Yo llevo este secreto que va en mi corazón.

Otros están enfermos y se sienten morir 
o elaboran de noche la manera de huir 
o fatigan las calles sin saber dónde ir.

Yo guardo mi secreto y no puedo dormir.

Otros en la miseria callan con estupor 
o en la tortura aprietan los dientes y el honor 
o solitarios llenan las calles de dolor.

Yo me entro en el silencio con la palabra amor. 

Felix Grande