12 de enero de 2012

Una ilusión asturiana


En los confines de la memoria, mucho más allá del recuerdo escrito y cuando las gestas, por muy gloriosas que fueran, se transmitían de boca en boca, ya se diferenciaban entre las gentes de cualquier pequeña aldea, esas almas inquietas, inconformistas, prófugas de todo lo que sonara a monotonía. Lejos del abrigo y la seguridad que daba el grupo buscaban siempre, en los límites del horizonte, una nueva montaña que sobrepasar, un desconocido desfiladero en el que adentrarse,  algún turbulento río que navegar o un mar proceloso donde perderse. Cansados de las invisibles cadenas del acompasado discurrir de los días, soñaban con esa jornada que los llevara en busca de la puesta de sol hacia lo incognito, en una mezcla de temor y deseo, que hacía que sus cuerpos vibraran al son de esa pulsión infinita que ha incitado al hombre desde que es hombre a buscar el límite en sus mil variadas formas.
Ese espíritu es, sin duda, el que sigue impulsando a muchos de nosotros a poner nuestra alma en empeños de poco valor y de mucho esfuerzo, pasando muchas horas de sufrimientos vanos por esos montes perdidos, en tareas ilógicas para muchos, descabelladas para aquellos que saben disfrutar de la molicie en sus más diversas vertientes. Imposible explicarles que es un sentimiento que se ‘siente’ pero que no se puede transmitir; que, a pesar de su profundidad en lo más oculto de nuestro energía primigenia, surge como un volcán que nos lanza hacia el cielo como una droga potente y embriagadora. Nunca lo entenderán porque nunca lo experimentarán.
Pues creo que esa misma alma, esa inquietud es la que nos va a llevar dentro de poco a tierras asturianas para intentar allí, algo que probablemente nunca haya hecho nadie hasta ahora: una bonita e irregular elipse de ochenta kilómetros por un terreno tan desigual como atrayente. ¿Esfuerzo inútil? ¿Trabajos vanos? No es sólo un reto personal, un intento de superación de nuestros propios límites porque en definitiva el que más o el que menos alguna vez ha conseguido logros parecidos. En este caso se trata de algo menos íntimo y más relacionado con la emoción compartida y la amistad. Todos aquellos que  piensen que el deporte es tan sólo ‘marcas personales’, ‘tiempos’ y ‘competencia’ deberían asomarse a este ‘rincón’ de los Locos y comprobar que esta actividad es otra manera más de unir a gentes de lo más diversas en un mismo empeño. Esta vez, sin el apoyo logístico de ninguna carrera y sin las medidas de seguridad que éstas te proporcionan, lo más importante será el amparo del grupo, y el triunfo de cada uno de nosotros será el del resto. ¿Estamos preparados? Creo que sí. 




5 comentarios:

  1. Espero poder asistir a este bonito trayecto y poder aguantar/disfrutar todos los km con fuerza. Gran post Fernan y enorme foto :-)

    ResponderEliminar
  2. Todo lo demás que se pueda decir sobra

    ResponderEliminar
  3. No puedo más que darte la razón y felicitarte por el post, me ha encantado.

    ResponderEliminar
  4. Gran entrada amigo Biritxo.
    Ilusión, eso me sobra de cara a esta aventura que un buen día os propuse.
    Ilusión y temor a que no salga como tanto deseo.
    Será duro, pero llevadero permaneciendo unidos. El aspecto climatológico será fundamental.
    Habrá que prepararse bien. Y saber renunciar si no estamos listos.
    Como ya dije, cabemos todos y hay muchos papeles en el reparto.
    Antes de lo que queramos estará en un horizonte cercano.

    ResponderEliminar
  5. Me alegra mucho que os haya gustado. He tratado de reflejar lo que creo que todos pensamos en algún momento y que es tan difícil que entiendan los demás, a veces, e incluso en alguna ocasión o en algún mal momento, nosotros mismos.

    ResponderEliminar