31 de agosto de 2012

Mi TP 60K (El desenlace)


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¿Estábamos perdidos?, ¿tendríamos que retomar parte del camino?... Un pequeño agobio se apodera de nosotros ya que seguimos sin encontrar la pista que nos indique la dirección correcta.

Nos separamos para buscar alguna pista y decido ir en dirección paralela al río (ya que me sonaba de estudiar el recorrido sobre mapa en días anteriores). Empiezo andar un poco y al fondo veo algo entre unos setos justo al lado del camino... en el suelo parece que hay una cinta de colores roja y blanca, me acerco y ¡bingo! Seguramente algún niño habrá quitado el nudo donde estuviera atada y habrá volado ocultandola de nuestro campo de visión. Uf, ¡menos mal que la encontré! Silvo a mis compañeros de carrera para reunirnos y reanudar carrera y al comprobar que la cinta había sido literalmente arrancada, la atamos a la rama de un árbol para que desde la distancia se pudiera ver bien sirviendo para a otros corredores que viniesen detrás nuestro.

Al retomar, curiosamente no nos había adelantado ningún corredor y eso que perdimos bastante tiempo. Ya más adelante visualizamos otra cinta bien situada. Pasamos por los los arcos del puente de Navalacarreta y después de tirar una foto en la Boca del Asno al Onubense (que insistió varias veces en esa zona debajo del puente), éste empezó a hacer cálculos y de repente no le cuadraban los tiempos y se empezó a agobiar hablando sólo en alto. Noto que el chaval que nos habíamos encontrado hace poco empieza a tirar y los dos se marchan poco a poco, aprovecho para decirles “chicos, nos vemos en casa de la pesca, voy a ir más tranquilo” y justo una pareja de señores cincuentones me pregunta “¿vienes de una carrera?, ¿qué carrera es?, ¿desde donde habéis salido?” y tomo un poco de aire y sin prisa les explico en qué verengenal andamos metidos. Después de una rápida explicación la pareja queda muy agradecida y se despiden de mí entre aplausos deseándome mucha suerte.

De nuevo sólo, con siempre a mi lado el agradecido río Eresma intento recargar pilas concentrándome en un paso ligero y tomándome un gel para ver si recupero. Compruebo que estoy bebiendo mucha agua porque los bidones van totalmente vacíos y estoy tirando del depósito de agua (camel), espero no tardar mucho en llegar a la casa de la pesca porque hace bastante calor... Saco fuerzas y empiezo a trotar.
Llego a un bonito puente de madera que cruzo y me sitúo en la zona del Arroyo del Telégrafo donde después de un trote muy suave me adentro en una preciosa zona de helechos con bastante humedad que hace que vuelva a beber con ganas y notando que ahora sí me estoy quedando sin agua en el camel... Este tramo fue uno de los más bonitos de la carrera y de los más sufridos por el fuerte cansancio que notaba en las piernas. No pude saborear esta zona como hubiera querido (y queda pendiente para hacer una ruta) pero mi mente estaba en la "lejana" casa de la Pesca... La zona de helechos era interminable y empiezo a tener malas sensaciones, lucho por continuar y pienso en la suerte que tengo por estar atravesando estos lugares en los que siento como la naturaleza asoma, notando como los helechos rozan mis piernas y que cada paso que doy es menos distancia al próximo avituallamiento donde esta vez descansaré y mucho.. ¡vamos!

Sin darme cuenta entro a una pista asfaltada y sufro porque las piernas notan el cambio de suelo pero a lo lejos se asoma lo que parece ¡¡¡el avituallamiento de Casa de la Pesca!!! Dios, la carpa de pocos metros cuadrados eran para mi el mejor oásis que haya visto, la alegría me inunda y compruebo que está el Onubense cascando como un descosido con los voluntarios y el chaval que iba con él estaba sentado en el suelo reventado.
Nada más llegar me fichan el Control chip y me llenan los bidones de sales, cosa que vacío rápido porque me los ventilo rápidamente y vuelvo a hacer el mismo procedimiento porque no me sacian del todo. No hay mucha sombra y me siento en una roca donde las hojas de un árbol me cobija con escasa sombra, pero por fin noto algo de relajación muscular... una chica de la organización me dice “Ahí si que se está bien eh! (me guiña un ojo)” y la contesto con una sonrisa. Compruebo que el Onubense intranquilo empieza a retomar su marcha (esta vez no se para a hablar conmigo), y con prisas mirando su reloj no dice ni una palabra al chico joven que sigue sentado en el suelo y sale disparado, pienso "que alivio...”.
En el avituallamiento de Casa de la pesca.

Estuve casi 10min descansando y con algo de pereza me levanto a recargar el camel de mi mochila. Mientras lo hacen, observo como me lo rellenan con botellas de 2 litros y sonrío para mí disfrutando de tener de nuevo las alforjas llenas. Que felicidad.
Aprovecho para charlar, comer naranjas y para oír un comentario que era como que el primero de la carrera del GTP acaba de pasar hace pocos minutos por este avituallamiento y que ¡¡se lo han llevado al hospital!!, “¡ostras! ¡que bestia!, ¿cómo es posible?”. Pregunto y me informan que es Aitor Leal y que estaba batiendo todos los records de la prueba y que ha llegado haciendo eses, muy deshidratado y sin saber qué quería ni dónde estaba llevándoselo al hospital de Segovia rápidamente, ¡qué fuerte!
Estuve un rato hablando con simpáticos voluntarios/as y me comentan que sólo queda una dura cuesta, Navacerrada y lo demás que está “chupao” (no les creo pero me animaron). Decidí retomar saliendo de la acogedora sombra de la carpa, me ajusto la mochila y cuando me voy andando y doy tres cortas zancadas de repente me parece oir......
¡¡Espera!! ¡¡¡Gonchu!!!! ¡¡¡¡Campeón!!! ¡¡¡Joder esque eres la ostia, que grande!!!!
Pienso “no puede ser”, me giro y voy a intentar narrar una de las mayores alegrías de carrera porque cuando sinceramente no te esperas que nadie viniese a animar aparece corriendo un compañero, un enorme atleta, otro loco del monte, una persona excelente, ¡¡¡RAFA con su hijo!!! (se me pone la piel de gallina aún)
Nos dimos un abrazo enorme (sin importarle si iba oliendo a ñú o fuera empapado de sudor) y el personal del avituallamiento alucinaba viendo el gran compañerismo, ¡que orgullo!

Ver a alguien de este nivel en este punto de la carrera sinceramente fue clave para continuar el resto de carrera ya que me moló saludar a su hijo (futuro y prometedor deportista) y charlar unos minutos con Rafa que retomé con una energía distinta, renovada, es difícil expresarlo. Psicológicamente iba lleno de nuevo, Gracias Rafa por ese momento.
Saliendo de la casa de la pesca

Y aún con una sonrisa en la cara y habiéndome despedido entre gritos y palabras de ánimo de Rafa, continuaba por una subida en pista asfaltada donde las cintas nos desvían indicándonos una pista de tierra que intento hacerla corriendo pero decidiendo andar para que no se haga muy dura la subida. Llego a una zona que parece ser un descargadero de pinos y continuo por parte del GR10 donde una fuerte subida hace que siga andando y note el paso de los kms en las “patas”. Llego a otro descargadero de pinos, y entre el silencio del monte me pasa tranquilo el actual primero del GTP y me dice muy bajito “venga, ánimo”. De nuevo me encuentro bien, estoy disfrutando de esta parte del camino. Atravieso Arroyo Minguete donde mojo mi gorra y me la pongo fresquita en la cabeza que hace que me sienta bien por unos instantes (me encanta esta sensación) hasta que veo al fondo lo que será uno de los tramos mas duros de la carrera.

Comienzo de la dura Subida a Fuente de la Fuenfría.
Se asoma una pedazo cuesta de tierra y piedras sueltas con un porcentaje bastante elevado, tomo aire, comienzo a andar y no tardo en encorvarme por la dura inclinación del camino. No sé como se llama esta cuesta pero es la que yo llamo el "Tourmalet de la fuente de la Fuenfría",  hablando claro... ¡duro de cojones!
En mitad de la subida empiezo a recortar distancia a un chico con unos pocos años más que yo, que lleva zapatillas de asfalto, camiseta amarilla y dos bastones. En cuanto se da cuenta acelera el paso de subida y le sigo la rueda, no tengo prisa ninguna... Aún con una subida de este nivel y con los kms acumulados en las “patas” empiezo a disfrutar de la carrera de nuevo, ¡como me gusta subir!
El chico sube muy bien y no quiero adelantar, continúo mi ritmo sin levantar la cabeza demasiado ya que seguimos encorvados por el gran desnivel de la “jodida” cuesta... Se hace eterna, pero curiosamente disfruto. Miro de nuevo para controlar lo que queda de subida y en una de estas con vista algo borrosa por el sudor alcanzo a ver una silueta conocida bajando muy “deprisa”, espera... ¡no puede ser! Oigo...... “Gooonchuuuuu!! Campeoón!!! Aúpaa! Muy bien craaaaaack!!

La segunda vez que se me pone la piel de gallina en carrera y LA ALEGRÍA ME INUNDA en plena cuesta, en pleno esfuerzo y en la que creo que la cuesta más dura de la carrera un compañero aparece bajando con zancadas experimentadas (creo que alguna vieja ardilla de la zona seguramente ya lo conozca :-), con camiseta azul y blanca, mochila conocida por muchos, gorra transpirable, cámara en mano, (sonrío) y pienso “Joder, ¡¡que alegría cojones!!” Tengo que comentar que a partir de aquí, al que considero uno de los principales maestros que he tenido en carreras de montaña me llevó prácticamente en volandas hasta casi Navacerrada. ¿Cómo? Pues os iré explicando, primeramente la cuesta sencillamente se me hizo menos dura y sin darme cuenta vi al fondo un conocido camino que cruzaba perpendicular a la subida, y allí estaba el siguiente objetivo  ¡¡ La Fuente de la Fuenfria!! ¡bien!

En plena senda de los Cospes asoma entre pinares la que es para mí la fuente más bonita de la sierra madrileña con un caño que porta un chorro de agua limpia y fresca que hace las delicias de los montañeros. Al acercarme a la fuente me graba un chico de la organización y a su vez me “asalta” una persona de Cercedilla.tv grabándome en vídeo (minuto 24:27) y preguntándome en tono simpático si no uso bastones para subir, si hacía la carrera sólo, etc. Termino de charlar con el simpático hombre y aprovecho para ofrecer mi pulsera a un chico de la organización pasando el lector del Control chip, bebo "deliciosa" agua en la fuente y me refresco la cabeza, brazos, piernas y empapando de nuevo mi gorra.
Charlo un rato con los magníficos voluntarios agradeciéndoles su tarea y presentándoles a uno de los seis supervivientes de todas las ediciones del MAM y que ha venido a animarme. ¡Vaya nivel de avituallamiento!

Por la Senda de los Cospes.
Arranco sin perder mucho tiempo, de primeras me despisto y tiro en sentido contrario a la carrera y los voluntarios me indican el sentido correcto de la Senda de los Cospes ¡ups!, pequeño despiste. Sigo corriendo con Prisillas que no para de tirarme fotos, grabar algún vídeo (con resbalones incluídos), subiéndose a rocas, animando sin parar, etc ¡¡que lujo de pomponero!! ¡Para que quiero ir a la Zegama con gente como Prisi!.
Todo este tramo me sentía totalmente recuperado y feliz charlando con Prisi (aunque las piernas a veces se hicieran notar), iba comentando el transcurso de la carrera, preguntándole por los demás donde me entero que Alex y Ricki no continuaron carrera en La Granja (una pena, son unos tíos muy grandes y seguro que en otra ocasión la acaban con nota), también que Carlos y Chema seguían en carrera y que Alberto ha bajado un poco su ritmo en el GTP "menos mal, iba muy rápido, esta vez tiene que acabarla". Para mayor felicidad en un cruce de rutas comienza mi camino preferido, el remodelado Schmid.
Camino Schmid
No paro de correr, es más, disfruto cada piedra, cada pino y el olor que desprenden, cada grito de ánimo de Prisi, sintiendo como la carrera transcurre mejor de lo que pensaba hasta ahora saboreando las buenas sensaciones del esfuerzo en montaña. Adelanto al chico de la camiseta amarilla y seguidamente aprovecho para llamar a mi mujer y avisar que tardaré poco en pasar por el Pto de Navacerrada (espero poder verlas allí).
Nos adelanta el segundo del GTP y por lo que recuerdo que era bastante simpático
porque al animarle Prisi le preguntó sobre alguna duda del trayecto, cosa que Prisi respondió rápidamente facilitando la tarea a este rápido corredor.
Prisillas acompañandome en Schmid

Casi a fin del camino Schmid, Prisillas me alerta que debe quedarse y volver a atrás para intentar darse al encuentro con Chema y Carlos, y ocultando mi sensación de tristeza le digo a Prisi que no había problema (mucho trayecto estuvo acompañándome). Me aconseja sobre lo que me queda de camino y nos despedimos para vernos en meta.

Continúo sólo pensando en lo grande que es nuestro Prisi y no tardo en llegar a la estación de esquí de El Escaparate donde empieza la carretera de los Cogorros.
Comienzo carretera Cogorros
De repente saboreando el fin de cuesta una nueva sorpresa,¡de nuevo veo a Rafa! Madre mía cómo se desplaza este crack. Me indica que sentados en un banco están la mujer de Chema y uno de sus peques, me paro a saludar y me tomo el tiempo necesario para presentarme (aún empapado de sudor, que presentación...). Me despido y continúo por la carretera cuesta abajo con nuestro Rafa que decide acompañarme corriendo hasta el Puerto de Navacerrada. Voy charlando con él y me pone al día de la carrera además de comentarme la envidia que le da viéndome correr esta carrera y aprovecho para recordarle que él es mucho mejor corredor que yo y que estoy seguro que él es capaz de ésto y mucho mas.

Aprecio el descenso por la carretera de los Cogorros ya que al estar ya sombreada me doy cuenta que la intensidad del sol se está debilitando. Esto agradece porque el sol ha pegado hoy. A pocos metros, llegamos al Pto de Navacerrada y veo un par de carpas situadas al lado del Bar de la M-607 y cerca de la sombra de la carpa veo lo que parece otra persona conocida.... Otra alegría inunda mi espíritu, me parece ver un carrito de bebé conocido y una preciosa rubia con gafas de sol... dios, que alegría... ¡Mis chicas!
Viéndolas a lo lejos me emociono intentando que no se note (incluso creo que Rafa lo notó). Curiosamente casi todas las personas del avituallamiento aplaudían mi llegada (que emocionante), y antes de llegar a la carpa me desvío un metro para dar un besazo a mi Elena que era parte del público y también para dar varios besos a mi bebé que me pareció que oliese a jazmines frescos. Tengo que decir que las boquillas de los bidones no las tendría bien cerradas y al agacharme a dar un beso a mi Nora perdí poco de agua de los bidones (menos mal que estaba en avituallamiento). Debo que tener cuidado en cerrar bien los bidones para otras carreras porque no puedo perder agua en carrera.

Repongo líquidos, recargan bidones y como alguna naranja pero curiosamente me encuentro muy bien y no pierdo mucho tiempo. Me despido amigablemente de los del avituallamiento agradeciendo su tarea y compruebo que en la terraza del Bar están charlando la simpática mujer de Rafa (que tenía la pierna escayolada) y la “futura mujer” de Alberto que me saludan con la mano. Se acerca Rafa diciéndome, “toma una CocaCola fresquita, te la debo del MAM en Cabeza Hierro” y compruebo que está fría de verdad, doy dos tragos que me sientan de auténtico lujo pero le digo con tristeza que no puedo acabarla porque voy con el estómago bastante cerrado (seguramente por los geles y por el esfuerzo acumulado) y no consigo beber mas. Esos detalles no se olvidan Rafa, que grande eres.

Me despido de Rafa, de mi mujer y mi bebé que se quedan con las chicas hablando y marcho tranquilo pensando que se quedan en muy buena compañía.

A partir de este momento pienso que viene terreno conocido y me animo echando a correr porque ahora si empiezo a pensar que la meta está cerca, pero rápido echo a andar al emprender la subida cementada y por la Trialera del Miedo donde se me hace mas dura que nunca, pero sigo disfrutando mucho con los tonos cada vez más anaranjados de la luz del atardecer ya que esta ruta siempre la hago por la mañana.

Veo que ascienden a lo lejos dos chicos de mi edad, uno con una camiseta negra y otro con la camiseta del club Tierra Trágame. Según voy levantando la cabeza en el duro ascenso compruebo que voy acercándome cada vez más a ellos, y al pasar por el bar de la bola sigo por la senda intentando culminar en el conocido Emburriadero que tanto hemos entrenado con mis compañeros los locos del cerro. Este ascenso lo hago andando y bastante rápido, me sorprendo porque me encuentro bien y les adelanto en poco tiempo. Nos saludamos deportivamente cruzándonos algunas frases de ánimo y continúo con mi constante y larga zancada que hace que los vaya dejando atrás rápidamente.
Banderines llegando al Emburriadero.
Llego al final de la subida pasando una bonita loma marcada con pequeños banderines en el suelo me sitúo en el Emburriadero donde en invierno suele estar todo nevado. Aquí hace que recuerde a mis compañeros los locos donde tanto hemos entrenado, sobre todo de Fernan porqué sé que le gusta llegar a esta zona por tubería. Me hubiera gustado verle en ese momento, le hubiera pedido algún consejo.
Divisando las Peñas de la Barranca no pierdo mucho tiempo, caigo en los corredores que siguen mi rueda y continúo por las cintas blanqui-rojas atadas en cualquier rama que asoma del suelo indicando el camino correcto.

Empiezo el descenso comprobando que ésta cara de la montaña está totalmente sombreada, las piernas notan bastante el cambio y me concentro plenamente en la bajada enlazando por el místico camino de la Tubería donde agudizo sentidos ya que mis compañeros me recordaron en muchos entrenos que la carrera se desviaba en pleno camino de la tubería. Agradezco enormemente este consejo porque la bajada era rápida y a 300m me paso unos 4 metros el discreto desvío. Di la vuelta y me asomo garganta abajo viendo que el camino a seguir continúa bajando la garganta con un desnivel bastante pronunciado, con marcas de pintura que casi no se aprecian en el suelo y con una discreta cinta colgada en un seto camino abajo. Pienso que aquí seguramente se haya pasado más de un corredor porque está FATAL indicado.

Al dar el primer paso en la pronunciada bajada noto bruscamente que los gemelos de la pierna apoyada se suben y se me bloquea literalmente la pierna notando un fortísimo calambre, (¡¡dios que dolor!!)... intento contrarrestar apoyando la otra pierna pero me pasa exactamente lo mismo y no tengo más remedio que tirarme hacia atrás y dejarme caer por la senda de arena suelta. Resbalo unos metros abajo sin poder moverme por el intenso dolor en las piernas e intentando frenar con las manos para no irme garganta abajo. Lanzo un grito de dolor que no pude contener e intento estirar para que pase el dolor pero el mínimo movimiento hace que el dolor se intensifique brutalmente... vuelvo a gritar, me retuerzo.
En ese momento pienso que es posible que la carrera haya acabado para mi y que a pocos kms de meta y en terreno conocido es posible tenga que abandonar... Me quito rápidamente esa idea de la cabeza e intento pensar fríamente con intenso dolor, me intento relajar y decido esperar a los corredores que vienen detrás, que por suerte no tardan en aparecer y se quedan sorprendidos al verme tumbado en la cuesta bajando a ayudarme. Uno de ellos me ayuda a estirar de la punta de los pies para tensar los gemelos, y muy poco a poco parece que el dolor disminuye.
Pierden unos 5 minutos conmigo pero ningún corredor nos adelanta, y ellos deciden retomar la macha después de asegurarles sentado en el suelo que estaba bien y que seguro que me recuperaría en un rato... Les veo descender rápidamente e intento levantarme muy lentamente, comienzo a dar algún paso y bajo como una autentica vieja, pero poco a poco el dolor va disminuyendo aunque tengo que ir con cuidado porque a veces avisan los gemelos para subirse de nuevo...

Me quito las gafas de sol y las guardo en la funda para tener mayor visibilidad ya que la sombra y el sudor hacen que no pueda ver las piedras claramente. El descenso es horrible porque voy de lado para no forzar gemelos y controlando el desnivel, pero progresivamente voy recuperando algo de velocidad entre pinos sin olvidar alguna leve pausa por evitar que me suban los gemelos hasta el cogote. La llegada a la pista de la barranca se me hace interminable y sufro hasta que reconozco la senda. Pienso en algún atajo pero no estoy para “atrochar” en estos estados y sigo legalmente el camino marcado. Voy comiendo, bebiendo y compruebo que el trayecto de bajada se cruza varias veces con la pista de la barranca hasta que llego al parque de aventura “de Pino a Pino”. Me digo “he pasado el descenso más pronunciado, ahora queda llegar a meta”.

Comienzo a correr de nuevo cosa que me parece un milagro y paso al lado del embalse del ejercito del aire y seguidamente por el del Pueblo de Navacerrada.
Al llegar a la barrera que limita el acceso a la barranca me espera sonriente  y solitaria una chica de la organización que me pasa el último control chip que me anima diciéndo “vamos, que ya queda poco, estas en el último tramo”.
Esta vez no paro a charlar porque voy en modo automático e intento no descentrarme de mi trote suave que a veces interrumpo andando por el dolor en las piernas que empieza a ser constante durante éstos últimos km de carrera.
Evito la pequeña rampa que accede al parking de la Barranca y sigo paralelo por la estrecha carretera de asfalto. A partir de aquí comienzo mi trote donde casi no paro hasta llegar a meta. Muy mentalizado y con fuerzas que saco de sólo pensar en meta, enlazo por el camino descendente de gruesa arena con vistas a mi izquierda de la ladera de Majada la luna donde un terreno muy similar a la Sierra de Hoyo me hace recordar a nuestro Mikel (me hubiera gustado que estuviese en ese momento para correr con él).
En ese momento las pedregosas vistas de terreno seco no motivan demasiado mi mente y esto hace que curiosamente sufra un poco, pero desvío mi vista al suelo del camino y continúo concentrado escuchando la frecuencia de mis pasos impactando con el suelo en un trote suave pero constante.

Llego al Almorchon de arriba y continúo bajando concentrado viendo a lo lejos en un muro de piedra un corredor parecía que terminaba de vomitar... No me paré, continúe porque esta vez sabía que si me paraba me costaría horrores retomar el trote...
Llego a un cruce de caminos que nos desvía por la entrada a un camino de chalets y que normalmente suele estar cerrado. Continúo corriendo, el camino hace pequeños toboganes y cada cambio de rasante supone un cambio enorme en mi constante trote..., como sufro, pero queda menos, vamos.
Empiezo a oír en el interior de algunos chalets a un volumen bastante elevado la voz del comentarista de televisión que retransmite el partido de la Eurocopa que en ese momento se estaba disputando; España - Francia. Pienso, “me da igual el fútbol, no te descentres”, y continúo en mi burbuja concentrado en el constante esfuerzo y dosificando cada zancada.

En el momento que vi aparecer la rotonda de la M-607 de Navacerrada, pude visualizar más clara la deseada meta y mi motivación aumentó considerablemente, pienso “queda muy poco... ahora simplemente a por la meta".

El cruzar la carretera era un tanto complicado y con un poco de suerte e intuición la pasé por el camino correcto sin equivocarme y localizando la cinta que ahora sí, ya en el pueblo de Navacerrada, continuaba por la Calle de las Eras.
Sobre el asfalto de esta calle, con un leve descenso y trote constante hace que mis músculos noten cada vez mas el paso de los kilómetros, pero el simple hecho de ver gente pasear me alegra bastante. Algunos paseantes me miran con cara de “quehará éstecorriendoconundorsalconelpartidodelaselecciónemitiéndoseendirecto”, pero el orgullo que sentía en esos momentos es equiparable ni por asomo a un simple partido de fútbol.
Paso la calle Manzanares, veo a gente sentada en terrazas viendo por televisión el partido de fútbol, donde algunos me animan diciendo “!vamos chaval¡ Por cierto, ¡va ganando España!” y les contesto con una leve sonrisa.

Al llegar a la calle de las Huertas hay bastante mas gente viendo el fútbol en las terrazas alrededor de los televisiones, observo que están atendiendo a un corredor esta en el suelo y cerca de éste a Dioni dando un trago rápido a una caña que sorprendido por mi llegada me mira abriendo los ojos casi atragantándose, contestando atropelladamente y dejando la caña en una mesa grita “¡¡coño Gonchu!!, ¿necesitas algo?, ¡¡Vamos campeón que ya estás!!
¡Que alegría ver a Dioni! Continué mi trote porque si me paraba seguro que me costaría mucho volver a andar, pero Dioni se ofreció a acompañarme hasta meta dejando la caña entera en la mesa del bar.

Continuaba corriendo con mucho esfuerzo por la Avenida de Madrid con los constantes ánimos de Dioni y sin darme cuenta estaba adelantando a los dos chicos que me ayudaron a recuperar en la tubería. Al pasarles me dijeron “!pero bueno qué recuperación! ¡vamos que entramos juntos a meta!” pero iba tan concentrado en mi ritmo desde kilómetros atrás que nada me podía frenar para echar a andar de nuevo, y quizás egoístamente en ese instante continué corriendo, aún así les animé a que me siguieran “¡venga vamos!”, pero sin éxito. Ni si quiera miré atrás, mi mente sólo estaba en la meta.
Emocionado entrando a meta.
Dioni me iba explicando que ya tenía la plaza de toros cerca y que estamos al lado, me indicaba el camino y no paraba de animar. Yo veía en sus ojos orgullo por mi carrera, sentía mi esfuerzo, ese sentimiento de gran amor por este deporte que aún cuando no se está corriendo demuestra su apoyo firme a un compañero. Mil gracias Dioni.
Antes de llegar a la plaza de toros Dioni echa a correr para esperarme en meta y yo sigo corriendo llegando a la Avenida del Rosal donde emprendo la última subida y ésta no hace que me pare porque ya veo los muros del polideportivo y tengo energía aún, no me lo creo...

Rotonda a la derecha y veo una discreta entrada al polideportivo pero se hace enorme cuando veo el arco de meta en medio del campo de fútbol y piso el césped artificial. Una especie de escalofrío recorre mi espalda, levanto la cabeza y compruebo que no hay mucha gente pero hay un pequeño grupo pasada la meta, justo en medio pero no alcanzo a reconocerlos de momento...
Empiezo a pensar en todo el esfuerzo realizado en carrera, todos los entrenos en estos meses, todas las subidas, con todos los compañeros y simplemente; me emociono. Me emociono de alegría o que sé yo, algo que sólo se puede explicar sintiéndolo en tus carnes llegando a meta y seguro algunos ya lo habéis saboreado en vuestras carnes, es muy grande.
Levanto la vista y veo el arco de meta, el crono, la gente de la organización y un grupo que creo familiar esperándome después de la meta, levanto los brazos y siento que hoy soy el hombre mas feliz del mundo.... Sí, lo he conseguido.

Me pasan el control chip final, me ponen una original medalla, me felicita el chico de la organización dándome la enhorabuena y veo que el conocido grupo que me espera aplaudiendo, son un grupo muy reducido, pero siento que equivalen a 1000 personas por lo menos, ¡que felicidad!
Entre ellos estaban mis amigos Giorgio y Ceci que hacían fotos sin parar, y con cara de asombro y orgullo, ya que Giorgio además de ser un gran deportista con su chica Ceci forman una pareja de montañeros de corazón, y sé que sienten de veras mi meta. Dioni con su mujer Arantxa y su alegre hija que ya llegando a meta aplaudieron con fuerza e hicieron que me sintiese muy feliz.
Y por último mi guapa y paciente mujer que aguanta mis entrenos y todas mis locuras deportivas. Mil gracias cariño eres la mejor.
Después de dar un cariñoso beso a mi mujer, veo a mi pequeña tumbada boca arriba en el carrito con sus ojos azules claros y bastante abiertos, la doy un beso y la digo en bajito “esta carrera va por ti Nora”.
Beso en meta.
Me gustaría agradecer a este pequeño grupo que esperó mi llegada en meta porque compartisteis un inólvidable momento de mi vida ya que para mi será muy difícil olvidar. Gracias de corazón, os quiero.

Al dirigirme al avituallamiento de meta, cortan la pulsera chip de mi muñeca y bebo feliz y con ganas, como frutas y frutos secos pero el estómago sigue cerrado. Me tumbo en el césped artificial del campo de fútbol y cierro los ojos. Me podría quedar dormido pero estoy soñando despierto y simplemente disfruto del momento.
Me gustaría ver la llegada de mis compañeros Chema y Carlos, ya que sería un orgullo verles llegar a meta. Me gustaría dar un gran abrazo a Chema por acompañarme el primer tramo de carrera y felicitarle por su carrera y a Carlos por su gran reto cumplido. Con enorme lástima no pude quedarme para ver llegar a Lluvio (Alberto) ya que se hizo muy tarde y la familia necesitaba mi presencia... Felicidades Alberto, ¡eres un gran corredor!.

También sentí no ver por allí a mis compañeros de los locos del cerro en meta pero sé que se alegraron por mi objetivo cumplido.
...
Ahora sólo queda saborear de los buenos momentos e intentar aprender de los malos para que en futuras carreras hacerlo un poco mejor, pero sobre todo seguir disfrutando de lo que me gusta.
La medalla sólo será un bonito recuerdo, pero nadie podrá sentir lo que sentimos unos cuantos locos corriendo el Risco de los Pájaros hacia la elevada cima de Peñalara, descender duramente hasta la Majada de Aranguez, recorrer sombreadas rutas en Majalapeña llendo por caminos serpenteantes y repletos de helechos, pasar por el Real sitio de San Idefonso, disfrutar de los pinares de Valsaín, refrescarte en el rio Eresma, ascender por duras cuestas hasta fuentes de limpias aguas, recorrer bonitos senderos de montaña con limpios olores, descender desde tubería por la garganta hacia la Barranca, notar el calor de los amigos y después de mil sensaciones, llegar a meta pleno y emocionado sabiendo que hoy realmente he saboreado la vida.

Hoy he sentido que he disfrutado del deporte, la amistad y la montaña.

Yo seguro que repito, y espero que estés tú allí.

8 comentarios:

  1. Pues nada Gonchu un reto cumplido no es más que la antesala de uno nuevo. Me parece increíble que recuerdes tantos detalles de la carrera. Eso te valdrá para disfrutarla más.
    Ahora a ver si hay suerte y te curas de tu lesión. Creo que el trabajo lo tienes hecho y no debes preocuparte por el parón.
    Mucha suerte y muchos ánimos.

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  2. Bien Gonchu, alucino de cómo puedes recordar tantos detalles.
    Enhorabuena por conseguir tu reto, y ahora a recuperar bien para el próximo, y sobre todo recuerda que si no consigues estar recuperado al 100% mas vale no forzar y dejarlo para otra vez. Lo importante es poder seguir disfrutando de lo que haces sin que afecte a tu salud.

    Nos vemos...

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  3. Pues después de terminada la crónica encuentro una dualidad muy definida en tu espíritu como ultrero.
    Creo que será vital que aprendas a controlar tus ansias y los excesos de intensidad cuando estos te vengan. Vamos a ver si me explico un poco más.
    La metodología con la que has desarrollado tu crónica es una muestra evidente de que lo que haces lo haces a conciencia. Bien por lo que supone de regularidad y sacrificio, pero, cuidado si llega a convertirse en una obsesión que te absorba demasiado.
    Esa puede ser tu fuerza y tu condena.
    Es emotivo ver como disfrutas con esto, con la descripción de los paisajes al rememorarlos y con la intensidad que puedo dar fé vives momentos como el Smichd que coincidimos.
    Ese espíritu cabezón de no rendirte y de pelear por conseguirlo estoy seguro que te puede dar muchas alegrías. Eso sí, repito que debes conseguir que no te condene en condiciones imposibles sobre todo cuando afecte a tu estado físico que tienes que asumir está en periodo de formación. Tu cuerpo continuará endureciéndose y labrándo esa resistencia, pero requiere tiempo y no hablo de meses. Ten paciencia y tendrás mucho ganado.
    En lo personal me alegró mucho que lo consiguieras. Te lo merecías. Y ese tramo que compartimos te vi muy bien. Nada hacía presagiar los problemas que luego describes. Será un tema a vigilar en el futuro.
    Bueno que al final voy a superar la extensión de tu crónica.
    Un abrazo y enhorabuena crack.

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    1. Al igual que algun comentario anterior, me parece alucinante que te quedes con tantas cosas en la cabeza. Se nota que tiras mas de corazon que de cabeza, algo que creo y sobre todo en las ultras debe de ser al contrario.
      Un placer haber compartido aunque poco tiempo parte del camino.
      Recuperate bien, ya veras lo bien que vas en la M-S.

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  4. Después de varios intentos, he conseguido leerla entera!!! jaja.
    Gonchu, solo decirte que apuntas alto y alto llegarás, disfruta de los momentos vividos y de cara a la M-S ... paciencia y escucha a tu cuerpo, no le cojas "asco" y mucho menos le pierdas el respeto a la distancia, por que creo que los logros no se miden en distancia, ni en carreras terminadas... se miden en los sentimiento que se pueden llegar a vivir en un entreno o en una carrera y tu esto lo haces muy pero que muy bien.
    Animo y no te rindas nunca!!!
    un abrazo.

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  5. Gonchu. Tarde, pero llego. Me ha costado mucho escribir esta respuesta a tu entrada y la escribo porque me lo has pedido. Comparto casi al 100% lo que Mikel ha puesto y que ahora aparece eliminado. Quizá sin ser tan "radical" de tener que esperar muuuuuchos años, pero sí es cierto que estas cosas requieren un tiempo. Un largo tiempo de adaptación. Sé que soy el menos indicado para hablar. O quizá todo lo contrario, pues se muy bien qué es enfrentarte a una prueba de estas sin "haberlo hecho bien". No te voy a aconsejar nada, no soy quien ni tengo experiencia, pero sí que te voy a decir lo que veo. Creo que mides todo demasiado, mides cada circunstancia no sólo que ha pasado sino que va a pasar y eso no es del todo bueno. Hay que dejarse llevar, siempre habiendo preparado todo lo mejor posible la carrera pero dejándola fluir a través de uno. Esto quizá no sea así del todo o realmente, pero al menos es lo que interpreto desde fuera. Se ve no sólo en la crónica, que si en el fondo me encanta porque sé que quieres transmitir ésto lo tengo que leer "entrelíneas" porque me pierdo en infinidad de detalles, sino también en esas pequeñas "cabezonerías" que te hacen entrenar más de lo conveniente cuando el cuerpo no acompaña, por ejemplo.

    Haz lo que te pida el cuerpo. Haz lo que te pida el corazón. Pero también haz lo que te pida la cabeza y la razón. Esto es lo difícil de los ultras. Por eso quizá haya que tomarse la vida como un ultra, porque en definitiva también aplica esta lógica tan aplastante.

    Un abrazo Gonchu

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  6. Gracias a todos por vuestros comentarios, aunque en este post me faltan algunas críticas.

    ¡Me gustaría que aparecieran! Siento si pensásteis que me hubieran ofendido, no es así. Perdonadme porque quizás me hubiese expresado mal..

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