18 de marzo de 2016

El peligro de "mañana".

Llego a casa. Con un leve retraso sobre mi horario habitual. Apenas cinco minutos. El cielo comienza a ennegrecer, aún faltan unos días para el cambio de  horario que se adivina. Pero la noche acecha. Mi ánimo comienza a flaquear. "Ahora a correr...." .
Miro el teléfono. Busco el grupo de washap para ver si hay confirmación de quedada. Nada. Toca salir sólo. Las dudas se abren paso en mi cabeza y comienzo a pensar "¿y si lo dejo para mañana?". Bombardeo de pensamientos en la misma línea "así doy un día más de descanso a la rodilla", "total esta semana me vale con salir tres días", "voy a sacar al perro que lleva un rato solo".... "casi lo dejo para mañana".
No pasa nada. Hay que adaptarse y escuchar al cuerpo. No vivimos de esto.
Esto es así, cierto. Pero ya sabemos todos lo que pasa cuando se hace habitual dejar los deberes "para mañana".

1 comentario:

  1. Es que si son deberes no vale la pena Prisi. Bastantes deberes tenemos a diario como para cargar con más, y además de manera voluntaria. Tras siete meses parado mi mayor conclusión ha sido disfrutar de cada kilómetro cada vez que me ponga las zapatillas. Y si no hay objetivo es divertido sacar al perro o leer un rato, según se acerque el mes de junio y se huela el MAM esas sensaciones desaparecerán. ¡Ánimo!

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