7 de septiembre de 2010

Mi Goi2H. Punto final.

 Ayer por la noche leí el último post escrito por Prisillas, después de mucho tiempo nos cuenta sus sensaciones, aventuras y desventuras por tierras guipuzcoanas. En este mismo instante ElHermanodAlex estará ultimando su crónica, siete u ocho capítulos repletos de detalles…

 La lesión y un poco de tiempo que he podido reunir esta mañana me han permitido echar la vista atrás y releer unos cuantos artículos pre y post Goi2H, lo que me ha llevado a varias conclusiones que espero saber comunicar con mi “sublime” prosa…

 Las decisiones se toman en un momento determinado, las cosas son como son y las circunstancias no se pueden cambiar, pero con el paso del tiempo se pueden ver desde otra perspectiva, por ello creo que es un error volver a aquel comedor en Etxegárate, desde la comodidad de un sillón o hablando con la almohada todo es más fácil, la lluvia no moja y el barro no resbala, lo que induce a pensar que el abandono no fue una buena idea. En aquel momento, bajo la lluvia, calado hasta los huesos y tropezando a cada paso, las circunstancias me llevaron a dejar la carrera, aunque ahora es duro no hay marcha atrás, y todas las conjeturas y posibles que se me ocurran ya llegan tarde.

 Todo esto no quiere decir que no se deba hacer un análisis de lo que ocurrió durante la carrera. Una exhaustiva valoración nos debe llevar a un diagnóstico adecuado de la situación, a partir del cual se puede hacer una buena planificación que nos lleve a una correcta ejecución de las actividades que su vez nos permita lograr el objetivo propuesto.

 Mi justificación para la retirada fue “no me estoy divirtiendo” pero… ¿Cuál fue el camino para llegar a esa conclusión? Por desgracia, dentro del mundo de los sentimientos es muy difícil medir, existen test y escalas que nos permiten aproximarnos a lo que buscamos, pero como he dicho antes, ahora ya no vale pensar en ellos porque las circunstancias son muy distintas, había que haberlos hecho en mitad del hayedo y no ahora. Por ello, todo lo que diga a partir de ahora son conjeturas que no obstante pueden ayudarme a la hora de afrontar un futuro reto.

 Y la que más fuerza cobra después de haber pensado en ello es el MIEDO, leyendo el post de Prisillas me han venido a la cabeza muchos momentos de la carrera y no he podido dejar de pensar en las cosas que hubieran podido pasarnos. Antes del Txindoki ya tuvimos una larga bajada, por lo menos a mí se me hizo eterna, en la cual me caí varias veces, cuando llegué al avituallamiento solo quería agua para poder limpiarme las manos, llenas de barro, antes de comer y beber algo. Justo después llegó la prueba de fuego, no puedo explicarlo tan bien como nuestro amigo Josema, solo decir que, además de lo que el nos cuenta en su último post, yo tenía en la cabeza, a pesar de no verlo, un pico escarpado y muchos precipicios. Para colmo, el terreno por el que continuó la travesía era todo menos fácil, muy duro, con multitud de subidas y bajadas, con piedras que resbalaban, con la más que cierta posibilidad de perderse, fueron muchas horas en tensión. De repente, en medio de un mágico hayedo, tras una dura pendiente, el terreno se suaviza y la tensión desaparece, llevándose consigo todas las fuerzas que me quedaban. Poco a poco me fui quedando atrás y sin darme cuenta me fui de la carrera, en terreno en el que se podía correr iba andando, en terreno en el que se podía andar me dedicaba a disfrutar de los maravillosos lugares por los que pasábamos y en los barrizales me hundía. Me esperaban y no llegaba, se escapaban y no les seguía… supongo que lo que sentía era el vacío tras el exceso de adrenalina liberado anteriormente.

 Por supuesto, hay otras posibles causas, la falta de condición física es una de ellas, ¿es posible que ese vacío fuera físico y no mental? Aunque parece difícil no es algo que se pueda descartar a la ligera, creo que en todas las bajadas que hicimos juntos fui por detrás del grupo, y aunque parece que para arriba iba mejor… no sé. Siempre pensé que podía haber seguido.

 ¿Un exceso de confianza? Pudiera ser, nunca pensé en que me iba a retirar, el hecho de pensar en que sería fácil tal vez me quitó el punto de tensión necesario para acabar con éxito.

 Posiblemente haya algo más que no soy capaz de ver, pero la verdad es que estoy cansado ya de la Goi, hace casi dos meses que terminó y creo que es hora de pasar página, de buscar nuevos retos en los que no cometer los mismos errores. No haber llegado a Beasain no me va a impedir llegar a otros muchos lugares… y seguro que alguna vez saldrá bien.

Y para terminar con el ladrillo tres últimas notas:

 Quien lea esto puede llegar a pensar que ha sido terrible, nada más lejos de la realidad, la organización, la gente, el recorrido y por supuesto los amigos, hacen que esta carrera sea inolvidable, pero como es habitual, es más sencillo contar lo negativo que lo positivo. Pasaron muchísimas cosas buenas que quedaran para siempre en mi recuerdo, además, con el tiempo, harán olvidar estas historias.

 La segunda, dar merecido homenaje a Luis Ángel y Fernando, los que allí estuvimos sabemos lo que significa acabar una carrera como aquella. ¡Enhorabuena campeones!

  Y para terminar, y no menos importante, darle las gracias a Josema por convencernos de hacer esa locura. El sabe que mi mayor pesar de la carrera es que él no la terminara, el no conseguir que siguiera la estela de los dos corricolaris que culminaron la aventura con éxito. Pero descuida que no me flagelaré por ello, tampoco estabas tú para tirar cohetes ;-).


5 comentarios:

  1. Cuando os llamé esa mañana y hablé con Josema, no supe transmitir ni una gota de ánimo. Me quedé de piedra al oir que al llegar a Etxegárate os retirarías.

    Varias veces he pensado que tenía que haberme esforzado en insuflaros algo de ánimo, pero cuando oí lo de que no lo pasábais bien, me quedé sin palabras. Ahora pienso que hicisteis bien, no permitais que un pequeño poso de fracaso os estropee la experiencia.

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  2. Pues creo que tu decisión de acabar con el tema es la más sabia. Hay que recordar lo bueno y olvidarse de lo pasado. Eso nos permite centrarnos en los nuevos objetivos y no crear obsesiones. En efecto, es muy distinto tomar decisiones 'a posteriori' una vez que estamos relajados. Todo parece más fácil. No tenemos el cuerpo cansado y lleno de magulladuras. No tenemos frío ni hemos pasado una noche tensa. ¡Qué sencillo nos parece ahora! La decisión se tomó entonces y no sirve de nada el martirio.

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  3. Tranquilos chicos que sólo he dado mi versión (pendiente) de aquella experiencia. Por supuesto que he intentando revivirlo con el mayor rigor posible, para concederle un doble valor: como recuerdo y como aprendizaje.
    Pasa que como le pongo tanta pasión y realismo os creeis que estoy allí mismo de nuevo. O como poco, que fue ayer.
    Pero la cronología no miente, ha pasado ya más de un mes con todo lo que conlleva.
    Aquello lo voy a conservar en mi memoria tal y como sucedió. Sin ensalzar virtudes ni defectos. Hubo de todo y, mayoritariamente cosas buenas.

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  4. "...creo que es un error volver a aquel comedor en Etxegárate, desde la comodidad de un sillón o hablando con la almohada todo es más fácil, la lluvia no moja y el barro no resbala..."

    "...estoy cansado ya de la Goi, hace casi dos meses que terminó y creo que es hora de pasar página, de buscar nuevos retos en los que no cometer los mismos errores..."

    ENHORABUENA AMIGO !!!

    Estás dos reflexiones me parecen acertadísimas y deben ser el punto del que partir ahora.

    Lo hecho, hecho está. Y ahora a mirar al futuro y buscar "disfrutar" de nuevo.

    Un abrazo LOCOS

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  5. Bueno que te voy a decir, ya sabes que espero verte en el acueducto en la madrugada del 3 de octubre. Lo pasado pasado está, y a mirar "palante" no sea que se nos pase alguna flecha amarilla y te pierdas, jeje

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