23 de noviembre de 2010

De nuevo la doble A

Este viernes tuve la oportunidad de ver un bonito circulo. Alguien regala un preciado objeto a un amigo vasco como señal de agradecimiento. Otra persona que se entera y sabe lo mucho que ha sacrificado con este gesto, le regala a su vez su propia y preciada camiseta (porque de eso se trataba). Y de este modo, se completa un bello redondel de amistad y compañerismo.
Y uno que permanece ajeno a esta maravillosa circunferencia fraternal pero que sabe que milagrosa energía la mueve, recibe, como si de los propios protagonistas se tratara, una profunda punzada de satisfacción.
Gracias a los dos por tan bello gesto.

4 comentarios:

  1. Fue algo grande e inesperado.
    Gracias amigo Pepe.
    Me diste una gran sorpresa y alegría. El sábado estuve por casa con ella puesta. Tan feliz. No era la camiseta. Era el espíritu que la había llevado hasta mí lo que la otorgaba su auténtico valor.
    Con sus km, los de un amigo. Es algo especial.
    Es un acto muy personal. Desprenderse de algo cargado de un gran valor sentimental. Vencer el esfuerzo por desprenderse. La adecuación de cada objeto a la persona que se destina. Por un detalle, un mensaje o un color... por algo que nos lo víncula a ella racional o irracionalmente. Saber que ya no es de uno pero sentir el orgullo de saberla en su nuevo dueño.
    Algo bello de vivir. Gracias.

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  2. ¡Viva la criptografía, tan a veces necesaria!. Por favor, ni penséis en explicármelo, perdería su valor. Me puedo hacer una idea y de lo demás abro las puertas a la imaginación.

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  3. Últimamente os veo demasiado amorosos e incluso cariñosos... ¡voy a empezar a preocuparme!
    En lugar de Aragorn y Gimli, hombres duros que triscan montañas, os vais pareciendo a Frodo y Sam.
    Y no digo más.
    JEJEJEJEJE.

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  4. ¡Uy! ¡Que no había visto yo esto!

    Gracias Fernan, me alegro de que te gustara.

    Prisi: la camiseta está mucho mejor contigo, que fuiste el que se encargó de comprarlas y de que nos pusieran el dibujo, para eso eras nuestro "prisidente". Tiene algún enganchón de los Castillos de Ávila y del camino Ortiz, pero así tiene más valor.

    Luis: sólo es que el otro día entregué a Josema una camiseta como la que él había regalado a un zegamero.

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