28 de junio de 2013

El método Morales

Hoy seré breve, como el método Morales.

En la línea de salida late con fuerza tu corazón. Miras el pulsómetro y no crees que estando de pie quieto, sin haber hecho esfuerzo alguno tengas las pulsaciones que éste marca. ¿se puede ir tan rápido en un minuto?. Es increíble el ambiente que se respira. Silencio interior. No escuchas nada aunque alrededor infinitas palabras nerviosas hilvanen conversaciones sobre lo pasado o lo que está por pasar y, sin ser consciente, de forma paralela se vive otra realidad, ambas unidas por un cordón umbilical invisible, el que sólo se siente cuando se es hermano. Mismo latir acelerado, mismos nervios, incertidumbres e inquietudes. Porque sólo un hermano sufrirá en silencio incluso cuando estés disfrutando. Sólo un hermano esperará impaciente cualquier noticia que el caprichoso destino le sirva pues este año no podrá estar físicamente a tu lado. Ahora bien, de nuestra parte está el método Morales y ese, ay señor mío, ese no falla. Es el método que sustituye los entrenamientos por el empeño de seguir, las largas horas que no se han empleado en preparar la carrera por el tesón y la fortaleza mental. Es el método de quien tiene los cojones como el caballo de Espartero y nada le podrá arrebatar la meta. Entre ser finisher y no serlo no hay opción, porque la amarga derrota ya abrió las carnes y te enseñó cómo se las gasta después, te enseñó a ver tarde que aunque no lo creías aún se podía seguir y esta vez no te hará morder el polvo. Esta vez, por tí y por mí llegarás a meta, te colgarás la medalla y al llegar a casa te esperará tu hermano para, ahora sí, descansar.

Y es que el método Morales no trata de otra cosa que no sea de coraje y corazón.

¡Aupa mi Jano y los cojones que le avalan!

1 comentario:

  1. Fue un dia duro, mucho calor, sube paquí, baja pallá, y aunque las piernas te lleven hasta la cruzar la meta, si la cabeza te la gana el diablillo que te va diciendo que te pares, que para que continuar, si correr es de cobardes, etc, lo mejor es pararse y tomar una sabia decisión, o quedarse a mitad de camino, o coger al diablo y mandarlo a paseo. En este caso Janete no iba agusto, y lo mejor que pudo hacer es quedarse donde se quedó.

    Animo Alex, sigue siendo un campeón.

    Hugo

    ResponderEliminar