28 de diciembre de 2011

Madrid - Segovia - Gracias






La verdad es que, como tantas otras veces, no tenía pensado escribir la crónica de esta Madrid-Segovia, pero soy débil y no puedo evitar sentarme un ratillo y poner por escrito aquellas cosas que tanto me gusta releer con el paso del tiempo. Además, por otro lado, tal vez alguien lo lea y pueda servirle para, cuando se le ocurra hacer algo así, echarse para atrás a tiempo.
 Porque seamos realistas, no es normal madrugar un sábado para meterse más de 100 kilómetros entre pecho y espalda. Algo hay suelto en nuestra gran cabezota para además disfrutar con ello, porque no puedo negarlo, más o menos durante el noventa por ciento del tiempo, disfruto como un enano.
 Pero dejémonos de preámbulos y vayamos al grano, que es donde está la chicha, esta vez no habrá varias entregas y los capítulos no llevarán el nombre de un kilómetro determinado o un pueblo en medio del camino. Esta vez es una crónica de gratitud, gratitud a este deporte, por hacerme diferente, y sobre todo, a todas esas personas que han conseguido que sea capaz de hacer cosas como estas.
 Porque no debemos olvidar y no podemos negar que en un deporte solitario como este, tenemos detrás millones de motivos para seguir adelante, mucha gente que nos apoya y nos hace dar un paso más, amigos que facilitan tu camino, a todos ellos va dedicada esta carrera.

Marian, Ale y Miguel
 Gracias, esta vez fue Marian, mi mujer, la que me convenció para correr. Tras el GTP andaba yo un poco perdido, sin objetivos a la vista, saliendo a correr de vez en cuando, sin saber muy bien que hacer. Estaba también algo tristón, poco a poco me metió en la cabeza la idea de repetir… - se te ve tan feliz cuando corres. No pude decir que no, el último día me inscribí en la prueba, con gran dificultad por cierto, ya que el del banco decidió que eso era una locura y casi la convence para no pagar la inscripción. Ale y Miguel, como no agradecer su alegría ante mis “éxitos”, su apoyo incondicional a pesar del tiempo que les robo con mis entrenamientos, como no regalarle al pequeñajo esa medalla de finisher que tanta ilusión le hace. Ahora ya tienen una cada uno y puedo retirarme tranquilo.

ElhermanodAlex
 Gracias, a pesar de que nos abandonaste por ir a ver a Nadal con todos los gastos pagados, sé que te hubiera gustado estar con nosotros. Tu llamada la tarde anterior me recordó que había una carrera y empezó a meterme en la misma.

Pepedespacio y Alex
 Gracias, en una carrera como esta la logística es muy importante, el que nos llevaras a la salida nos dio tiempo de sueño y nos quitó un montón de preocupaciones. La tranquilidad de no tener que pensar en trenes, metros y transportes es un plus en la carrera. Por allí apareció también el bueno de Alex, gracias.

Almudena
 Se acerca la hora de la salida, no tenía esta vez la tensión de otras veces, el haberme inscrito a última hora y el haber terminado ya el año anterior quitaban gran parte de hierro al asunto. El plan era tirar con Biri y Alberto hasta donde el cuerpo aguantase y después… depende, si estoy cerca de casa me quedo y si ya estoy camino de Segovia, me doy un paseo hasta el acueducto. Como veis, no llevaba el planteamiento del GTP, ese de sufrir todo lo necesario para llegar sea como sea. En estas estaba yo, atendiendo a los periodistas de Antena3, cuando por allí apareció Almudena, con su alegría contagiosa, con una sonrisa de esas que dan luz. Gracias. Me ayudaste a darme cuenta de que lo que iba a empezar en breve era importante, algo por lo que mucha gente iba a luchar de verdad, algo que no se puede hacer todos los días.

Chema
 Este tío es muy grande, en todos los aspectos, para el que no le conozca, decir que mide dos metros y pesa más de 100 kilos, decir también que todo lo que tiene de grande, lo tiene de buena persona (y aquí no estoy exagerando, antes sí, un poquitín). Gracias. Toda la ilusión y el esfuerzo que has puesto en esta prueba le dan un valor añadido que no puedes imaginar. Si alguien merecía acabar con éxito eras tú, tal vez  sea difícil de creer, pero fue mayor mi alegría cuando me enteré de que habías completado la prueba que cuando llegué yo al acueducto. Tras las fotos con la bandera de “los locos del cerro”, alucinados nos dejaste con ella, hicimos juntos el primer kilómetro. Me gustó.

Rita
 La Pelos, la sonrisa más grande, en la salida, en Tres Cantos, en Manzanares, en Cercedilla, hiciste más kilómetros en tu bicicleta que todos los participantes juntos. Gracias. Desde la bronca por ir demasiado rápido a la llegada a Tres Cantos hasta tu cara de preocupación al ver que a Cercedilla llegaba solo y cansado. No se olvidan tus ánimos. Porque tenías razón, el primer tramo fue muy rápido, es prácticamente llano con la excepción de pequeños cuestones junto a las vías del tren, con trote tranquilo, pero trote al fin y al cabo, y caminando solamente cuando la pendiente se hacía demasiado grande. Fue más sencillo de lo que recordaba. Antes de darnos cuenta íbamos camino de Colmenar Viejo, disfrutando de la bajada hasta el ¿río?... y es que estaba todo tan seco que el río no lo vimos por ninguna parte, a partir de allí, subida larga hasta el avituallamiento, por primera vez me quedo atrás, pero en la cuesta del cementerio, consigo dar alcance a mis compañeros para llegar juntos. Esta vez no había comida, por lo que, oliéndome lo que iba a ocurrir, decido salir un poco antes que ellos, poco después, saliendo ya de Colmenar, camino del puente medieval, me alcanzan y superan con facilidad, entramos en el control con un par de minutos de diferencia.

Belén
 Gracias por los ánimos. Pasados unos metros del avituallamiento me di cuenta de que el calor empezaba a hacer de las suyas. Había llegado rápido con la esperanza de seguir con este par al menos hasta Manzanares y debía tener la cabeza en otro sitio, no sé en qué estaría pensando. Al llegar al final de la cuesta volví a la realidad, pero no era momento de volver atrás… mira que cruzarme con la famosa Miss Pegasus y no darme cuenta… Aquella subida hasta Manzanares fue bastante bien, terreno conocido y compañía, me sentía mejor que el año anterior, fue un placer bajar la trialera y llegar hasta las puertas de la Pedriza con Biri y Alberto. Allí, camino de Mataelpino, volví a quedarme atrás.

Melchor
 Aproveché por tanto para bajar un poco el ritmo, el calor era intenso a esas horas, andaba en las cuestas y trotaba ligeramente cuando bajaba hacia la ermita de San Isidro, en cuya fuente me di un buen remojón. La subida siguiente, camino de Mataelpino, se hizo muy dura, ya sea por el calor o por caminar por donde normalmente paso corriendo, tal vez por estar muy cerca de casa, fue el peor momento de toda la carrera, llegando a pensar seriamente en coger el camino de Moralzarzal y llegar a casa a la hora de comer. Pero en el peor momento, tras la cuesta de entrada al pueblo, allí estaba Melchor dándonos su apoyo, gracias amigo. En esa tesitura no me podía retirar, más teniendo en cuenta que al llegar el dúo dinámico me hizo la “promesa” de ir despacio para que me uniera a ellos en breve.

Arantxa
 Saliendo de Mataelpino entramos en territorio comanche, lo más duro, terreno complicado y calor máximo, continuas subidas y bajadas que impiden coger un ritmo adecuado. Sendas estrechas y polvorientas. Voy cansado, llego al kilómetro 50 de carrera en poco menos, un par de minutos, de seis horas, por lo que las 12 horas soñadas, pero no creídas, quedan lejos. Poco después oigo un grito de ánimo, Arantxa desde la portilla me anima, me cuenta que me llevan solo ocho minutos de ventaja y aprovecha además para sacarme guapo en las fotos, lo cual tiene un mérito enorme y nos hace ver su valía como fotógrafa. Muchas gracias. De ese pequeño instante salieron fuerzas escondidas que me hicieron volver a trotar y caminar a muy buen ritmo hasta aquel avituallamiento en el que un año antes pensé en la retirada, la pista larga que hasta el llegaba fue está vez positiva, en ella adelanté a unos cuantos corredores, llegando por primera vez al control entre los cincuenta primeros.

Prisillas
 Una de las peculiaridades de esta carrera, al menos en mi caso, es que pasada La Barranca ya te ves en la meta. Se me hizo complicado ponerme a correr por el asfalto, pero de nuevo la presencia de Arantxa y su cámara de fotos hacen que saque fuerzas para ponerme a ello. Tras esa ligera bajada, justo antes de llegar al parque de bomberos, nos adentramos en el bosque, con grandes cuestas, que nos llevará hasta la Fonda Real y la bajada a Cercedilla. Según estoy encendiendo el MP3 aparece por allí el gran Prisillas, muchas gracias campeón. Su lesión no le ha permitido participar, pero saca fuerzas y soporta el dolor lo suficiente para no solo acompañarme en la subida sino para adelantarse en pequeños sprints y hacer unas cuantas fotos de esas que se agradecen para siempre. Al igual que el año pasado con Biri, al llegar a la fonda me vuelvo a quedar solo, trotando con alegría hasta el polideportivo de Cercedilla.

El Castillo
 Tras el enésimo grito de ánimo de Rita, al entrar en el polideportivo me vuelvo a dar cuenta de lo grande que es la gente que forma este club: Miguel Ángel Vallejo, Elena, Carlos, que acompañará a Chema de allí a Segovia, Alex… Muchísimas gracias chicos, es genial sentirse querido en momentos así. Un poco de arroz, un tomatito, un maravilloso masaje y de nuevo la compañía del dúo sacapuntas, que volverá a ser trío a partir de entonces. Con fuerzas renovadas trotamos hasta las Dehesas, donde Josegym y Prisillas nos animan y acompañan durante unos metros. La llegada al control de la calzada romana fue más rápida de lo esperado, la subida a la Fuenfría larga y constante, a buen ritmo, de día… tras una corta charla con los voluntarios del avituallamiento empezamos a trotar camino de Segovia, ¡ya está!

Ppong
 Pero no, en un ultra nunca sabes donde puede llegar el problema, y a mí me tocó bajando, sin darme cuenta llega un momento en el que no puedo trotar a pesar de que estamos en asfalto y cuesta abajo, empiezo a sentir molestias importantes en el estómago y falta de fuerzas, bajo el ritmo, camino. Biri y Alberto frenan también, pero su caminar es mucho más rápido que el mío, poco a poco voy quedando atrás, por un momento, siento ligeros mareos y alguna que otra nausea, me esfuerzo por lograr al menos sacar un ritmo de diez minutos por kilómetro pero empiezan a pasarme todos aquellos a los que adelantamos subiendo, no puedo más. Me apoyo en un árbol y con gran esfuerzo logro vomitar, debo ser un poco escandaloso porque según empiezo de nuevo a caminar aparece Biri preocupado, poco a poco, en cuestión de segundos me voy encontrando mejor, sin darme cuenta vuelvo a coger el ritmo de los dos fieras e incluso trotamos fuerte antes de llegar al avituallamiento final. Mi recuerdo en este tramo para el más grande, el Sr. D. Ppong, al cual todos los locos debemos el habernos metido en estos berenjenales, ¡Gracias! Sus problemas gástricos no duran unos minutos sino la carrera entera, y ahí sigue dando ejemplo a todos, para quitarse el sombrero.

Biri y Alberto
 Gracias chicos. No por ser los últimos van a ser menos importantes. Dos locos muy locos, unos atletas espectaculares, fuertes, duros, compañeros. Se nos hace de noche, nos ajustamos los frontales y nos enfrentamos a los últimos 11 kilómetros, feos de correr, por cañadas polvorientas sin interés, aunque este año al menos no me apagaron las luces de la catedral. Biri nos lleva, caminando, con la lengua fuera, este chaval, a sus cincuenta y tantos, no tiene límites, no se cansa, siempre tiene un punto más. Me siento cansado pero contento, voy con la mejor compañía y no estoy pensando en no volver a hacer una locura de estas, lo cual ya es un punto. La entrada en las calles de Segovia es rápida, aprovechamos para correr todo lo que no hemos podido en los últimos kilómetros, ritmos rápidos, giro a la izquierda y al fondo el acueducto… ahora sí.

 Mayayo
  Nada más pasar la meta nos enteramos de que no ha llegado ningún equipo, cara de asombro y circunstancias, deseo de repetir, esta vez como equipo, el año que viene. Sergio, que ha hecho una gran carrera, bajando de doce horas y quedando entre los veinte primeros, está esperando en meta, abrazando y dando la enhorabuena a los que poco a poco vamos llegando, gracias campeón, es todo un honor. De nuevo los amigos de El Castillo. Gracias.

Hermanas, padres, amigos y “cuñao”
 Mención especial para Joel, mi “cuñao”, quien se metió un viaje de Villalba a Segovia y vuelta para ir a recogerme porque pensaba que iba a llegar solo. Gracias. Mis padres, colgados del teléfono. Todos aquellos que a través de mensajes, twitters y facebooks se acordarón de mí y me dieron los ánimos necesarios para sacar las fuerzas suficientes para llegar. ¡GRACIAS!

22 de diciembre de 2011

Vídeo de Presentación. CUT 2012

 Dentro de muy poco Prisillas nos contará con palabras lo que es la CUT, nos cautivará y motivará con su retórica heroica, nos hará sentir importantes en el camino... pero de momento, y como primera presentación de la CUT 2012, este vídeo puede darnos una idea de a qué nos vamos a enfrentar...
 Cuento los días... ¡será un gran fin de semana!


19 de diciembre de 2011

Ha nacido un nuevo loco.

Abro un ojo, pulso la luz de mi reloj Polar y se ilumina la pantalla... "5:14", uf que pronto...."¡Bip Bip Bip! Apago mi alarma, son las 7:45 y ahora sí es hora de levantarse. Bien ¡hoy toca montaña!

Como cual zombi llego a la cocina, desayuno no muy fuerte porque en pocos minutos he quedado con Prisillas enfrente del Maxidía de Alpedrete. Mientras desayuno pienso la ruta de hoy, "se hablaba de ir para Collado Mediano o para la Sierra de Hoyo, uf, ¡hoy tiene pinta de hacer frío!", compruebo en internet la temperatura en Collado Mediano; -6ºC y no van a subir de 0ºC. Habrá que abrigarse.

Equipado salgo de casa y compruebo que el cielo empieza a clarear y el frío es intenso, pero el puro oxígeno de la mañana y el ánimo de una buena ruta me carga las pilas.

Empiezo a trotar hacia el Maxidía de Alpedrete pero llego 10 min antes, "mierda que frío, mejor voy a trotar hacia el encuentro de Prisi" y a trote chiquito de la calzada llego al encuentro de Prisillas que no se esperaba cruzarse conmigo y con cara sorprendida; "¡Coño, gonchu!". Tomamos el reformado paseo de Alpedrete hacia la Dehesa de Villalba charlando y a un trote mas rápido ("creo Prisi hoy tiene ganas de levantar flequillos, miedo me da").

Nos damos al encuentro de Fernan que aguarda siempre puntual con los brazos cruzados y con cara de frío y las rodillas en movimiento, "joder, ¡que frío hace!" y al poco llega corriendo Mikel con ojeras de recién levantado y con cara gélida "¡Buenos días!, siento tardar pero he saludado a Arancha y esperado un poco a Fernan a ver si aparecía". "Hoy parece que no viene Luis", vaya, lástima.

Después de charlar un rato decidimos comenzar la ruta por la ladera del Cerro.

Yo voy un poco mosca por el tema de los cazadores ya que los tiros y la caza por ésta época rompe la perfecta armonía del monte, pero confío en la amplia experiencia de mis compañeros. Pasamos por la primera cerca y pasamos el primer cortafuegos, cuesta gris y cruzándonos con dos cazadores con sus relucientes escopetas cargadas al hombro... (yo nos saludo, soy así de borde, lo siento).

Comenzamos la subida en dirección depósito del moral, aquí el desnivel aumenta por terreno irregular y empiezo descentrado, voy quedándome pero no me preocupa porque voy con mi ritmo de subida tranquilo ("estamos empezando"), veo que me voy distanciando pero voy a subir a mi ritmo ("estos están muy fuertes").

Casi 1 Km cuesta arriba esperan mis compañeros y me preguntan "¿cómo vas gonchu?", "bien bien, venga vamos que si me paro es peor" y retomamos la subida, y pronto me distancio otra vez pero Prisillas disminuye su ritmo para tirar un poco de mí y no dejarme sólo. Pienso "le estoy rompiendo el ritmo", "estoy pasando factura a la cena de empresa del Viernes", estoy descentrado...

Unos metros mas arriba esperan Fernan y Mikel en un pequeño mirador y les digo "vamos a hacernos una foto" y intento como puedo hacerla con mi móvil los cuatro, ¡clik!.

"vamos, venga seguimos que nos quedamos helados" y continuamos subiendo hacia el cruce del cortafuegos dónde empiezo a centrarme, "vamos muy bien".

Llegando al cortafuegos dudan por el de bajada al Moral, y planteo..."¿subimos al cerro?, yo voy bien, pero no paremos mucho" (pasa un ángel) creo que ésa era la chispa que faltaba para encender la mecha de las tres máquinas que me acompañan, "venga vamos" dice Mikel, prisillas comenta "vale vamos... ¡gonchu te vas a cagar!" y Fernan sube disparado, (uf en buena me he metido...).

El desnivel aumenta considerablemente, subimos por el lateral del cortafuegos hacia el cerro entre pinares, con el suelo repleto de secas hojas aciculares que forman una blanda alfombra marronácea que dá gusto pisar y que agradece el impulso de subida junto el apoyo con alguna roca que hace que parezca mas fácil el ascenso.

Algún tramo subo andando (sufro), pero intento correr, subo, sufro, vamos. He perdido de vista a éstos, no pasa nada, ¡¡vamos para arriba!! (voy centrado).

El repecho duro del cortafuegos empieza remitir pero sigue siendo subida, me incorporo al centro del cortafuegos por un terreno blando, irregular y con piedras sueltas, sigo centrado pero lento, no paro (se oyen dos tiros de algún cazador...), subo.

Al fin veo colores llamativos, si, son mis compañeros esperándome ("que máquinas, cómo suben") y me vuelven a preguntar "¿como vas gonchu?", les digo "bien, pero vamos no paremos", y continuamos ahora en descenso llegando a unas pistas con buen desnivel y preparadas para grandes saltos en MTB, pero Fernan y Prisillas no pierden comba y aumentan considerablemente el ritmo de bajada y yo sigo la rueda de Mikel que baja a un ritmo mas prudente ("no sé si le estoy cortando el ritmo a Mikel o me está esperando"), no obstante disfruto como un enano bajando aunque controlando porque el cuerpo se va, me ayudo equilibrándome con los brazos.

Llegamos a unos tramos mas suaves donde Mikel empieza a recortar la bajada atravesando entre pistas, le sigo, que pasada !parecemos Kilian's¡ Cuando el desnivel de bajada disminuye Mikel me comenta de un mirador que tiene un aprecio especial donde disfruta muchas veces de sus vistas y me recomienda su visita y le respondo "un día subiré con tiempo" (ya lo creo que lo haré).

Bajamos mas suaves pero veo que sigo quedándome porque el ritmo de estos es mayor que el mío, pero siempre hay alguien que espera, siempre hay un compañero que se preocupa. Como en esta ocasión de Fernan que por la senda de los cazadores me espera y charla conmigo "me encanta esta ruta, es de mis preferidas", y sin duda es bonita por su amplio ángulo de visión de Morazarzal.

El sol alumbra claro la reciente mañana y el frío disminuye, (casi los guantes sobran) y comenzamos una de las últimas bajadas fuertes y aumento mi ritmo con Fernan e incluso alcanzamos a Mikel con cometario incluído "!parecéis caballos!", pero fue un error acelerar... al girar una curva...la llamada "cuesta de la risa"... (creo que me he excedido bajando...), y efectivamente lo pago terminando la subida disminuyendo el ritmo y sufriéndolo hasta el final del entreno, uf, vaya cachondeo de cuesta.

Prisillas me grita "vamos gonchu!", me estoy quedando atrás aunque sea llano y volvemos por la ladera del cerro en dirección a la Dehesa, sigo mi ritmo pero mas lento de lo normal hasta llegar al cruce donde tiramos al punto limpio, aquí mis piernas me pesan. Fernan me comenta "a este ritmo que llevas al final de Madrid-Segovia adelantas a un montón de gente", como me anima que grande es, va tirando de mi, lo agradezco pero pronto se desmarca no le puedo seguir.

Atravesamos el asfalto de la M-601 y por su lateral en dirección rotonda del lobo cojo. Prisillas y yo nos despedimos de Mikel y Fernan ("¡nos vemos!") y tomamos ruta de vuelta a Alpedrete por Calle de la Chopera, se me hace duro porque me pesan las piernas bastante (me estoy acordándome de la cuesta de la risa) y se lo comento al paciente Prisillas que me regala unos cuantos buenos consejos. Charlamos y conseguimos llegar al parque de Santa Quiteria y casualmente aumento el ritmo unos metros para rematar (que masoca soy).

Ya enfrente de Maxidía me despido de Prisillas, y el último repecho de subida a casa flaqueo y llego sufriendo. ¡Bien!, ¡magnifico entreno¡ es lo que pienso dando un paseo andando para recuperarme. Estiro muy poco y subo a casa. Ahora toca uno de los mayores placeres de la vida, ¡la ducha!.


Muchos no se explican porque un Domingo me levanto pronto para sufrir, que pudiendo estar descansando en la cama salga a la fría sierra de Madrid a correr y que el resto del día tenga las piernas pesadas. Pero muchos no se explican que el disfrute es enorme al estar en contacto con la naturaleza, inigualable. Puedo narrar esta salida, y sólo algunos pueden entender estas sensaciones, como por ejemplo unos cuantos locos que se animan de hace años a correr por la montaña, ellos creo que comprenden, tienen mis mismas sensaciones, ellos disfrutan corriendo por la montaña.

Creo que hoy ha nacido un loco, un loco del cerro.

16 de diciembre de 2011

CUT 2012. TRAILER.

El día D se acerca,en breve, el día 22 en torno a las 21:30h, el CUT 2012 será presentado en sociedad. El trabajo realizado en las últimas semanas dará su primer fruto, pero solo es el principio, queda mucho más por hacer...


11 de diciembre de 2011

Crónica de una escapada anunciada...


El domingo día 4 de diciembre acudí a la Marmota, una carrera de 25 kilómetros por la zona de Colmenar Viejo. Alguien de mi trabajo me la comentó y, tras echar un vistazo, me pareció que era una prueba que se adaptaba a mis posibilidades. Sin embargo, una vez inscrito y viendo con más detalle el recorrido y los desniveles, me di cuenta de que, a pesar de que parecía una carrera de montaña, no era tal dado que la mayor parte del recorrido transcurría por pistas y no había ningún tramo técnico ni de subida ni de bajada. Demasiado rápida para mí. Eso, unido al hecho de que me apunté solo, hicieron que en la salida me encontrara con menos ganas de las pocas que ya de por sí tengo antes de cada carrera.
Y es que no podía evitar pensar, justo antes de cruzar la alfombrilla, en las más de dos horas de sufrimiento que me quedaban por afrontar. Por eso, últimamente me encuentro mucho mejor en distancias largas o con recorridos duros. A pesar de sus dificultades evidentes siempre parece haber un momento donde te puedes relajar, donde puedes bajar el ritmo lo que quieras o echarte a andar si la cuesta se empina, de tal modo que no me resultan en absoluto agobiantes. Sin embargo, saber que te quedan muchos kilómetros de bajadas en las que irás ‘a muerte’, con toboganes que te machacarán las piernas y algunas subidas en las que no podrás parar lo más mínimo sin que te pase un montón de gente, en mi caso, hace siempre que me plantee, por fin, una carrera sin ‘lucha’, que me invada el deseo de no competir lo más mínimo, de disfrutar como en los entrenamientos observando a la gente, acompañando un rato el ritmo de los que van más suave que yo, forzando en las zonas de subida con las piernas frescas por el ritmo pausado de ese ‘dejarse ir’…. Acompañado de Juanjo un corredor de Villalba al que conozco del gimnasio, me encontraba tan ensimismado deleitándome en esta posibilidad que me sorprendió el inesperado inicio de carrera. Tanto, que no me dio tiempo ni de despedirme de él porque fue oír el sonido mágico que nos pone en marcha, ver al corredor de blanco con una cincha en la rodilla con el que he coincidido en las tres últimas carreras y unirme a su ritmo, para regular mis demasiado rápidas salidas. Ya estaba en carrera y para competir.
A los dos kilómetros ya era consciente de que me había equivocado. El ritmo de mi corredor de referencia era demasiado alto: en las otras carreras la diferencia básica era que empezaban con fuertes subidas por lo que él tardaba en alcanzarme unos kilómetros. En bajada su ritmo era demasiado fuerte para mi por lo que cambié rápido de estrategia y me puse a regular enseguida intentando buscar otra ‘liebre’. Durante casi ocho kilómetros el terrerno fue muy favorable picando hacia abajo con algunos llanos y pequeños toboganes en los que mantener el ritmo alto se hacía cada vez más difícil lo que vaticinaba un final muy duro por la todavía considerable distancia que quedaba.
En cuanto empezaron las cuestas fui consciente de que las piernas no iban tan frescas como me hubiera gustado llevarlas. Los largos y tendidos tramos de subida me pesaban mucho y más, si cabe, ver que la gente me pasaba en ellas. Así transcurrieron varios kilómetros y un par de controles, viendo como poco a poco me iba pasando algún corredor suelto en un número mayor de los que yo alcanzaba. Sólo en alguna bajada corta y técnica conseguía recuperar terreno  y algún puesto. Entre el kilómetro dieciséis y el diecinueve el cuerpo recuperó por un momento las ganas de correr lo que me animó bastante. Más todavía lo hizo el hecho de pasar por el veintiuno en 1:33 lo que me sorprendió gratamente. Sin duda iba rápido para mis ritmos y en absoluto hundido como pensaba.
Poco duró lo bueno. En los cuatro últimos kilómetros, coincidiendo con varios tramos de subida, algunos de ellos tirando a duros pero siempre ‘corribles’ (lo que los hacía durísimos a esa altura de carrera), noté una pájara considerable. De esas que hay que combatir con pocas fuerzas, mucha cabeza y un enorme sufrimiento. Apelando a mi espíritu ‘trailero’, ese que nos insufla fuerza y coraje donde sólo hay dolor y desesperación, conseguí ‘arrastrarme’ y llegar a meta sin pararme ni perder mucho más tiempo. Llebaba 1:54:59 en carrera.
La anécdota del día fue que, como llegué tan mal, en ningún momento pensé en mirar las clasificaciones sino que me fui al coche y volví a Villalba como alma que ha visto al diablo. Qué sorpresa tan agradable ver al día siguiente en las clasificaciones que había conseguido mi primer podium: segundo clasificado en VET-B (>50 años). A ver si hay suerte y repito en alguna otra carrera para pisar podium….

Nueva imagen

Empieza una nueva etapa para Los Locos del Cerro. Este blog, lugar de unión para nosotros y escaparate de cara a todo aquel que nos quiera conocer, no es ajeno al cambio, así que toca renovar su aspecto de cara a todo lo que nos espera. Espero que os guste...





9 de diciembre de 2011

C.U.T. experiencia 2012

Ya está, se va consolidando. Como una gestación. La veremos crecer poco a poco y siempre nos acordaremos de sus inicios, de cada momento, de cada anécdota. Algo que nos acompañará para siempre.
Yo sé bien lo que implica, lo que significa y lo que representa. 
Repleta de pequeños esfuerzos realizados por cada uno de nosotros que sumarán una gran cantidad de energía e ilusiones invertidas.
Ahora llega el primer momento de disfrute. La presentación al resto de los invitados y conocidos de nuestra aventura. 
Gracias por escuchar el sueño de este loco.

6 de diciembre de 2011

Bailando con Locos.

Estas últimas salidas por el monte con algunos de mis amigos los Locos del Cerro han sido moy motivantes y todo un alivio para mi estado de ánimo.
En lo deportivo he disfrutado mucho de ese duro día por el embalse de Navacerrada donde terminamos empapados de agua por la lluvia. Me encantó subir contracorriente de los regueros por la senda camino del hospital de la Barranca y sentir el frio en los pies cada vez que pisaba un profundo charco bajando el carril del miedo. Aquel día además nos juntamos los 4 de la Goi lo que fue algo muy especial para mi. Sólo me falto cruzar corriendo ese crecido navalmedio que imaginaba.
Después he tenido ocasión de descubrir el vertice geogésico del ventorrillo una mañana fresquita, pisar nieve helada durante la ascensión al mirador de las canchas y disfrutar de ese magnífico camino Ortiz de bajada. O, como esta mañana adentrarme en el cerro del Castillo de Collado Mediano y regresar por la cañada hacia Alpedrete jugando con los toboganes.
Poco a poco, voy mejorando mi estado de forma. Aún, "manque me pese" no puedo aguantar el ritmo de subida a los galgos y tener que caminar cogiendo aire mientras ellos continúan trotando hace que me "hierva" la sangre. Pero me motiva para esforzarme cada entreno y esperar al siguiente para ver el alcance de mi evolución, deseando que llegue para comprobar si, por un lado estoy más cerquita de ellos y, por otro saber que durante la travesía siempre habrá momento para la emboscada cuando el espíritu guerrillero se despierta.
En lo personal, cuando el ánimo no puede estar elevado por la situación social y económica que nos toca vivir, disfrutar de la "doble A" siempre es un bálsamo y un consuelo.
Gracias Locos. Es un placer corretear con vosotros.