4 de mayo de 2016

Betiko zoroak


Finos hilos de algodón blanco nube hilvanan la hilera de crestas, telar donde engancharse sus hermanas mayores, nubes de sombra y frío, a tejer el paisaje característico del pueblo de Zegama. Es temprano y he dormido poco, apenas un cerrar y abrir de ojos. Me ha despertado el ajetreo de cucharillas guiadas por manos somnolientas en su afán de marear un café que lucha por no mezclarse con el dulce azúcar que le arrebatará su esencial amargor, como si de un anticipo se tratara de lo que el tiempo hará durante las próximas doce horas con nosotros, guiado por la madre naturaleza que se ha propuesto una vez más demostrarnos que si la queremos hollar tendremos que sufrirla. Yo no desayuno antes de salir y por eso he hecho pereza en la cama, pero el bullicio de los preparativos, el ir y venir de los locos y la música que con todo el cariño ha preparado Alberto para meternos en situación, lejos de ayudar y debido al cansancio y la preocupación de lo que pueda acontecernos durante la jornada, hacen que esté de mal humor. Además, un vacío horada mi alma, burla de un destino inclemente que ha hecho que no estemos todos los que somos. Como no es habitual verme así (salvo mis queridas Elisa, Pa y Zoe pocas personas conocen esta parcela de mi ser) rápido los locos recaen en mi decisión de que el silencio sea quien me acompañe y hable por mí hasta bien avanzada la jornada.
Tejido ya el blanco techo pisamos la plaza de Zegama, punto de partida de sueños, alegrías y alguna, por qué no, decepción. Grata sorpresa nos espera al ver que Lurdes nos acompañará durante los primeros kilómetros. Mientras aguardábamos que agujas eclesiales marcaran las 7:00 hrs. en punto, hora impuesta por el “Jujuez”, frías gotas de suave lluvia hacen acto de presencia para recordarnos que estamos en zona verde y eso no es gratuito. Así, a partir de aquí la ruta se puede resumir en verde clorofila, olor a lluvia, blanca nieve, fría ventisca, cortadas aristas de cumbres caprichosas, donde recorrer sus crestas es como cabalgar olas que amenazan con romper contra el valle, valle de lechos de hojas “centenarias”, calor y frío, alegría y desesperación, sonrisas, nervios, agotamiento, esperanza y un punto y final inacabado, porque todos dejamos allí, de una u otra manera, la ilusión de volver a saborear ese barro característico y revivir lo que esta tierra indómita regala a todo el que a ella se da. Zegama ha sido, es y siempre será un lugar donde muchos de nosotros anhelamos volver antes incluso de haber partido.
Gracias a todos por haber hecho de esta CUT, para mí, algo especial y muchas gracias a la gran familia de Zegama por regalarnos su tiempo, cariño y amistad de forma incondicional, sin prejuicios, con humildad y ternura. Mila esker, bihotz-bihotzez.

Gora Zegama eta "Los Locos del Cerro" delakoak


P.D.: Esta CUT inicialmente iba dedicada en exclusiva a Prisillas y a Ppong por motivos sobradamente conocidos. Sin embargo, he decidido dedicársela a aquellos que estando desde el principio no pudieron ir. Locos, esta CUT fue por vosotros.

4 comentarios:

  1. Gracias a ti por ser cómo eres y gracias al resto de Locos que de una u otra manera han puesto su granito de arena....

    ResponderEliminar
  2. Para mi esta CUT ha sido una mezcla de alegría y un puntito de tristeza. Alegría por reencontrarme con un paisaje que me fue familiar y unas gentes con las que compartí mi fragor juvenil, por correr al lado de gente a la que me une una maravillosa afición; pero también tristeza porque en el camino no sólo encontramos nuevas gentes y vivencias sino también despedidas que encogen el corazón y anudan la garganta. Por desgracia nada perdura excepto en nuestros propios recuerdos. Con ellos me quedo.

    ResponderEliminar
  3. Para mi esta CUT ha sido una mezcla de alegría y un puntito de tristeza. Alegría por reencontrarme con un paisaje que me fue familiar y unas gentes con las que compartí mi fragor juvenil, por correr al lado de gente a la que me une una maravillosa afición; pero también tristeza porque en el camino no sólo encontramos nuevas gentes y vivencias sino también despedidas que encogen el corazón y anudan la garganta. Por desgracia nada perdura excepto en nuestros propios recuerdos. Con ellos me quedo.

    ResponderEliminar
  4. Todo mi agradecimiento por tu trabajo, por tu ilusión, por tan bonita descripción como haces de esta CUT y, sobre todo, por llevarme de nuevo a Zegama.

    ResponderEliminar