29 de febrero de 2012

Alucinando...

 Mi formación científica y mi trabajo diario, supongo que también por mi forma de ser, hacen que no sea una persona crédula, me paso el día oyendo hablar de dietas milagro y mi experiencia de muchos años ya me dice que esos milagros no existen.
 Por eso cogí este libro con la mayor de las reservas, intentando disfrutar únicamente de la historia y la antropología, intentando no hacer mucho caso a las teorías que muestra en torno a la técnica de carrera. Tengo que decir que me ha sorprendido gratamente, me había hecho una idea equivocada tanto de una cosa como de otra.
 Pero me ha sorprendido muy gratamente, la historia está muy bien, engancha lo suficiente como para no dejar el libro a medias (hacía mucho que no leía un libro del tirón). Antropológicamente es muy suave y me deja con ganas de mucho más, por lo que tendré que empezar a dar vueltas a la red en busca de más información acerca de los Tarahumaras mejicanos.
 Y llega el problema, por lo leído en algún foro o blog me esperaba un gurú del "barefoot", un Dukan o un Montignac de esos que sufro a diario en mi consulta. En lugar de ello me encuentro con un corremontes bastante cabal (si eso es posible) que me hace dudar de mi determinación en "no hacer caso a lo que lea", presenta estudios y habla de sensaciones, pero no veo un "adoctrinamiento" ni una búsqueda de creación de la secta que esperaba. Tal vez ese sea el motivo por el cual esta mañana casi sin darme cuenta he hecho aquello que no se debe nunca hacer, y menos tres días antes de una carrera importante. Por otro lado, también se dice que estirar es imprescindible para evitar lesiones y yo nunca lo hago así que...
 Como de costumbre, dejo a los enanos en el cole y... empiezo a correr. Llevaba una semanita con cierto dolor en la rodilla, es lo que tiene bajar al asfalto e incrementar los ritmos, por lo que los primeros metros son difíciles. Nada más dejar atrás el colegio y la gente cambio la pisada, dejo de impactar en el suelo con el talón y lo hago con la parte central del pie, la espalda recta, la respiración tranquila, ¿el ritmo?... en torno a 4:44 para entrenar el ritmo del globo en la Tragamillas.  De inmediato empiezan los "problemas", el pinchazo en la rodilla de las últimas salidas ha desaparecido, no hay dolor. Por supuesto, lo achaco al descanso de ayer y pienso en que en cualquier momento volverá a dar la lata. Y vaya si la dio, pero sin dolor, solo en forma de molestia, a partir del kilómetro diez y en cuesta abajo. 
 No parece ser un problema ¿verdad?... De momento no voy a creerme nada.
 Y ahora llega el verdadero problema, el de verdad, siento que correr es fácil, la respiración mejora y sorprendentemente el impacto disminuye, se hace más sencillo ir hacia delante, por lo que el ritmo se escapa. Durante siete u ocho kilómetros me obligaba a bajarlo, a ir más despacio. Después me he dejado llevar, no he intentado "ir rápido" en ningún momento, he controlado respiración y pulsaciones, he llegado al coche con ganas de más, de mucho más...
 Al terminar he mirado el fore...


A pesar de todo no me creo nada, pero seguiré investigando...


5 comentarios:

  1. Pues ya me gustaría a mí intentar ir despacio y rodar a esas velocidades. Esta mañana he salido despacio, también a ritmo de globo-tragamillas, en mi caso 5:12, pero ni se me ha ido de las manos ni nada.

    La rodilla derecha protestando después de dos días de descanso, así que pásame el truco.

    A lo mejor te tenías que ir con el globo de 1:30 ... o ir a tu bola para terminar antes.

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  2. Querido Mikel, me temo que eso ha sido más bien producto de la base que has forjado en los últimos dos años que de la técnica de carrera. En cuanto a estirar, me está viniendo de fábula con la rodilla ¿habrá que empezar a cambiar nuestros prejuicios?

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  3. Creo que el libro merece la pena ser leido.
    Y creo que te venía que ni al pelo con esas salidas veintekilometreras que te metes como si tal cosa.
    El "correr natural" creo que trasciende el barefoot, las ultras, o la alimentación controlada. Creo que es más una necesidad personal o una ¿forma de vida?.
    Yo también cambie mi pisada y zancada los primeros días tras la lectura del libro y experimenté la sensación de libertad que transmite simplemente hacer aquello que tanto nos gusta.
    Con el paso de las semanas uno regresa a su mecanica pero el espiritu aventurero de desafiar al terreno, de alcanzar el final de una cuesta resoplando y sobre todo disfrutar de la compañía de otros Locos perdura y me empuja a soñar cosas como la CUT.
    Eso sí, las zapatillas desde entonces mejor minimalistas, solo quiero sentir el terreno, el resto que lo trabajen mis piernas.
    ¡A seguir corriendo!

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  4. Pues habrá que echarle un ojo al libro. Se lo regalé hace un tiempo a mi hermano y no me ha comentado nada. Imagino que no se lo habrá leído porque tiene muchos pendientes. Yo, por mi parte, prometo hacerlo. En lo de estirar doy por completo la razón a los que piensan que es importantísimo. Cuando lo hago no me molestan nada los tendones. De eso saben mucho los orientales y no en vano llegan a la madurez bastante bien. Tenemos que hablar menos cuando acabamos y estirar más.
    En cuanto a ti ¿dónde tendrás el límite? No lo sé pero te daré un consejo: no te lo pongas.
    Ayer por mi parte hice una salida clásica y me encontré bastante mal. Lo atribuyo al medio catarro que tengo y que parece que se va pasando.

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  5. El hecho de que no seamos coches hace que cada uno tenga sus manías y lo que le viene bien a alguien sea malo para otros. Nunca estiro y me viene bien, pero no os recomendaré jamás que no lo hagáis.
    Supongo que como dice el maestro, el cambio de zancada durará unos días, somos animales de costumbres y volveremos al redil tempranamente, además, por muy bien que fuera, miedo me da el cambio de uso en los grupos musculares, evitará lesiones pero puede hacer que otras diferentes afloren, eso sí, puede ser una buena alternativa cambiar de vez en cuando para evitar sobrecargas.
    ¿Límites? los que me imponen mis pocas ganas de sufrir en los entrenos...

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