11 de mayo de 2016

CUT 2016. Zegama

Zegama es Zegama. Única e inigualable. Por sus paisajes pero sobre todo por sus gentes. Yo, tengo la inmensa fortuna de tener un pequeño puñado de amigos de aquella zona y volver a verles es siempre una enorme alegría.
Este 2016 nuestra querida cita anual de los Locos del Cerro nos llevo hasta la maravillosa tierra del Goierri. Es dejar la autopista y comenzar el descenso hacia Orzaute y las emociones vuelven. El estómago se revuelve y el corazón se dispara.
Ha sido una CUT irremediablemente marcada por la meteorología. Para lo bueno y para lo malo. Nos ha regalado un carrusel de cambios atmosféricos pasando del sol a la ventisca, lluvia, viento, granizo, nieve....ello nos ha permitido disfrutar de una gran variedad de momentos y paisajes pero, en lo personal me ha aconsejado ser prudente y no verme comprometido ni comprometer al grupo durante la parte más expuesta y técnica del recorrido.
Ni llegaba en las mejores condiciones ni tampoco se dieron ese día. Disfrute del kilómetro vertical que me encantó a pesar de no hacer techo. Disfrute de los kilómetros de maratón que hice. Disfruté por fin de la presencia de Ppong en esta cita. Disfrute de mis compañeros de viaje y sobre todo, disfrute del reencuentro con mis amigos zegamarras en cada rato que coincidimos. 
Hubo momentos agridulces no lo voy a negar. Entre otros porque siempre termine todos los recorridos anteriores hasta este pero, la Cut no son solo kilómetros y esfuerzo deportivo. Lo se por la amplia sonrisa y la limpia mirada de nuestra querida Arantxa. Ella también lleva todas y también forma parte de nuestra CUT sin  correr. 
Hay muchas formas de vivir, trabajar, disfrutar y participar en la CUT y todas valen.
Gracias Loc@s por preservar esta locura un año más y van cinco.
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4 de mayo de 2016

Betiko zoroak


Finos hilos de algodón blanco nube hilvanan la hilera de crestas, telar donde engancharse sus hermanas mayores, nubes de sombra y frío, a tejer el paisaje característico del pueblo de Zegama. Es temprano y he dormido poco, apenas un cerrar y abrir de ojos. Me ha despertado el ajetreo de cucharillas guiadas por manos somnolientas en su afán de marear un café que lucha por no mezclarse con el dulce azúcar que le arrebatará su esencial amargor, como si de un anticipo se tratara de lo que el tiempo hará durante las próximas doce horas con nosotros, guiado por la madre naturaleza que se ha propuesto una vez más demostrarnos que si la queremos hollar tendremos que sufrirla. Yo no desayuno antes de salir y por eso he hecho pereza en la cama, pero el bullicio de los preparativos, el ir y venir de los locos y la música que con todo el cariño ha preparado Alberto para meternos en situación, lejos de ayudar y debido al cansancio y la preocupación de lo que pueda acontecernos durante la jornada, hacen que esté de mal humor. Además, un vacío horada mi alma, burla de un destino inclemente que ha hecho que no estemos todos los que somos. Como no es habitual verme así (salvo mis queridas Elisa, Pa y Zoe pocas personas conocen esta parcela de mi ser) rápido los locos recaen en mi decisión de que el silencio sea quien me acompañe y hable por mí hasta bien avanzada la jornada.
Tejido ya el blanco techo pisamos la plaza de Zegama, punto de partida de sueños, alegrías y alguna, por qué no, decepción. Grata sorpresa nos espera al ver que Lurdes nos acompañará durante los primeros kilómetros. Mientras aguardábamos que agujas eclesiales marcaran las 7:00 hrs. en punto, hora impuesta por el “Jujuez”, frías gotas de suave lluvia hacen acto de presencia para recordarnos que estamos en zona verde y eso no es gratuito. Así, a partir de aquí la ruta se puede resumir en verde clorofila, olor a lluvia, blanca nieve, fría ventisca, cortadas aristas de cumbres caprichosas, donde recorrer sus crestas es como cabalgar olas que amenazan con romper contra el valle, valle de lechos de hojas “centenarias”, calor y frío, alegría y desesperación, sonrisas, nervios, agotamiento, esperanza y un punto y final inacabado, porque todos dejamos allí, de una u otra manera, la ilusión de volver a saborear ese barro característico y revivir lo que esta tierra indómita regala a todo el que a ella se da. Zegama ha sido, es y siempre será un lugar donde muchos de nosotros anhelamos volver antes incluso de haber partido.
Gracias a todos por haber hecho de esta CUT, para mí, algo especial y muchas gracias a la gran familia de Zegama por regalarnos su tiempo, cariño y amistad de forma incondicional, sin prejuicios, con humildad y ternura. Mila esker, bihotz-bihotzez.

Gora Zegama eta "Los Locos del Cerro" delakoak


P.D.: Esta CUT inicialmente iba dedicada en exclusiva a Prisillas y a Ppong por motivos sobradamente conocidos. Sin embargo, he decidido dedicársela a aquellos que estando desde el principio no pudieron ir. Locos, esta CUT fue por vosotros.

2 de mayo de 2016

Epílogo

No siento la lluvia, camino despacio hacia la puerta mientras la decepción se adueña de mis pensamientos. Todo había sido un bonito sueño.