30 de noviembre de 2009

Corriendo sobre la nieve

 Hacía unas semanas que no hacía una tirada larga, esta mañana me he levantado con ganas así que a pesar, o precisamente por ello, del cielo gris y los pequeños copos de nieve traídos por el viento, gélido y fuerte, he aprovechado para darme el gusto.

 Supongo que cuando os habéis levantado y habéis mirado al Cerro, su cumbre nevada ha hecho que una babilla caiga por la comisura de vuestros labios, tengo que deciros que me apetece daros envidia, ¡yo he estado allí!

 Y ha sido genial, tras subir la cuesta del camping del Moral para calentar, me he dirigido poco a poco, despacio pero sin pausa, hasta las primeras estribaciones de nuestro querido Cerro. No ha sido fácil, las salidas del viernes y el domingo cansaron mis piernas, de forma que empezaron a protestar con las primeras cuestas, los perros ladran a mi paso, se echan encima, miedo… el viento inmisericorde corta mi cara, tal vez demasiado destapada para la temperatura a la que me enfrentaba, pero la sonrisa no desaparece, sé que voy a llegar a la cima, que voy a disfrutar de cada paso. Dos abuelos buscan níscalos, acarrean sus cestas sin saber todavía que volverán vacías, algún que otro paseante desciende en busca del calor del hogar. Pasada la fuente del Retén la nieve aparece, al principio tímidamente en las cunetas, después cubriendo la pista en su totalidad, esa nieve que al principio desaparecía bajo mi zapatilla empieza a mantenerse, las huellas marcan el camino hacía la cima, el viento…

 Es imposible describir lo bien que uno puede sentirse en una situación así, entre las nubes comienza a divisarse el valle de la Barranca, la Pedriza al fondo, hoy es uno de esos días en los que parece un decorado cinematográfico, seguimos subiendo…

 Hasta llegar al Telégrafo, no hay tiempo para parar, sin más dilación y por las zetas, bajo hasta la Dehesa, con torcedura de tobillo incluida, ahora molesta pero no duele, y de allí de vuelta al coche, en lugar de por la Cañada, por la cuesta de Fontenebros, que para eso somos casi de Bilbao.

 Al final casi 28 Km. en poco más de dos horas y media… realmente inolvidables. Días como este son los que dan ganas de vivir… ¡aprovechémoslos!

Pd: la foto es del año pasado, a su lado, la nevada de hoy ha sido poco más que un recurso literario.

29 de noviembre de 2009

Una salida disfrutona

No, no es un título de una película X.

Hoy, lamentando no haberme visto con vosotros, simplemente he cogido el camino clásico que nos acerca al Cerro, y ya sentía muy buenas sensaciones. Sensaciones de tranquilidad y paz.

La lluvia tiene eso. Hace que todo esté quieto, menos los regatos. A diferencia del resto del año, que todo esta vivo, menos el agua, en estos días, afortunadamente, se ve correr los reguerillos y el sonido que produce es singularmente amable.

Me he metido por la Cuesta Gris, y la he subido sin ninguna prisa. A tren... Respirando a pleno pulmón e intentando captar la energía de todo lo que me rodeaba. He tenido el placer de ver unos terneros que, como obedientes adolescentes, estaban al lado de sus madres y quietos debajo de las encinas y resto de arbolado.

¡Qué alegria tener algo tan bonito y tan cerca como nuestro querido Cerro!

Pero no todo ha sido silencio. Los cazadores andaban por allí haciendo de las suyas...

Ayuditas...

 En los últimos años han caído muchos mitos, por culpa del dopaje deportes como el ciclismo han pasado de espectáculo de masas con cunetas llenas y audiencias millonarias a ocupar pequeños espacios en las noticias. Cuando el médico es más importante que el deportista la competición pierde sentido, ha llegado un momento en el cual no gana el que más entrena, sino el que mejor médico tiene.
 Poco después del ciclismo le llegó el turno al atletismo: anabolizantes, esteroides, eritropoyetina... infinidad de sustancias que mejoran el rendimiento de los atletas...
 Y aquí viene la pregunta ¿cuál es la solución a este problema?. Me vienen a la cabeza un par de soluciones, la primera es seguir igual, tu te dopas y yo te pillo, el problema de esta es que el dopaje siempre va por delante de las analíticas, quien mejor sepa esconder lo que toma será el tenga más ventaja. Otras como la barra libre resultan complicadas, ya que la mayoría de las sustancias dopantes, además de mejorar el rendimiento, pueden producir importantes problemas de salud (no hay más que leer las noticias y ver la cantidad de deportistas jóvenes,  antiguos ciclistas en su mayoría, que fallecen en "determinadas" circunstancias).
 Y, otra pregunta más... cuando no se habla de sustancias farmacológicas, por ejemplo, las autotransfusiones, el entrenamiento en altura o el uso de cámaras hipobáricas... ¿qué hacemos?
 No se puede negar que es un tema complicado...

Así puede ser por el Gohierri

Hoy nos hemos reunido, ¡por fin!, para hacer un entreno que se puede calificar de puramente cerril. No lo digo por las cuestas (las hemos mirado de refilón y con ojos golositos) sino por las condiciones en que lo hemos realizado. La mañana se presentaba lluviosa y no nos ha decepcionado: agua y más agua con algo de frío para acompañar la estación.
Estando camino de regreso a Villalba por la zona de la gasolinera nos hemos dado cuenta de que no sería raro encontrarnos un ambiente así en el Gohierri este año cuando hagamos la mitad de esas ehunmilak. Eso sí, con más complicaciones por el barro, que en esas zonas abunda. Pues no estaría mal ir pensando en algún entrenamiento largo e intenso bajo la lluvia. A mí me parece que complicaría mucho el reto. ¿O no?

28 de noviembre de 2009

Where is the limit?

 Llevo poco tiempo en esto del correr, corro por diversión, buscando retos sencillos que me eviten caer en el tedio. Durante este año y medio me he dado cuenta de que en este deporte lo que para unos es un logro sin parangón para otros es un pequeño paseo a ritmo, por lo que los éxitos y los fracasos son siempre, hablando del corredor popular, relativos al máximo.
 Me gusta ver como otros corredores entran en meta, es curioso ver como un atleta entra con cara de pocos amigos y el fracaso en la mirada y como unos pocos segundos después, o incluso tras largos minutos, otro alza sus brazos al aire en señal de victoria.
 Hasta la carrera del domingo había una cosa que no me había planteado... ¿cuál es mi lugar?. Siempre he disfrutado de las carreras, las decepciones han llegado de no poder correrlas por culpa de alguna inoportuna enfermedad, y las participaciones se cuentan por éxitos.
 Y es que siempre me ha sorprendido mi rendimiento en las carreras, pero en la del domingo pasado la sorpresa fue mayúscula, no solo conseguí hacer ritmos a los que nunca había corrido, sino también mantenerlos, y como de costumbre, sin un entrenamiento enfocado a la misma. Además, desapareció mi "aversión" a las carreras de 10 kilómetros, por primera vez no solo no me resultó agónica, sino que la disfruté de principio a fin; los compañeros, con mención especial para RafaGT que me llevó como si fuera mi madre, el ambiente, el recorrido por el centro de Madrid... no puedo negar que fue una carrera especial.
 Tanto que por unos días a uno le ronda por la mente la idea de meterse en una pista de atletismo y ponerse a hacer series, de sufrir con los cambios de ritmo y la agonía de un 400 a tope, de buscar el límite, ¿llegaría a 38? ¿podría correr alguna vez "la internacional"?...
 Pasados unos días volví al cerro, a sus cuestas, sus piedras y sus paisajes... regresé a casa.

24 de noviembre de 2009

La Profecía

 Yo os he visto llegar más rápido de lo que soñarais y más lejos de lo que jamás pensasteis. Pero todavía queda terreno por explorar.
José Manuel Calleja

23 de noviembre de 2009

La próxima contra el tiempo

Después de leer el post de nuestro querido Prisillas (http://prisillas.blogspot.com/2009/11/de-vuelta-la-competi.html), he decidido profundizar desde mi escaso quehacer en estas lides. Allí se hablaba de lo que nos estamos acostumbrando a correr bajo los mil y un datos que nos arrojan nuestros relojes, frente al correr de antaño, basado en sensaciones y poco más. Pues bien, yo aún sigo saliendo con un cronómetro sin mas (ya me gustaría salir con un fore) y ayer sentí lo que muy hábilmente describe en el post. Ayer corrí tal cual. Sin más ni más. Mirando el reloj en cada kilómetro, calculando los segundos que le había ganado o había perdido a la media de cuatro. Alegrándome de cada plano y cada bajada que me ofrecían unos segundos de respiro y permitían ganar el resuello. Sufriendo en cada cuesta intentando mantener el ritmo y no perder más de lo necesario para salvar la media. Excepcional al principio, bien por la mitad y sufriendo de lo lindo al final. Afrontando los últimos kilómetros con ayuda moral. Descubriendo que aunque lo que me gusta es la montaña, ésto del asfalto y correr por el centro no está tan mal. Corriendo a todo lo que daba pero teniendo en cuenta que tenía que guardar lo necesario para no perecer al final. Y cuando entré en el retiro, vi el arco de meta, miré mi cronómetro que marcaba los treinta y ocho minutos y tomaba conciencia de que podía bajar de cuarenta, lo dí todo, sacando fuerzas de flaqueza para acercarme lo más posible a los treinta y nueve,... En definitiva, mil y una sensaciones diferentes condensadas en un minuto, gloria e ilusión, agonía, esperanza, dolor, sufrimiento y satisfacción, superación, fin. Muchísimas sensaciones indistintas, muchas más que se resumen brevemente en tu reflexión y que se dieron a lo largo de poco más de treinta y nueve eternos minutos. Todo ésto llevándolo bajo un estricto y férreo control supeditado a la hegemonía del "Señor tiempo". Ahora yo me pregunto ¿Deberíamos correr sin reloj alguno, sin tiempos medidos hasta el final, guiados por las sensaciones y ver lo que pasa? Ocasión tendremos dentro de poco y así lo propongo. Ayer lo hizo Ppong, siempre adelantado al futuro, querido innovador. ¡HAGÁMOSLO NOSOTROS MAÑANA!

Un buen puñado de ilusiones.

Las que veo en vuestros rostros y adivino en mi pensamiento en días como el de ayer. Cuando saboreamos el resultado de nuestro esfuerzo.
Momentos como esos me llenan de satisfación y de esperanza.
La satisfación obvia por ser testigo de vuestros logros y compartir la alegría que despiertan en cada uno de vosotros.
La esperanza al confirmarse algo que hace tiempo ya sabía. Se puede correr con las piernas de otro. Igual que se puede vivir las aventuras que alguien describe en un libro, o las hazañas de quien uno ve en una pantalla.
Cuando las zancadas ya no me alcancen donde quisiera quedará el legado de los que continuen la senda. Como ley que es de vida.
Y no se trata sólo de alcanzar metas, también de abrir caminos y descubrir senderos.
Yo os he visto llegar más rápido de lo que soñarais y más lejos de lo que jamás pensasteis. Pero todavía queda terreno por explorar.
Podemos llegar más lejos, rápido y juntos. Alargemos la distancia, administremos la velocidad, fortalezcamos la unidad ante ese desafío nuevo e inquietante. ¿Quien quiere unirse a la aventura?.
Verdaderamente para mi es una tremenda ilusión que aglutina todas las vuestras.

22 de noviembre de 2009

Los locos bajan de nuevo al llano

Después de unos meses de ausencia y unas piernas acostumbradas a los rudos y abruptos caminos serranos, de nuevo pisan la ciudad 'Los locos del Cerro' y lo hacen en pleno centro: Madrid corre por Madrid. Desacostumbrados como están al terreno asfaltado y al trote rápido, deben demostrar ahora que se saben desenvolver por las calles con la misma soltura que entre las piedras y la tierra. Lejos quedan los días salvajes entre matojos, arroyos y fauna silvestre con esos cambios de velocidad vertiginosos y esas subidas a sangre y fuego donde el ritmo es una fábula. Ahora hay que afinar el compás a una velocidad constante. Ser más sutiles, aquilatar los esfuerzos, someterlos a monótona cadencia.
Creo que no se pueden quejar de sus resultados. Y es que maese prisillas, alma mater de este grupo, ha sabido preparar a conciencia esta difícil transición. A golpe de entrenamientos, de cambios de ritmo y de series, ha dotado a estos jabatos de piernas gráciles y rápidas, muy distintas a aquellas que triscan por la sierra. Ya no son esas columnas pétreas difíciles de mover pero fuertes y seguras en las subidas y, sobre todo, en las bajadas. Ahora han adquirido la finura ideal para rozar apenas el alquitrán uniendo un paso con el otro como una máquina perfecta.
Pienso que se puede sentir satisfecho de la tarea: ha logrado que sus cachorros muestren su solvencia en terreno ajeno. Por eso ellos, estoy seguro, en el ritmo vertiginoso del asfalto tienen tiempo de recordar que algo le deben y que algo suyo siempre los acompaña.

16 de noviembre de 2009

Falda y Cañada. Un clásico



Uno de los circuitos de entrenamiento clásicos, con 14 kilómetros de distancia es un recorrido cíclico típico de la zona, ya sabéis, desniveles más o menos fuertes, toboganes, tierra y asfalto.


Saliendo de las pistas nos dirigimos hacia el tanatorio, único tramo más o menos llano de todo el recorrido, una vez allí entramos en el cerro, siguiendo el camino que en un futuro bordeará el nuevo hospital e iremos hacia Moralzarzal, muy a nuestro pesar, dejaremos a nuestra izquierda el cortafuegos y la cuesta gris, al final del camino cogeremos el camino del depósito hasta una de las puertas, que atravesaremos para entrar en el pueblo de Moralzarzal.


Una vez allí el asfalto toma el relevo de la tierra de forma temporal, bajaremos hasta la rotonda de la carretera de Villalba y sin más dilación "disfrutaremos" de la cuesta del Puskas (llamada así desde mi más tierna infancia) hasta su zona superior, donde giraremos a la derecha y seguiremos subiendo hasta llegar hasta el camping. La Cañada Real Segoviana y sus pistas de tierra nos esperan en ese punto, ya de vuelta hacia Villalba cruzaremos la carretera a la altura de la gasolinera y continuaremos hasta la Dehesa, en la que entraremos a la altura del colegio Vazquez-Diaz, solo nos queda el remate, la famosa cuesta del cementerio, seguida de un agradable descenso hasta el lugar de origen.


El perfil:

13 de noviembre de 2009

Las mil caras del Cerro

 La inoportuna lesión de Prisi nos ha evitado una paliza de las buenas, estaba yo temiendo un maratón de viernes con curro posterior, pero no ha habido suerte, esa cadera precisa descanso y había que dárselo. No obstante, siempre hay un plan B, y aunque no nos caractericemos precisamente por nuestra decisión, ha sido duro y complicado decidir dónde ir, al final hemos aprovechado bien la mañana.

 Y que mejor que hacerlo en nuestro querido Cerro, caminando con ritmo vivo y buscando nuevos caminos, sendas y campos que atravesar durante nuestras correrías.

 Al final, entre otras, dos conclusiones a destacar, la primera, que el Cerro es mucho más que lo que conocemos, por doquier surgen nuevos rincones que conocer y trotar, y la segunda, una gran perogrullada, es que no corremos por llegar antes, sino por llegar más lejos.

Cambios...

 Como podéis ver, hemos cambiado de "casa", y es que los tonos rosas no terminaban de convencerme... Espero que os guste.

8 de noviembre de 2009

Ese gran enemigo

Llevo ya bastantes años en esto de hacer deporte y en la salida de hoy me he dado cuenta de que, después de haber practicado unos cuantos, en todos ellos hay un denominador común: los días de viento son horribles. Incluso lloviendo o nevando, siempre terminas con el regusto de haber superado una dificultad más y haber disfrutado a pesar de ello. Sin embargo y en mi caso, en días como hoy llego a casa con la sensación de que he perdido una buena oportunidad de quedarme en el sofa. ¿Es algo que sólo me afecta a mí? ¿Va a ser verdad que estamos mayores?

5 de noviembre de 2009

Querer y no poder

Todos los que dedicamos un rato de nuestras vidas a esto de correr oímos siempre cómo alguien, bien por lesiones, bien por las tareas familiares, bien por mil y un otros motivos, está en dique seco durante algún tiempo. Ahora, aunque sea parcialmente, me está tocando también a mi ¡y es una jodienda!.

Esta entrada es tan sólo para desquitarme un poco y poder gritar:
¡Estoy hasta las calandracas!
(aunque peores motivos mantienen a otros en el mismo dique)

Aupa a todos los que estamos ahí, porque siempre tenemos que contar con que en algún momento volveremos a volar.