18 de octubre de 2012

A veces las cosas no salen como uno esperaba

Si el mundo del ultratail y de las carreras de montaña no fuera duro, con toda probabilidad no lo hubiera elegido como actividad o ya estaría cansado de ellos. El miedo, la falta de seguridad al afrontar incluso los entrenamientos, es un acicate más que sirve de revulsivo para seguir probando una y otra vez. Es como si ese temor a no estar a la altura fuera una vuelta a los inicios, a ese primigenio deseo que nos llevó a esta afición. No sé si alguien llega en algún momento, al enfrentarse a largas distancias, a adquirir la suficiente certeza de que las circunstancias se desarrollarán como su mente lo ha ido imaginando a lo largo de los días previos, pero en mi caso, no termino de relajarme hasta que todo empieza.


Así afronté el pasado 22 de septiembre la Madrid-Segovia con la intención de mejorar los tiempos del año pasado e incluso con la esperanza real de pisar podium en la clasificación por equipos. Sin entrar en los pormenores de por qué tuve que abandonar (quiero que pase el tiempo y poder así tener una visión más pausada de todo) quisiera reflexionar en voz alta sobre las sensaciones que me fueron invadiendo según fui siendo consciente de que esta vez el sueño no había sido posible y de lo mustios que pudieron llegar a ser los inmediatos días posteriores.

Al principio vamos tan mal que en lo único que pensamos es en dejar de sufrir sin sentido porque todo esto no deja de ser un pasatiempo y es fácil buscar motivos para abandonar y muy difícil pensar en justificaciones para seguir adelante. Esta satisfacción tras el abandono definitivo (en mi caso la mente estaba ausente ya kilómetros atrás), dura el mismo tiempo que vamos necesitando para recuperar el cuerpo de tal modo que poco a poco los padecimientos parecen menos y las pequeñas dudas que tuvimos esporádicamente al dejar la carrera, van acrecentándose de manera proporcional. Ya no tenemos tan claro que ‘necesitáramos’ tirar la toalla al tiempo que vemos que otros van consiguiendo sus merecidos objetivos. Su enorme felicidad, muy por encima de todos los enormes sufrimientos que en muchos casos habrán pasado, pone en duda tu tesón ahondando más en dichas vacilaciones. Quizá debiéramos haber aguantado un poco más; quizá tendríamos que haber descansado e intentado seguir, quizá, quizá, quizá,…

Y todo esto no ha hecho más que comenzar. A lo largo de los días siguientes, con aquellos tormentos pasados cada vez más suavizados y más diluidos en tu memoria, tendrás que ir contándole a un nutrido grupo de conocidos (más numeroso cuanta más gente hiciste partícipe de tu proyecto) cómo acabaste rindiéndote ante el colosal esfuerzo. En muchos casos te duele más ver la confianza sincera que muchos tienen en tu éxito y la decepción de sus miradas, que tu propio fracaso. Su franqueza es una punzada más en una moral alicaída. A veces te sorprende no sólo la cantidad de personas que saben que corres sino la de ellos que muestra interés por tus andanzas. Ahora te parecen muchos más de los que desearas aunque, como es lógico, rememoras con ellos en una y otra ocasión (eso sí, cada vez más resumida) la historia de tu decepción.

También es verdad que no hay mal que cien años dure y que las ganas de demostrar que sigues ahí son un verdadero aliciente para afrontar unos entrenamientos que una semana antes mostraban ya signos de cansancio. Ahora, sin embargo, has recuperado milagrosamente el deseo de correr, de ‘darte caña’. Incluso te gustaría que la próxima carrera estuviera ahí mismo, a la vuelta de unos días. Mientras los que terminan descansan, pausando un poco su ritmo, tú vas a la contra, a una velocidad meteórica…

¡Mucho ojo con ese prurito ‘carrerista’! Puede atragantársete en la siguiente…

8 comentarios:

  1. Una retirada a tiempo siempre es una victoria, no te preocupes que en todas las carreras siempre abra un purito con tu nombre, ánimo CAMPEÓN !!!!

    ResponderEliminar
  2. Muy acertada tu exposición Fernando.
    Primeramente porque es cierto que lo apasionante de este mundo de los corremontes es que cada carrera o entreno son distintos ya que en terreno o la climatología nunca es exactamente igual a la anterior. Eso es lo que hace que siempre sea apasionante calzarse las zapas y salir a nuestro querido cerro por ejemplo.
    Además leyéndola estoy seguro que todos nos hemos sentido identificados en esas circunstancias que tan bien describes. Las del "quizá si...", la de las amargas explicaciones, la de la decepción propia y ajena... así hasta que el cuerpo recupera y se renuevan las ganas y la motivación.
    Como dice Kilian "no importa lo conseguido sino lo que tenemos por delante". Así es como hay que afrontar cada nuevo desafio.

    ResponderEliminar
  3. Fernando la mente tiende a suavizar todo y por eso las razones que tenías claras en un momento con el paso del tiempo se difuminan y pierden su peso, pero lo que cuenta en carrera es el aquí y ahora, los "y si" posteriores tienen valor cuando los positivamos para la siguiente cita.

    En lo que no estoy de acuerdo es que abandonar es facil, tenemos algo dentro que nos fuerza a seguir y creo que necesitamos mucha fuerza de voluntad para salirnos de la carrera.

    Somos privilegiados que salimos de casa y tenémos un sinfin de caminos para disfrutar de correrías montaraces, no hay mejor bálsamo para las heridas de guerra.

    ResponderEliminar
  4. Animo FERNAN...

    Los que tienen espíritu guerrero (como tú) se crecen ante las adversidades, por lo que estoy seguro de que en breve habrá otra aventura como esta (o mayor) en la que saldrás victorioso.

    Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
  5. Me siento bastante identificado con tus palabras. Aún no me he podido a arrancar para expresar en texto lo que sentí al no poder continuar la carrera de M-S, e intento entender cuan duro podría ser estando bien preparado como tú lo estabas además de ir en grupo y no poder acabarla.
    Creo que ya superándolo has avanzado mucho. Por eso eres ahora mas fuerte, por eso otras carreras las emprenderás con mas sabiduría y destreza.
    Espero que te sirva de enseñanza y agradezco que compartas tu experiencia.

    Fuerza Biritxo (que tú las tienes de sobra ;-).

    ResponderEliminar
  6. "Vamos tan mal que en lo único que pensamos es en dejar de sufrir sin sentido porque todo esto no deja de ser un pasatiempo y es fácil buscar motivos para abandonar y muy difícil pensar en justificaciones para seguir adelante"

    Poco más puedo añadir en cuanto a la retirada, esto me llevó a dejarlo en Etxegarate y dar con esos motivos que aquel día no encontré es lo que me ha hecho seguir en otras ocasiones.No tienen que ser grandes motivos, tampoco pequeños, puede ser por rabia, por deseo, por "cojones", por...

    El después siempre es lo peor, eres feliz en tu abandono hasta que dejan de dolerte las piernas o has entrado en calor, llegado ese momento empieza el pensar en que era posible haber seguido, y por tanto el "sufrimiento"... ese mismo "sufrimiento" es un motivo suficiente para no abandonar en otras carreras, volver a pensar en lo mal que lo pasé (por mucho que intentara disimularlo) tras el abandono es el mejor motivo para no volver a hacerlo.

    Pero por otro lado, abandonar puede ser positivo, porque esto hay que disfrutarlo, y forzar puede ser contraproducente para un futuro... ese "soldado retirado vale para otra batalla" es genial. Y hay tantas carreras como longanizas, y mucho más bonitas que esta, lo que realmente sería terrible es pasarlo tan mal para lograr llegar aquí que te quitara las ganas de hacer otras.

    Y además, tu retirada se debe a tu valentía, mientras otros nos ponemos como meta llegar tú has pensado en hacerlo rápido, en luchar por un podio que no pudo ser... ¡eso vale mucho!

    Es tiempo de nuevos retos y no se me ocurre nadie mejor que tú para superarlos. ¡Aúpa!

    ResponderEliminar
  7. Aúpa Biritxo, muchos somos los que en esta y en otras ocasiones hemos sentido lo mismo que tu, pero una vez mas has sabido expresarlo de la mejor manera.

    Poco que añadir a lo que han comentado anteriormente. Tal vez esta vez el espíritu competitivo pudo al espíritu montañero... ese que siempre te acompaña y que te hace llegar tan lejos. La experiencia nos dice que buscando el objetivo de llegar o de terminar, llevando las cosas con calma y prudencia nos facilita mucho el lograr resultados. Y como muestra vuestro tercer puesto virtual en la MAGOVIA 2011.

    Grande Fernan.

    ResponderEliminar
  8. Esteban tú tranquilo que los ánimos se recuperan a medida que pasa el tiempo y en mi caso es bastante rápido. Solo hay que poner el interés en un nuevo objetivo.

    Prisillas me alegra ver que por todos nosotros pasan los mismos pensamientos porque eso es muy valioso a la hora de ayudar o dejar hacer en los momentos duros. También muy de acuerdo en lo que dice Kilian: siempre borrón y cuenta nueva. No hay que dejarse llevar por la euforia ni por el desánimo.

    Alfonso dichoso tú que tienes esa fuerza de voluntad para no dejarlo. A mí me la dan los objetivos y el de llegar siempre es muy fuerte excepto en los casos en los que pierde importancia. Entonces seguir para mí es casi imposible. Es verdad que casi andando hubiera terminado pero aquel día no me mereció la pena… y dejarlo fue un verdadero placer.

    Jesús un gustazo saber por tu propia boca que sigues en esto del trote. Me alegró confirmar que has empezado a correr de nuevo. Muchos ánimos y no lo dejes.

    Gonchu las derrotas no nos hacen más débiles sino más maduros siempre y cuando aprendamos a no errar de nuevo. Tampoco esto último es fácil pero hay que estar en ello. A ver si nos vemos que llevamos mucho tiempo sin entrenar juntos.

    Mikel ahora pienso que la valentía fue en este caso ‘soberbia’ que siempre es una mala consejera en este tipo de carreras. Rompí dos reglas que siempre predico: hay que ir solo (o con tus propios ritmos y sensaciones) y no hay que ponerse más objetivo que llegar. De todo se aprende. Aunque suene a arrepentimiento no lo es en absoluto. Mereció la pena por la compañía y por la ilusión de haberlo conseguido.

    Chema como verás mi respuesta a Mikel es tu propia percepción de lo que pasó. Una lástima lo tuyo que es decir lo de Carlos principalmente. Se desinfla uno un poco cuando el objetivo pricipal se desvanece delante de tus ojos.

    ResponderEliminar