Maratón Alpino Madrileño 2013. (El más dificil todavía).

Dejando como otras veces la personal crónica de la carrera para mi blog quiero dejar unas pinceladas de lo que ha supuesto para mí este MAM 2013.

Ha sido una prueba particularmente dura. Creo que no hace falta que os lo diga porque habéis sido testigos directo de ello.

Una vez más, como ya me ocurrió en Zegama cuando la vivencia deportiva como tal pierde el sentido entra la personal y la sensibilidad se dispara a flor de piel. Ver a alguien que apreciamos triunfar nos alegra. Ver a alguien que apreciamos sufrir y sobreponerse nos emociona. Es curioso como en la balanza de nuestro corazón el peso de los sentimientos supera el del mérito deportivo. Yo este año esperaba hacer dos buenas, dos grandes competiciones y me he encontrado realizando dos (si me permitís el adjetivo) pequeñas hazañas. Y eso queda muy dentro.

Y es así no sólo por uno mismo, sino por la cantidad de detalles que percibes en quienes te rodean. No podré olvidar el calor con el que me arropasteis quienes  ibais a mi lado y quienes estuvieron pendientes  de mi renunciando a ver la entrada en meta de otros amigos incluso pareja, por verme, por hacerme sentir su presencia y sus ánimos en unos momentos que sabían difíciles. Eso se valora.

Esa suma de momentos, palabras, miradas, gestos, ojos vidriosos, orgullo propio y ajeno, admiración, aprecio, amistad… esa suma de POSITIVIDAD, porque todas esas palabras lo son, como comprenderéis bien valen todo el dolor. Son compensación suficiente y sobrada.

Gracias AMIGOS.