13 de abril de 2015

Uno más que se nos separa

Hoy ha fallecido Eduardo Galeano, alguien a quien conocí (en el sentido más extenso de la palabra) de rebote y que me llenó hasta el punto que desde entonces, ahora hace ya casi 20 años, llevo este poema escrito en mi cartera, siendo él mismo referencia en la niebla de lo cotidiano. Sea éste un sencillo pero muy emotivo homenaje que sirva de recuerdo a su persona aquí, en nuestro pequeño espacio del mundo.


Los Nadies

Sueñan las pulgas con comprarse un perro
y sueñan los nadies con salir de pobres,
que algún mágico día
llueva de pronto la buena suerte,
que llueva a cántaros la buena suerte;
pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy,
ni mañana, ni nunca,
ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte, 
por mucho que los nadies la llamen
y aunque les pique la mano izquierda,
o se levanten con el pie derecho,
o empiecen el año cambiando de escoba.

Los nadies: los hijos de nadie,
los dueños de nada.
Los nadies: los ningunos, los ninguneados, 
corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos, 
rejodidos:

Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones,
sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folklore.
Que no son seres humanos,
sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número. Que no figuran en la historia universal,
sino en la crónica roja de la prensa local.
Los nadies,
que cuestan menos
que la bala que los mata.

Eduardo Galeano

Si me caí es porque estaba caminando. Y caminar vale la pena, aunque te caigas.

Eduardo Galeano

P.D.: Eduardo, añoraremos tus letras. Especialmente Los Nadies. (D.E.P.)


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