20 de mayo de 2013

Lebrel


Por fin se atisba al galgo en lontananza. Se dibuja su perfil escuálido, sin un ápice de grasa, marcando las costillas que acompasan el ritmo de la respiración.

El día está cerca y ahora el galgo sólo quiere descansar un poco, afinar mucho y repasar una y otra vez las enseñanzas que anteriores incursiones grabaron en su memoria. El objetivo es el mismo de siempre, batirse el cobre en incruenta batalla contra sí mismo y contra el tiempo. Evitar a la guadaña mal llamada escoba, que elimina la grasa sobrante del grupo de partida, incólume e inmisericorde, será su sino. Además, esta vez contará con la amarga suerte de ser guadaña amiga, por lo que la herida sería doble. Por eso lleva meses el galgo en sus galguerías, cerro arriba, cerro abajo. Y aunque en esta ocasión la madre tierra se está vistiendo de verde y blanco a ojos profanos, el galgo, experto en estas lides, la sabe marrón oleoso, embadurnada, hostil y poco solícita aunque aduladora. Pero esta vez no será igual, esta vez la batalla será muy distinta. Ya intuyo cómo el aliento le coreará, en cada metro el vaho rasgando el aire formará bruma mientras los resbalones no hollarán la firmeza de cada paso y el esfuerzo será recompensado. Por encima del dolor prevalecerá la tenacidad, tras cada resbalón un nuevo intento y si el cuerpo no acompaña la ilusión será la guía.

Y es que este galgo no es un galgo cualquiera, es un titán, es el maestro. ¡Que comience la faena, que este domingo tenemos caza, caza de sueños y anhelos!

3 comentarios:

  1. Querido Luis. Podéis tener por seguro que este domingo lo voy a dar todo, no me voy a dejar nada y aunque el martillo de Thor pegue fuerte desde el cielo el afán y la voluntad de este pequeño humano peleará cada centímetro de barro en pos de la meta y de ese abrazo que compensa todos los esfuerzos. Tú sabes de esos abrazos. La personas que los dan y los reciben cambian pero la esencia es común.
    Con eso, con la emoción de un recién llegado y con la ilusión de un principiante cuento. Porque es curioso como con el paso de las horas, con la aproximación de la hora señalada, pese a la experiencia, al conocimiento adquirido, las mariposas aletean en el estómago y los nervios afloran como primerizo. Algo que me sorprende, pero que me entusiasma.
    Quiero pensar, no, estoy seguro, que es mi motor principal. El sentir lo que siento y como lo siento, lo que hace que cada día siga manteniendo la ilusión por afrontar cada entrenamiento y lo que me hará vivir con la misma intensidad que otras veces la carrera de este domingo.
    Sólo espero, sólo pido que un mal paso no de al traste. Evitando eso, con la fuerza interior y la ilusión que atesoro, la meta será como siempre "sólo" cuestión de tiempo.
    Gracias Luis.

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  2. Y más te vale darlo todo, porque llevas encima la responsabilidad de unos cuantos y no puedes fallar. Disfruta de esta batalla.

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  3. Muchas suerte Prisi para el domingo y toda la fuerza que te podamos insuflar desde aquí.

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