28 de mayo de 2015

Zegama. Un sueño hecho realidad

Hace ya algo más de 7 años que empecé a conocer esto de triscar el cerro y sus alrededores y con ello el gran Prisillas me fue introduciendo en este mundillo que a día de hoy amo tanto.
Recuerdo perfectamente consejos y vivencia que me contaba, pero sobre todo se me quedo impregnado el amor que tenía por una carrera que se llamaba Zegama y que no ubicaba ni tan siquiera en el mapa.
Cuando en ese año decidí inscribirme al MAM, Prisi insistió que me preinscribiera a Zegama y aunque algo dudoso por mi estado físico, decidí hacerlo. Lo que no iba a imaginar nunca, es lo que me iba a costar poder correrla años después.
Año tras año incrementaba mi ilusión por correrla y vivir esa experiencia que yo imaginaba como heroica e increíble. Veía ir a Ppong a correr allí y se me hacia la boca agua. Me empapo de sus videos, fotos, recorrido, pero siempre termina con la misma frustración: “otro año será…”
¡¡¡Y por fin llegó el año!!! No podía ser de otra forma, Zegama es Zegama y como tal, su espíritu te elige solo cuando sabe que puedes/debes hacerlo bien. Este año estoy en un pico de forma que nunca antes he estado y creo que Zegama me ha elegido entre sus Korricolaris conocedora de esto y desde el momento que conozco que voy a poder ser partícipe de esta fiesta, todos mis sentido y pensamientos se centran en no defraudarle y hacer que sienta todo mi alma en sus húmedas tierras.
Después de que el año pasado pudiéramos disfrutar como espectadores, y después de que algún loco (Mikel y luis) hiciera el recorrido por su cuenta unos meses antes y me transmitieran todas las sensaciones que se pueden tener en este majestuoso recorrido, llegamos la familia de los loc@s a la que considero la meca del trail runner.
 
Rafa corre el vertical el viernes lo que hace que estemos en cuerpo y alma dándolo todo desde el momento cero que llegamos a tierras vascas. Subimos a animarle como se debe y a pesar del aguacero, no nos dejamos intimidar. Las emociones se disparan cuando comienzo a subir para animarles en algún buen lugar, siento como todo mi cuerpo se intenta amoldar a sus “tierras movedizas” y cada rayo de luz que atraviesa la bruma del bosque, cada charco que salto, cada rama que me toca húmeda en las piernas las siento como algo motivador en mi interior.
La sonrisa del gran Rafa cuando baja del vertical lo dice todo, ha disfrutado y sufrido como solo Zegama se merece.



Intento controlar los nervios los días previos, “he venido a disfrutar” pienso para mi interior y toda la familia que me acompaña también, por lo que no puedo dejar que me traicionen .
Los días previos intento alimentarme e hidratarme bien. No cargar mucho las patas y menos aún la cabeza… pero esto es imposible. Zegama se torna mágico/espiritual, no puedo por menos que soñar con su recorrido y sus gentes boceando mi nombre, deseo a cada momento que comience la batalla.
El sábado  madrugamos para salir a soltar y entre charlas y risas pasamos un rato agradable. Un paseo en familia y una comilona como solo en estos lares se puede disfrutar, me lleva hasta la hora del briefing. Muchas caras conocidas tanto de la élite como de amigos. El ambiente hace que suban las pulsaciones poco a poco  y más aún en el momento de recoger el dorsal. Pienso: “ya no hay marcha atrás”, “ya no hay dudas, solo tienes que darlo todo”.
La noche previa descanso muy bien y tranquilo. La entrada en el blog de Luisito, hace que me emocione y me motive por momentos.
Madrugón, asomo la cabeza por la ventana y percibo que será un duro día. Viento y lluvia fuera de la casa, pero no dejo que esto me influya. Mientras que preparo el desayuno… toc toc toc!! No me lo puedo creer!!! Sorpresón!!! Luisito se ha presentado sin avisar a la gran fiesta que hoy se da cita en Zegama!!! Esto me da un plus de motivación para afrontar la carrera, pero me emociona enormemente que este aquí a sabiendas de lo complicado que le ha sido venir (gracias amigo).
Ya en el pueblo, tomamos café tranquilamente y me preparo junto con los amigos la armadura del guerrero. Hago por calentar cada musculo e intento liberar la mente sin dejar de vivir la experiencia. Pronto acudo a la cámara de llamadas, no sin antes dar un amoroso beso a mis chicas (si no fueran por ellas, nada de esto tendría sentido). Poco a poco vamos llegando todos los afortunados de estar bajo el arco de salida. El corazón late fuerte aunque tranquilo, suena la música y como ya es costumbre, me agacho para estirar y concentrarme entre el tumulto de piernas, respiro hondo, salto y con una mirada de complicidad con Elena comienza la tan ansiada cuenta atrás 4..3..2..1..



La vuelta al pueblo la hago rápida para no entorpecer al resto, y su primera subida nos va poniendo a cada uno en nuestro lugar, veo a mi alrededor a gente muy buena, lo cual hace que me plantee si me estoy pasando de ritmo. Choco la mano con los locos que me esperan para subir a animar a la cima de la carrera y poco a poco intento coger mi ritmo.
Aunque no llueve, la humedad es muy alta, lo que hace que sude en exceso, en tan solo 5km comienzo a sentir los efectos del hiper-conocido barro de Zegama. Con los primeros repechos me doy cuenta que hoy no voy fino… no sé si será por los nervios de correr o porque hoy no es el día, pero no tengo “chipa” en las piernas, pero mi corazón no deja que esto me influya y sigo a ritmo constante sin pensar en nada más que disfrutar.
Me meto en un buen grupo para no pensar en ritmos, cuando oímos un jolgorio increíble entre el silencio del bosque… todos los que vamos nos quedamos asombrados, quedan 2km para llegar a Otzaurte y ya se oye a la gente!!! Oooohhh!!  El paso de la carretera lo hacemos rápido y llego al giro que tantas veces he visto en videos y he soñado hacer. La piel eriza, las pulsaciones suben, caras conocidas de Mikel y Prisi hacen que no piense en otra cosa más que subir a tope.  Esta sensación es increíble!!
Tras estos 500 metros de cuestón llega un llano y bajo el ritmo para coger aire y recuperar pulsaciones y emociones. En este momento se me hace un nudo en la garganta de pensar lo afortunado que soy de estar aquí, pero trago y me hago el “duro” y me digo “sigue adelante sin pensar”.



A partir de este momento en mi cuerpo comienza una lucha encarnizada entre alma y físico. Comienzan los calambres en los bíceps femorales… Pienso: “noooo, no puedo dejar que suceda esto!!!” . Llego a segundo avituallamiento y rápido tomo sales y un gel para intentar reponer toda la sudoración que he tenido y parece que funciona, al menos durante un ratin…
Repechines a repechines me planto en la base del Aratx, sopla un aire intenso de cara y a medida que asciendo, la ventisca es más intensa y los calambre se suceden en todas las patas… pero a ritmo y sin soltar a los que me preceden, voy controlando cada pisada hasta la cumbre donde me doy un respiro y suelto algo de lastre en forma líquida…jeje.
Ya en la bajada me encuentro más cómodo, la hago “tranquila” y sin apenas darme cuenta estoy en la cueva de San Adrián. A su paso se me vuelve a erizar la piel, sé que el Aizkorri está cerca y me empieza a invadir una gran ilusión por subirlo ya!!.
Llego al avituallamiento de Sanct Espiritu, busco a mis amigos que me esperan con los bastones, que sé que necesitaré para subir algo más cómodo por el barro del Aizcorri. Bebo, tomo sales y gel, hecho un vistazo por el pasillo de gente que están animando como locos, el mundo se me para para dejar grabada esta imagen a fuego en mi retina. Y me decido a subir con todo lo que tengo dentro!! Prisi me da los bastones y rápidamente pongo un intenso y continuo ritmo. La gente grita y aplaude mi nombre!! Aupa!! Oso Ondo!! Aupa!! Este momento es inexplicable y aún queda la subida final…







Cuando pasa todo el gentío, bajo el ritmo y mi cuerpo me vuelve a recordar que las patas también son mías… los calambres quieren unirse a la fiesta… Por el bosque previo a la rampa final, me entran dudas de cómo voy a terminar si apenas llevo la mitad de carrera y voy tan vacío, y sin demasiadas fuerzas.
Pero cuando termina el bosque y entre la intensa niebla, se intuye la cresta del Aizkorri se me pasan todos los dolores. El momento que tantas noches he soñado ha llegado, es mi momento y no voy a dejar que nada me lo tire por la borda. 




Cojo fuerte los bastones, aprieto los dientes incremento el ritmo, paso a unos cuento corredores sin apenas fijarme en ellos, solo veo gente por todos lados animando y poco a poco voy entrando en el gran pasillo que nos lleva a la cumbre. Los vitores son ensordecedores y todo se multiplica por 1000 con respecto a lo que había soñado. Las emociones se suceden y los pelos como escarpias!! Llego a la cima sin darme apenas cuenta. Se me ha hecho muy corta la subida… miro a mi alrededor, doy los bastones a la mujer del gran Aldapa, pego un trago y sigo adelante. Tengo la adrenalina al máximo y la voy a mantener así todo lo que pueda.



El cordal hasta el Aitxurri es complicado y muy húmedo. Me lo tomo con tranquilidad. Voy escuchando “Aupa Neska” y es que voy justo detrás de la gran Uxue Fraile… por lo que intento juntarme a ella para ver si me lleva a ritmo por la zona más técnica de la carrera.


Sé que mi amigos están cerca, ya que me esperan en la cima del Aitxurri y claro que están!!! Les oigo y los ojos se me ponen vidriosos, debo controlar las emociones para no llevarme un susto en esta zona. Choco la mano con ellos y rápidamente (siento haber pasado sin apenas pararme…) cogemos la famosa bajada de “vayaostiagordi”. Uxue se me va y yo voy bajando con muuuucho cuidadin, de culo, de rodillas. Vaya bajada!!!
Ya abajo pienso; “bueno… he sobrevivido”, ahora toca correr, se que serán unos cuantos km de llano relativo y solo queda una subidita. Me pego a dos corredores que llevan buen ritmo aunque se les ve bastante cansados. Y con la imagen del Aizcorri y de los locos voy controlando los calambres que se vuelven contra mí.
Avituallamiento de Urbia y última subida… Muy tocado voy y si alargo la zancada me tengo que parar… pero solo mi alma tira de pundonor, pienso ”mas, mas.. otra zancada, venga gogogo”.  Entre buenos recuerdos de los entrenamientos vividos los meses anteriores y la imagen de mis chicas esperándome en meta, llego a la última cima, el Andraiz. Esta subida es preciosa, sigue habiendo gente dándote aliento cuando mas lo necesitas y eso hace que no pares nunca de correr/andar.
Al llegar arriba miro el reloj: 3:59h, he perdido 4min con respecto al tiempo que había pensado hacer aquí para poder bajar de las 5h en meta. Pero sé que ahora empieza mi carrera, tengo 1h para 12km y llegar a meta.
Los primeros 2km de bajada son muy pestosos y lentos, se acumula mucho barro y hace que vaya muy lejos de los ritmos que me gustaría llevar y además las piernas ya están muy muy cansadas… resbalones y caídas se suceden, pero me levanto y sigo apretando con todo, sin mirar atrás.
Pasada la zona más mala, parece que empieza a ponerse pino pa’bajo pero corrible. Me duele todo, con mucho cuidado para que no me den calambrazos, salto los charcos y barrizales. Voy a todo lo que mi cuerpo puede correr, sin miedo a nada. Miro el reloj y no pasan los km pero si el tiempo… En ocasiones siento angustia por ver que no llego en 5h, pero fríamente le doy vueltas y me digo a mi mismo: “si son 5.10h, tampoco pasa nada, aprieta a tope y lo que salga”.
Voy cogiendo a más corredores y les paso animándoles a seguir conmigo, pero a estas alturas estamos muy fatigados. Paso muy rápido por el control donde me vuelven a esperar más Locos, y apenas me da tiempo para guiñarles el ojo y seguir a mi ritmo sin parar (insisto locos, siento no haber parado más a veros…). La bajada no es todo lo neta como me gustaría, barro, charcos y repechos se suceden, pero más con el alma que con el cuerpo, los afronto a todo lo que da de sí mi malogrado cuerpo.
Ultimo control, 4km a meta y 18min para las 5h… gas gas gas!!! Pongo la 6ª y ahora si que si, no dejo que entren pensamientos malos en mi mente, solo sueño con el momento, solo pienso en cada consejo que cada uno de los Locos me habéis dado. Se acaba el barro y se que quedan 2km de asfalto. Se oye el pueblo vibrar!! Curva, repecho curva y entro en zona vallada, busco a las chicas que me esperan, y las encuentro en la recta de meta. El cuerpo se me retuerce de emoción cojo la bandera de los Locos (no me veo con fuerzas para coger a Naia), me cubro con ella a modo de agradecimiento a cada uno de vosotros que habéis hecho algo increíble de esto, la bandera me abraza y me derrumbo mezcla de vacío y de emoción. Eso si, abrazado por cada uno de vosotros. Gracias Locos, Gracias amores!!!






Os aseguro que jamás olvidaré cada momento vivido!!! Zegama es Zegama

16 de mayo de 2015

Zegama

Es, es, es, es, es  y a la sexta fue (o la séptima, qué sé yo). Casi sin quererlo se acerca el momento. Amanece en Zegama mientras la niebla y una suave llovizna arropan a la montaña. Durante toda la noche lo único que has logrado hacer es escuchar de fondo, con los ojos abiertos, el fragor de la batalla. Fragor de batallas pasadas en las que otros guerreros en la misma tierra lucharon por el sabor a gloria. Atrás se dejan muchas horas de preparación que empujan a tus músculos a hacerse notar. Llega la hora, te levantas y sigues el ritual, como el torero antes de salir al coso. Quieres soledad. Necesitas soledad. Tendrás soledad. Porque durante el día de hoy y hasta que pongas el pie en la plaza de Zegama, ya de recogida, estarás tu sólo con tus pensamientos. Sonreirás nervioso desde la seriedad de tu interior, porque la cabeza no perderá la concentración en ningún momento. Tu mirada siempre en lontananza, perdida. El resto de locos también estarán, pero es que esta soledad es especial, es de las que se comparten, tú ya lo entiendes.
Casi sin darte cuenta estarás de pie en la plaza. Arrancarás a correr mientras vítores y jaleos ayudan a que desde el principio te exprimas. El grupo se estira y rápido tus pies te llevarán a ir como el rayo a través de los hayedos, a subir Aratz, atravesar Aizkorri, ascender Aitxuri y descender serpenteando a la campa de Urbía donde las ovejas latxas verán perderse tu figura hacia Andraitz. Nuestro aliento te empujará cuando las fuerzas parezcan flaquear, porque realmente no flaquearan. No. Esta vez no. Esta vez corres tú y corremos todos. En cada paso nos iremos dando relevos para que el ritmo sea frenético y no decaiga. Aunque amigo, también habrá que correr con cabeza, que no todo será sentimental y lo físico tiene límites.
Entrarás ahíto en Zegama. Saciado. Erguido y buscando con la mirada el único objetivo que te ha llevado hasta allí. Si no el único sí el más importante. Naia esperará, sin ser muy consciente de ello, que la cojas y la aprietes contra ti. Y a Elena le darás un beso en la boca que sabrá a barro, sudor, lágrimas de felicidad y amor verdadero.
Alberto, vuela, por favor. Vuela por todos nosotros pero saborea la entrada en meta. Allí no tengas prisa. Dedícale el tiempo que sea necesario para fijar esa imagen en tu retina y abrazar a los que te quieren y tú amas. Será lo mejor que te lleves a casa y conserves el resto de tus días. El tiempo en ese momento ya no importará. Así lo deseo, amigo. Así lo desea mi corazón.

Ondo, ondo, oso ondo. Lasai.