29 de septiembre de 2010

Corazón de León.

Ya van regresando los latidos fieros, poco a poco se sobreponen al débil pulso tras la enfermedad del ánimo.
Porque no es nuestro sino otro que el de continuar, levantarnos y caminar.
Porque tenemos la fortuna de contar con nuestras piernas para que nos lleve a sitios que sueña nuestra alma... unas veces en forma de conquista, otras de huída.
Zancadas que nunca serían dadas sin el impulso del corazón. Y, ahora que se restablece de los pasados malos momentos, lentamente aumenta su impulso vital.
No necesito grandes hazañas para pelear cada segundo, para tirar en cada cuesta y, desde luego para compartirlo con vosotros. Así que, aunque en menor escala, mientras me sea posible, seguireis sintiendo mi compañía.

2 comentarios:

  1. Me llena de alegría leer que lo que leo. Ese corazón vuelve a latir con fuerza y no hay mejor noticia. Aquí estamos de nuevo, prestos a hacer locuras.

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  2. Corazón de León... corazón indomable. Desde que el mundo es mundo algunos mamíferos de sangre caliente sobreviven al invierno en una especie de sueño profundo y con ese letargo logran ahorrar energía. El corazón late más lentamente y la respiración se hace más pausada. Tras la hibernación, en primavera, salen de su "stand by" para afrontar con fuerzas renovadas la vida primaveral que les recibe con los brazos abiertos. A ti, querido Prisi, no te ha hecho falta pasar un invierno completo hibernando y me alegra muchísimo leerte en estos términos. Ahora, para que me lo termine de creer, únicamente me falta conocer el próximo reto, reto. No me vale el MAM 2011.

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