11 de marzo de 2011

Ella

Hoy me he reencontrado con una vieja amiga, hacía tiempo que solo la veía a lo lejos, mi timidez me impedía acercarme a ella. Pero hoy ha sido distinto, nos hemos cruzado, me ha mirado y he sentido como con su mirada se me paraba el corazón, no he tenido más remedio que acercarme a saludarla, nervioso. Al verla de cerca, me he dado cuenta de que el tiempo no pasa por ella, su belleza y su arrogancia siguen intactas, tanto que cualquier hombre podría enloquecer, y yo no soy más fuerte que el más débil.
 Hipnotizado por la dureza de su mirada he caído de nuevo en sus garras, he disfrutado de todas y cada una de sus curvas, recorriéndolas con suavidad y determinación, he sentido como la respiración se aceleraba y el corazón se escapaba del pecho, el sudor recorría mi cuerpo y se nublaba mi visión.
 ¿Placer?, ¿Dolor? A veces caminan de la mano, tanto que no se puede diferenciar cual de los dos te está marcando en ese momento, al final, el éxtasis.
 Han sido siete minutos y veinte segundos con la Cuesta Gris, ¡ya he vuelto!


4 comentarios:

  1. Joder! ya estaba pensando: "A este tío se le ha ido de las manos" jajajaja. Muy bueno Mikel. Por cierto, cuidado que le tengo tirria a esa maldita cuesta.

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  2. La verdad es que la puñetera cuesta se las trae... Ya me gustaría hacerla este año en 6:35 como hace dos...

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  3. Si es que donde esté un buen escote, que se quite todo lo demás. Sin ir más lejos, hoy yo me he quedado recreándome en el canalillo, por eso he tardado tanto en llegar arriba, jeje.

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  4. Para escote, canalillo, culillo y tooooo' la rubia que subía por el cortafuegos cuando nosotros bajábamos. Ole, ole y ole.

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