3 de febrero de 2011

Divagaciones de un día cualquiera...

 Jueves. Suena el despertador, no hay alarma, solo música. La canción es “I’m yours” de Jason Mraz. Intento quitarme el sueño de encima con agua fría y café caliente. Vistazo rápido a las noticias, arde el museo de El Cairo. Tristeza. Siempre aplacé esa visita y ahora ya es tarde.  Recuerdo de oportunidades perdidas.

 La consulta hoy es monótona. Enfermos crónicos y urgencias de mentira. Tengo delante las nuevas guías, americana y europea, de RCP. Pero mi cabeza está en el GTP. Tal vez esté un poco obsesionado. Sobre todo con La Maliciosa. Es sin duda, desde mi ventana, el pico más bonito de la Sierra de Guadarrama. Nunca he llegado a su cima. En un par de ocasiones llegué al Collado del Piornal. Por un motivo u otro siempre fui hacia Guarramillas. La próxima vez será diferente.

 Mi trabajo puede ser terrible. En el día más tranquilo puede surgir lo peor. Cáncer no es la peor palabra que puedes encontrar. Temo mucho más a otra, desconocida por muchos: Recidiva. Acabo de escucharla. Rabia. Injusticia. Quien ha luchado y ha vencido no debería sufrir más. El tiempo se acaba y las cosas por hacer no tienen fin. Recuerdo de oportunidades perdidas. Recuerdo de un amigo que lo está pasando mal.

 Son las  doce de la mañana de un día cualquiera. Te das cuenta de que además de maravillosa, la vida puede ser muy cruel. Es una carrera de fondo. En el nacimiento está la salida y paso a paso nos acercamos a la meta, que será nuestro final. Creo que me gustaría que mi carrera fuera la Madrid-Segovia. Entre otras cosas porque es larga. Es además tranquila. Poco a poco hacia arriba. Bajando al llegar al final, pero acabando a media altura.

 Y me pregunto, ¿Cuál sería vuestra carrera?


2 comentarios:

  1. Mikel, me encanta esta foto. La tengo un cariño especial.
    En cuanto a tu reflexión merece que la medite un poco más.
    Buena entrada, si señor.

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  2. Muy buena entrada Mikel y pufffff, ¿Cuál me gustaría que fuera mi carrera? Pues difícil. Imagino que dependerá de cada momento de la vida y de la situación en ese momento concreto. Creo que lo único que tengo claro es que me gustaría que fuera larga, muy laaaaaaaargaaaaaaaa. Con altibajos para no aburrirme y con un final feliz. Vamos, que fuera finisher. Por el resto, me contento con poco, que tuviera unas vistas preciosas, que el amanecer me pillara en lo alto de una cumbre y la lluvia cayera para refrescar en los momentos de calor. Que en los momentos duros tuviera a la familia y amigos al lado para recordarme porqué estoy corriendo y que los que se fueran quedando por el camino lo hicieran una vez nos hubiéramos disfrutado y exprimido lo suficiente (Preferiría sufrir por los que se quedan que quedarme y hacer sufrir, sobre todo si mi salida es poco a poco y de forma consciente, no sé si lo soportaría). Por su puesto que todo esto lo digo pensando en la carrera de la vida, de las otras cualquiera me vale siempre que sea acompañado por algún que otro loco, cuantos más locos mejor.

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