Han sido 32 kilómetros, casi 1000 metros de desnivel positivo y tres horas de caminos, cortafuegos, sendas y asfalto. Ha sido la primera salida conjunta con la mente puesta en la Goi… y ha sido duro.
Ha sido duro porque no ayer no fue “el día”, no hubo problemas de fondo, las pulsaciones fueron controladas en todo momento, incluso en lo más duro de las subidas, pero las piernas pesaban, y además muy pronto.
Tal vez por ello las sensaciones no fueron del todo buenas, nada más empezar, en la subida al cortafuegos, decidí echar a andar antes de lo habitual, viendo como mis compañeros se alejaban poco a poco, bajar la cuesta gris tampoco fue fácil. En esos momentos, con poco más de cinco o seis kilómetros encima, hubo que empezar a tirar más con la cabeza que con los pies, demasiado pronto.
A partir de entonces tocó sufrir un poco, es verdad que pude mantener el ritmo propuesto, pero lo que parecía que para Fernando y Josema era un agradable paseo por el monte, para mi suponía un esfuerzo más o menos considerable.
Todo esto lleva a una serie de conclusiones, para empezar tengo que reconocer que no va a ser tan fácil como en alguna ocasión he querido pensar y si sale un mal día va a tocar sufrir. Por ende, la “cabeza” va a ser muy importante, estoy contento por lo que ocurrió ayer, fue un muy buen entrenamiento en cuanto a la parte psíquica de la carrera, creo que supe y pude superar las tempranas dificultades con las que me encontré, lo que me da una buena dosis de moral. Otra cosa a tener en cuenta es la recuperación, hoy he descansado no por necesidad, sino por prescripción Ppongniana, lo que también me hace pensar que no van las cosas tan mal como pude llegar a pensar ayer. En cuanto a alimentación e hidratación, creo que es pronto para sacar conclusiones, no obstante, no hubo problemas en ese aspecto.