28 de febrero de 2010

Inolvidable

Ayer fue un día especial, un día de esos que no se olvidan, un día de los que sabes que en un futuro contarás una y otra vez, ya sea en un rodaje tranquilo o frente a una botella de vino.

"Date una vuelta por Haití" resultó un éxito, no solo en cuanto al dinero recaudado, creo que los "Chicos de la Cruz Roja" acabaron muy contentos, sino a la cantidad de experiencias que a lo largo de doce horas puedes encontrar mientras das vueltas a una pista de atletismo.

Desde el club nos habíamos comprometido a que durante esas 12 horas alguno de nosotros estuviera en pista, tuve la suerte y el honor de ser uno de los que iniciaron la jornada. Cuando estábamos preparando todo llegó la primera sorpresa, Marta, una aficionada a la fotografía que se había enterado del tinglado y quería inmortalizar alguna de sus fases, no solo lo hizo muy bien, su profesora de fotografía estará orgullosa, sino que además se unió a nosotros y junto a otros compañeros dió "unas vueltas por Haití".

Más sorpresas a continuación, el alcalde de Collado Villalba y dos de sus concejales dejaron huella en la pista, desde aquí quiero agradecer su presencia y solidaridad.

Esa primera hora estuvo llena de buenas conversaciones, algunas profundas, otras superficiales, un trote por aquí, una serie por allá, rodeado de buena gente.

Descanso posterior hasta las cinco y media de la tarde, momento mágico en el que, aprovechando un momento de buen tiempo, pude dar varias vueltas junto a mi mujer y mis hijos, lleno de orgullo, viendo como se esforzaban por ayudar a los niños de Haítí, sufriendo con su cansancio, disfrutando de su alegría... de verdad que fue un momento especial e inolvidable.

Y para terminar el punto épico, la "tormenta perfecta" llegaba a Villalba, el viento soplaba con fuerza y la lluvía aumentaba por momentos, Fernando y yo nos quedábamos solos bajo los focos, tras doscientos metros cómodos llegaban otros doscientos de sufrimiento luchando contra un enemigo invisible, duro, infatigable... A las ocho, ElHermandodAlex y Prisillas nos dieron el relevo, al final fueron más de 32 kilómetros llenos de ilusión, el trabajo estaba hecho y la satisfacción era mayúscula.

Un día después repaso lo que ocurrió, mis piernas están cansadas, pero yo estoy lleno de orgullo, por ayudar a quien lo necesita, por correr con mis amigos y con mi mujer, por ver a mis hijos felices con su esfuerzo, en definitiva, porque con días como el de ayer, entre todos conseguimos que este mundo sea un poco mejor.

¡GRACIAS!

PD: la foto es de Marta García, no me digáis que no tiene mérito hacer una foto tan chula con unos modelos tan feos...
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De hidalgos y escuderos

Todo comienza en un instante. Un instante que de tan pequeño resulta casi atemporal. Pero ese instante se dió en el momento justo y en la persona precisa. Fue el instante en que se produjo la sinapsis entre dos neuronas perdidas y anónimas en la cabeza de un magnífico obrador. Este orfebre de la vida que moldea la de muchos otros con sus pasos en un continuo trotar maduró la idea y la hizo pública. La idea afloró con timidez en una cotidiana salida de domingo. Posteriormente se mostró algo más valiente en una reunión de locos y ahí sí, ahí fue cuando la maquinaria se puso en marcha. Uno se encargó de los engranajes, otro de los trinquetes, alguno del aceite para que todo rodara con suavidad y el maestro obrador continuamente se encargaba de dar cuerda a la maquinaria. La idea fue tomando forma, las aristas se fueron redondeando y la ilusión iba en aumento. Entonces llegó el día. El dios del tiempo decidió hacer que la jornada fuera épica. La agresividad de las inclemencias zurció el vestido de la gloria mientras que un montón de locos daban las puntadas sobre los hilvanes que había trazado el maestro obrador. Locos anónimos, grandes corazones unidos por la mas pura humildad en una extraordinaria gesta. Hermanos que comparten pasos. Hijos caminando junto a sus padres. Familias enteras. Amigos que suman esfuerzos. Una vuelta, dos, tres... algunos dan hasta 100 vueltas de tuerca y el sueño torna realidad. Las palabras, hechos. La ilusión, realidad. Lo difuso, nitidez. La duda, certidumbre. El esfuerzo, hazaña. El día, mito. Lo que hoy, el día después, es una tangible realidad, quizá dentro de 200 años sea leyenda. Lo que queda, los posos de esa maquinaria, son lo que de verdad importa. Quienes lo hicieron posible anoche durmieron tranquilos. El tiempo presentará batalla con el olvido, pero lo que no sabe el tiempo es que emprende una batalla de antemano perdida, porque estos locos jamás olvidarán el orgullo de haber sido manos, piernas e instrumentos con los que el maestro obrador hizo historia.

GRACIAS MAESTRO POR ESCRIBIR LA HISTORIA CON LETRAS MAYÚSCULAS.
De locosdelCerro

22 de febrero de 2010

Las cartas sobre la mesa

Dos carreras me quedan por hacer:
*La Tragamillas de Villalba, en la que espero encontrarme a gusto por vez primera.
*Media maratón de Segovia, en la que quisiera resarcirme del mal rato pasado en la anterior edición en la que me dio un buen 'pajarón'.
Una vez pasadas y sin temor a perder velocidad por andar corriendo en el monte, comenzaré a dedicarme a mi entrenamiento con vistas a mis dos retos personales del verano. No os podéis imaginar las ganas que tengo de empezar. Me conformo con llegar a tener la buena forma del año pasado en el verano.
Chicos, no nos queda nada para comenzar...

18 de febrero de 2010

15 de febrero de 2010

De vuelta de Sevilla

Ya he vuelto de Sevilla. Ya ha pasado este maratón en el que tenía puestas algunas de las ilusiones de los últimos meses. He terminado con un sabor amargo. Nada grave, pero ha habido una serie de apuros, coincidencias de última hora y algún que otro despropósito que no me han permitido disfrutar plenamente del fin de semana ni del maratón. Bueno, ahí va la crónica.

El fin de semana empezó complicándose con que mi hija mayor no podía venir a Sevilla. Un cambio de última hora en una fecha de examen se lo impedía, así que al final sólo viajamos ¾ de familia. Viaje estupendo, mucho menos pesado de lo que yo había imaginado por ir en coche.

Según llegábamos, a las 11:00 del sábado, parada en la feria del corredor para coger el dorsal y no estar pendientes de ese tema y rápido nos fuimos al hotel. En el hotel había una panda de villalbinos que habían llegado en el primer tren y estaban esperando a los que viajaban más en familia que tenían que llegar en el segundo turno. Dejamos las maletas y nos fuimos a patear Sevilla. Turismo típico de cámara de fotos. Comida de tapeo, visitas a Catedral-Giralda, Plaza de España, Parque de MªLuisa, etc. Cena estupenda en la Alameda y prontito a la cama.

Llegó el día D.

Desayuno con los compañeros del club, traje de gala y con Jesús y su colega Luis nos fuimos al estadio. Va a empezar la carrera y tengo a mi lado al gran Ppong dispuesto a facilitarme las cosas. Empezamos la carrera mal situados, pero pronto se va aclarando el panorama y llevamos un ritmo impecable. Hacia el km 7 Ppong decide regar un árbol del parque del Alamillo que le debió parecer a él que estaba algo seco. Yo sigo a un ritmo una pizca más lento hasta que me vuelve a alcanzar pasado el km 10. Seguimos con la charleta de maratones, carreras y amigos, hasta la avenida de Kansas City, fea con avaricia. Allí noto que nos vamos acelerando una pizca, así que empiezo a retener.

Por el km 20 Ppong se paró un momento a tomarse un agua con unos polvos. Espero que no fuesen sal de frutas, porque de circulación gaseosa ya íbamos bien los dos. Misma estrategia que con el riego: sigo para delante un poco más despacio pensando que ya llegaría Ppong al cabo de un rato, pero en el agua del 25 empiezo a tener algún problema muscular en forma de calambre que me hace parar a estirar. Demasiado pronto para ocurrir esto.
Al poco de arrancar a correr de nuevo me pilla Fifo y entonces entiendo que Ppong ya ha debido de pasar y no nos hemos visto.

Ritmo prudente, con miedo de que haya más calambres, hasta que así ocurre en el km 32. Estirar y vuelta a trotar. Al poco rato me pasa el grupo de 3:30 y no consigo engancharme al ritmo. Ahí me relajo y me dispongo a terminar este maratón sufriendo lo mínimo, ya no merece la pena buscar ningún otro objetivo. Al final 3:38.

El maratón de Sevilla me ha parecido que tiene una organización impecable. Creo que no se le puede poner ni un pero. Sencillamente perfecto. Un trato exquisito al corredor, desde el precio superbarato (joder, si te dan hasta una equipación), la organización de la feria, el guardarropa, los avituallamientos, los voluntarios, duchas en el estadio... Perfecto, de verdad.

El circuito rapísimo, llano, ideal para reventar el crono, pero ¡feo de cojones! Tristón, sin un alma, con avenidas largas e interminables, sin apenas pasar por el centro de la ciudad... Lo único bonito que tiene es la entrada al estadio, que es bastante espectacular. Me gustó mucho. Te sientes casi como un atleta de los buenos entrando en semejante estadio por la puerta de verdad.

Ahora toca abrir un período de reflexión. Quizá cambie de objetivos. Tengo que retirarme algún tiempo a pensármelo, detenidamente.

Me habéis ofrecido vuestro apoyo y vuestra amistad en muchos momentos y con vosotros he pasado muy buenos ratos. En la doble A de Prisillas, vuestra amistad es la A mayúscula y el atletismo es la a minúscula, pero aún así, ahora necesito parar y reflexionar durante algún tiempo. Tengo que poner orden en muchas cosas.

Un fortísimo abrazo para todos.

Date una vuelta por Haití


 O dos, o tres... tráete a la familia, a los amigos, a todo aquel que quiera colaborar, cuantos más seamos más podremos conseguir, ¡os esperamos!