6 de noviembre de 2011

Ejemplo de vida

Las pupilas aún vidriosas emborronan la última mirada a tu ser físico. Te marchas y lo único que nos quedará de ti son los recuerdos, pero supiste hacerlo tan bien que hasta el final los recuerdos que creaste se resumen en la imagen de tu sonrisa.

Siempre fuiste superior a cualquier impertinencia que a la vida se le antojó regalarte día tras día. Desde el fatal anunció hasta la última exhalación tu sonrisa fue la respuesta que acompañó hasta a la más fatal de las circunstancias. Once años de incontestable sonrisa.

Tu nos has demostrado que no es necesario llegar a viejo para vivir con plenitud. Tu excelencia fue el coraje y el mayor triunfo el mirar a los ojos a la mismísima muerte y sonreír. Tranquila, incólume, aceptaste tu destino y soportaste tanto el peso de tu enfermedad como el de mantener a flote a tus padres y hermana, a tu tía, demás familia y amigos. ¿Quién iba a pensar que detrás de la fragilidad física que aparentabas se mostraba la más fuerte de las ganas de vivir?

Hace 29 primaveras que brotó una flor que el pasado jueves se marchitó para volver a la tierra y siendo energía transformada se unió de nuevo al cosmos del que todos algún día formaremos parte. Sea éste mi pequeño y humilde homenaje a la que sin saberlo nos ha dado una lección magistral de cómo ha de vivirse esta inmisericorde vida.

Naiara, jamás nos olvidaremos de tu sonrisa. D.E.P.

4 comentarios:

  1. Este es el tipo de entrada que no me gustaría tener que leer, lo siento mucho amigo.

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  2. Profundas y sentidas palabras amigo.
    Todo mi apoyo en estos momentos de dolor.
    D.E.P. tan ejemplar persona.

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  3. D.E.P.

    Ánimo. Quédate con el buen recuerdo.

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  4. Gracias. La verdad es que siempre, a pesar de ser algo esperado, es algo difícil. Pero bueno, de momento se me da bien relativizar todo mucho y la distancia ayuda al olvido. Lo peor es la familia de Vitoria, que lo vivió día a día.

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