Hace tiempo que me hayo en un cruce del camino que no consigo superar. Como escribíó Murakami en su libro "De que hablo cuando hablo de correr" me encuentro en modo "runner blue". Entendiendo como tal el punto en que el peso de los km, de la experiencia, de los años, de los éxitos y de los fracasos pesa más que las ganas o la ilusión. Bloqueado. Algo desconocido hasta ahora para mi.
No se trata de no tener nada que ganar. No se trata de perder. Es una sensación de hartazgo posterior a la plenitud. Me explico.
A veces pienso que es posible que completar aquella carrera que tanto había deseado desde hace años finalmente el verano pasado. En unas condiciones y desarrollo casi perfecto, desde sus preludios a su desenlace, colmara todas mis expectativas como corredor. El broche que deseaba. ¿Y después qué?.
Después un periodo de transición, de continuidad por inercia. Un par de carreras cortas con buenas prestaciones pero... pero sintiendo una lenta desconexión.
A partir de ahí los tendones duelen más, el sueño llega antes por las noches, las cuestas se hacen más largas y el silencio que hoy rompo me acompaña.
Algunos de los que me conocéis de hace tiempo me habéis comentado las últimas veces que hemos compartido km me habéis encontrado más callado. Escucharos me resultó significativo y revelador.
Los tiempos pasan y hay que adaptarse a los mismos. No queda otra. Como diréis más de uno será que me hago mayor.
El tiempo dirá si mi tiempo definitivamente ha pasado o aún queda más cera que quemar.
El otro día hablaba del "más allá" con motivo de la nueva carrera de Fernan. Hoy veo lo contrario en ti, cambiando ese UTMB por la Goi2H. Estoy desconectado por completo de la dinámica del grupo y no me había llegado a dar cuenta de las cosas que aquí cuentas. Me son muy familiares, tal vez no por los mismos motivos, pero es verdad que la falta de ilusión lastra nuestro rendimiento y sobre todo, nuestra manera de disfrutar de este deporte.
ResponderEliminarPero casi todo tiene solución, y la motivación puede aparecer fuera de las carreras, fuera de la velocidad y lejos del sufrimiento. Busquemos ilusiones, sencillas, factibles, que nos den un plus para entrenar y una cerveza al acabar. Por una vez sin prisas. De Pola de Somiedo a Cangas del Narcea, de Villalba a Segovia o Ávila, ¿qué tal un Villalba - Madrid por cañadas?... tal vez no sean los retos imposibles los que necesitamos, sino la oportunidad de pasar ratos en los que podamos olvidar la rutina diaria sin caer en el sufrimiento del más lejos, más rápido o más fuerte.
Si algo de eso te apetece, cuenta conmigo amigo. No tengo prisa y voy despacio.
¡Ánimo Prisi! Algo encontraremos que nos motive... nuestro tiempo no ha pasado, solo ha cambiado el objetivo.
Prisi, creo que completar con existo esas pruebas exigentes que tenemos bien marcadas en nuestro horizonte nos dejan con ese sentimiento de y ahora que?.
ResponderEliminarY creo que esa respuesta la acaba de poner Mikel, abrámonos a lo simple y disfrutemos de la no prisa.
Cuenta también conmigo para esos pequeños grandes retos. Creo que Mikel ha acertado de pleno y soy de la misma opinión. También es verdad que ,por H o por B, también me encuentro desligado del grupo y no encuentro la motivación ni el enganche para nuevos y futuros objetivos. Pero sin embargo, las ideas que ha propuesto Mikel si que me producen bastante chispa. Por eso digo...cuenta conmigo.
ResponderEliminarGracias amigos por vuestras palabras y ánimos. Es un momento complicado donde se entrecruzan varios sentimientos contrapuestos. En los que piensas y te planteas respuestas inconsistentes para preguntas probablemente inadecuadas. Y así va pasando el tiempo en la indefinición de si vengo o voy. Siendo consciente de que probablemente tiempo es lo que ya no nos comienza a sobrar. Hay días que no me reconozco como corredor después de tantos años. No sé si es el final o el principio de algo. Sé que algo ha cambiado y aún estoy adaptándome. Abrazos.
ResponderEliminar