15 de febrero de 2011

La Tragamillas

 Me había negado a hacerlo, había pensado que este año no bajaría al asfalto, quería evitar sufrir para lograr un tiempo mediocre en un tipo de carrera que no me llena.
 Recuerdo con nostalgia aquella primera media maratón en Ávila, un gran reto al que enfrentarse, fueron una hora y cuarenta y siete minutos de felicidad, muy tranquilo al principio, tal vez demasiado, y disfrutando y corriendo como un loco a partir del kilómetro nueve.
 Unos años más tarde, las medias no me llaman, reconozco no haber corrido ninguna de las clásicas, no he trotado por el frío de Getafe ni sufrido en las cuestas de Fuencarral, no se me ha ocurrido correr la media de Madrid y Santa Pola está muy lejos.
 Pero es “la Tragamillas”, nuestra carrera, esa a la que mis compañeros de club y yo mismo dedicamos un tiempo que no tenemos para que salga bien y todos los corredores acaben contentos, cada uno aporta su granito de arena, unos playas enteras y otros, entre los que me incluyo, pequeños parques infantiles. Una carrera muy especial porque se corre en las calles de mi pueblo, porque según pasan los kilómetros encuentras conocidos en cada esquina, porque toda la familia está pendiente, porque a Fernando le hace muchísima ilusión hacer un 1:28, porque este año homenajeamos a un compañero que no la podrá volver a correr, porque… son tantos los motivos que al final he decidido que habrá que batirse el cobre y sentir de nuevo como las pulsaciones se elevan y como los kilómetros pasan despacio a pesar de no haber ido nunca tan rápido.

3 comentarios:

  1. Pues muchas gracias por lo que a mí respecta. Eso sí, no te calientes mucho no sea que me lleves con la lengua fuera... Habrá que ir con Melchor y hacer lo del año pasado pero aguantando el tirón final si estamos bien.

    ResponderEliminar
  2. Tela Mikel, cómo te superas en cada entrada. La leo y necesito volver a leerla y no contesto hasta que no pasa algún día para poder asimilarla bien. La verdad es que ya lo hemos comentado, pero este año no nos tira mucho a ninguno de los dos meternos en velocidades y asfalto, pero una vez que le vemos las orejas a nuestra carrera nos cambia la mentalidad y nos llama el crono. Yo este año acompañaré a un compañero del trabajo para ayudarle a bajar de 1:40. A ver si hay suerte y vosotros también ayudáis al abuelo a sentirse un pelín más joven ;)

    ResponderEliminar
  3. Tragamillas, tragamillas....
    Como bien comentas nuestra cabeza nos dice "este año desde la barrera" pero luego, se aproxima la fecha y por unos o por otras nos vemos en a linea de salida para dar lo mejor de nosotros mismos.
    Este año toca intentar que nuestro amigo llegue lo más arriba posible en la clasificación.
    El día 6 la respuesta.

    ResponderEliminar