9 de junio de 2014

MAM 2014. El cencerro y el megáfono.

¡¡Pues ya está!!. Un MAM más finalizado y van...
La verdad es que este ha resultado un MAM muy especial. Está claro que todos tienen algo. Momentos únicos e irrepetibles. Pero, sinceramente este ha dejado unos posos la mar de interesantes y emotivos en mi.
Por un lado, lo primero, la pequeña "decepción" de que sólo fuéramos dos los Locos que afrontáramos la carrera. Uno piensa que si mantiene la fidelidad llegará un momento en que le toque correr "solo" ya que el reto estará cumplido para el resto. Claro que siempre quedarán conocidos con quienes coincidir, pero no será lo mismo que vivirlo y afrontarlo a través de la mirada de un "hijo". Vosotros sabéis a que me refiero.
Por otro lado, el tener tantos Locos liberados de la responsabilidad del dorsal ofrece unas posibilidades de animación bárbaras. Como he leído a Héctor, habéis marcado un antes y un después en cuanto a la animación de esta carrera y, sinceramente, por momentos uno desearía liberarse también y afrontarla desde ese lado... pero bueno, de momento pensaré que hay otras carreras para dar la talla como animador.
Más cosas. Mi hijo. Ufff, no quiero hacerme ilusiones, ni dejar volar la imaginación pero verle disfrutar de su minimam y, tenerle en cada control de Cotos, Navacerrada y meta me llena de orgullo y me hace estremecer pensar en vivir un futuro de kilómetros y quien sabe si un MAM a su lado. Pero dejemos correr el tiempo y ver que pasa. Tendré que sumar muchas ediciones hasta que eso llegue. Ese es todo un desafío.
Ahora la crónica de la carrera en sí tal y como la vivió este veterano MAMón.
La mañana prometía. El tiempo estaba despejado pero fresco y Héctor aunque nervioso transmitía seguridad en si mismo y eso me confortaba. Además contábamos con el inestimable empuje de un puñado de amigos a lo largo del recorrido. En la salida la primera sorpresa. El hombre que siempre está de chistes pero que no perdona el más mínimo detalle cuando de cuidar de los demás se trata. Luis en la salida. Para vernos, para animarnos, para transmitirnos el espíritu de todos los Locos. No estábamos solos. Su mensaje fue muy claro.
Salimos tranquilos, trotando mayormente. La verdad es que con pocas ganas de andar. A Héctor  le veo muy bien, como digo buscando los pasos entre la gente que se atasca en las primeras rampas y a un ritmo cómodo pero continuo vamos alcanzando la zona del Navalmedio. Llegamos a los campamentos y la tónica es la misma. Ritmo acompasado de ambos, sin tirones, sin excesos, pero de trote continuo hasta comenzar los cruces del arroyo y las primeras exigentes rampas. Caminamos poco, la verdad es que pensaba que Héctor iría más conservador en este tramo pero veo que va fácil y resuelto. También ayuda una cosa. No hay tirones, es ritmo es pausado y constante. Así sin quererlo nos acercamos al puerto donde la idea de encontrarme con mi hijo hace que me separe un pelín de mi compañero. Avituallo y no le veo, pero al cruzar la carretera aparece junto a los grandes Chema y Carlos. También están Biri y Gonchu que se unirán a nuestra aventura. Llevamos una hora.
El camino hacia el emburriadero seguimos trotando. Aquí me vienen pensamientos de la última vez que pasé hace unos días, cuando me tuve que separar de Alberto, Rafa, Biri y un Bandolero porque mi cuerpo no podía subir hasta Bola. Apenas habían pasado 10 días desde entonces que tenía que caminar y hoy que trotaba fácil. Afortunadamente. En la subida hasta la pista de hormigón y a Bola Biri y yo nos separamos un poco de Héctor y Gonchu. Mucho no, pero unos metros. Sé que poco después me cogerán y además ahí están los pomponeros de Lluvio, Chorry, Dioni, Rafa y Kike. Toca bajar al Noruego. Con prudencia, pero afortunadamente sin dolor como el pasado año. ¡¡Por fin!!. Alberto me pasa como una exhalación en varias ocasiones para hacer fotos (quién tuviera sus patas) y Héctor me grita pocos metros más atrás amenzante que "me va a crujir vivo". ¡Bien! buena señal de que está cerca y entero.
Llego a Cotos, donde de nuevo me encuentro con las Locas, Locos y Martín. Abrazos, besos, saludos y Héctor que aprovecha para pegarme un hachazo en el avituallamiento, jeje. Cuando quiero darme cuenta está casi subiendo los escalones que conducen a la senda de Citores. Biri y yo arrancamos y en pocos minutos estamos agrupados. Vamos a un ritmo suave, controlado. Pasamos un grupo de senderistas donde una de ellas no encontraba no se qué en sus mallas ¿la ayudamos Biri?. De repente, sin querer Biri empieza a destacarse un poco, va dando gritos y animando a todos los corredores que le preceden y siguen, me alegra verle tan feliz. Poco a poco le sigo, me encuentro de lujo. Llegamos al avituallamiento de Citores y trotando más que andando vamos hacia Peñalara, a pesar de las piedras, a pesar de la altitud. Soy consciente de que el hueco con Héctor ha aumentado. Mi idea primaria era llegar hasta Cotos con él, pero ahora soy consciente de que no merece la pena esperar y desperdiciar así las fuerzas gastadas. Como no me voy a volver loco tirando hasta la cima y menos aún en la bajada decido seguir y ver si nos juntamos o no en Cotos.
Cuando corono Peñalara y bajo veo que mi distancia con Héctor no es tanta. veo a Gonchu por detrás y eso me preocupa porque no esperaba verle descolgado. No debe tener un buen día. Durante la bajada me voy examinando respecto al pasado año, fue a partir de aquí donde comencé a pasarlo realmente mal. Este año la rampita de Dos Hermanas la hago corriendo (buena señal) y puedo bajar sin dolor. De repente comienzo a tener un molesto flato, respiro y aguanto, me pego unos acelerones que me devuelven la confianza y la respiración. Así sin quererlo me veo llegando a Cotos donde aparece mi hijo y el gran Luis con un megáfono, dando unas voces y diciendo tantas cosas seguidas que me da la impresión que se me queda tieso sin respiración en cualquier momento. Las lágrimas casi se me escapan con semejante cuadro, pero creo que me libra la preocupación por mis oídos jejeje.
En este momento ya tomo conciencia de que mi carrera es independiente de la de Héctor. Los kilómetros dirán si volvemos a juntarnos o no, pero yo ya me voy a por la meta. Con permiso de los tubos claro. Dejamos Cotos y en la nueva senda de este año subiendo la cuesta saludo a Ricky, Alex y de nuevo a Kike que no necesita megáfono para hacerse escuchar. Biri me acompaña un trecho pero al poco de cruzar la carretera que ya me llevará a la base de cabezas me comenta que prefiere esperar a Héctor ya que piensa que los tubos se le harán más duros que a mi (por la experiencia que conste). Le agradezco la compañía y los ánimos prestados y decidido me voy en busca de la gloria y del suplicio. En la zona de aproximación a los tubos ya veo que no voy tan bien como me gustaría. Mi trote es lentorro a pesar de tener terreno corrible en ocasiones. Quizá haya gastado demás en Peñalara. Quizá la falta de entrenamiento en las semanas de atrás ahora pasen factura. El caso es que no me voy a arrugar y a mi ritmo, aún gano alguna posición. La subida se me hace un poco más penosa que otros años. Aquí ya tomo conciencia de que lo que queda es llegar, olvidándose del reloj y de las sensaciones. Alcanzar la meta. Pasito a pasito alcanzo la zona donde los Bandoleros están animando a los corredores. Avituallo en el caño de la fuente y sigo y al poco, comienzo a escuchar música celestial... son mis amigos, sus voces de ánimo y de fondo una música que me recuerda que hay que ser valiente y noble, derrochar "coraje y corazón" esta es para mi la frase de las frases del himno de mi Atleti y gracias a un madridista de 10 la estoy escuchando. Eso y un cencerro que me acompañará unos cuantos kilómetros de ahí en adelante. Así que derrochando coraje y corazón me voy a su encuentro para darles los abrazos que merecen y coronar Cabeza de Hierro.
Ahora viene el tramo trampa. Ese de múltiples piedras en el suelo que parecen levantarse a tu paso para que tropieces. Aunque realmente son las piernas las que no suben ya lo suficiente. Las piedras son testigos solemnes e inanimados de nuestra esforzada batalla. Aparece de nuevo el avión que es Alberto, ruidoso con el cencerro, generoso con las fotos. Agradezco enormemente su compañía, por ser él. Le aprecio enormemente y en cierta forma admiro la forma en que ha crecido como corredor y sobre todo como persona. Convirtiéndose en un líder para muchos. Así alcanzamos Bola por última vez. El viento ha sido realmente molesto este último tramo. Por momentos no me permitía  respirar por la nariz y me estaba provocando un gran dolor de cabeza (pensaré que era esto y no la suma de megáfonos y cencerros). Comenzamos el descenso. Al poco el viento amaina y la temperatura sube. Mi hijo aparece esperándome en el tramo final que lleva hasta el asfalto del puerto. Otra vez la emoción viéndole. Alberto se queda allí. Me da los últimos ánimos y cencerrada una vez que le confirmo que voy bien y que llego en solitario sin problemas. 
Ahora ya está, ya sé que solo queda dejarse caer y llegar a la meta. Comienzo el descenso rodeado de pensamientos, disfrutando de la soledad. Voy perdiendo puestos, algunos, pero no me importa, mi meta es otra, es propia. Alcanzo los campamentos recreándome en cada paso del arroyo y recorro en total soledad los últimos 3 kilómetros del recorrido. Ya escucho al Speaker. Ya veo la pradera final. Ya asoma la última cuesta por la que bajó mi hijo el día anterior. Cruzo el arroyo y asciendo la última cuesta. Allí está Martín de nuevo, como el año pasado. Impaciente. Me anima a correr aunque yo camino un poquito. Me falta un poco el aire. Noto el calor. Cruzo la verja y ahora sí ya arranco a trotar. Empiezan a asomar amigos y voces y al fondo la meta. Ultimo giro, las Locas animando, mi mujer aplaudiendo y entrada triunfal en compañía de mi chaval. Sencillo y emocionante. Simple y pleno al mismo tiempo.
Ya sólo queda repartir de nuevo abrazos y besos. Disfrutar de la meta, de los amigos y esperar al valiente compañero. Héctor Corazón de León. Me comentan que pasó unos 40' después de mi por Navacerrada. Ha pasado un rato. Me voy a su encuentro. Se lo merece, se lo debo. Hay sueños que hay que cumplir y yo tengo que hacer realidad el suyo. Le animo. Le aplaudo. Le presto mis respetos y mi admiración y una vez que ha cruzado la meta le doy el abrazo que se merece. Ya no es un corremontes más. Ahora es un MAMón. Su forma de afrontar los futuros retos no será la misma. Su vida deportiva tiene un antes y un después y lo sabe.
Finalmente gracias, gracias, gracias a todos y cada uno de vosotros. Por todo. Disculpadme si me dejo a alguien sin nombrar. Si en el reparto de momentos o protagonismo algo se me queda fuera. Os lo he dicho muchas veces y una vez más lo repito: soy enormemente afortunado de recibir el cariño que me mostráis. Orgulloso de sentirlo sincero. Y, aunque pueda sonar pretencioso a veces me hace pensar que tan mal no lo estaré haciendo en esta vida cuando me premia con amigos como vosotros.
Un abrazo queridos Locos.

PD: Tengo un montón de ideas, proyectos, ilusiones bullendo en la cabeza en las que vosotros sois parte fundamental. Las iremos hablando y comentando. Porque esta crónica ya comienza a cruzar el umbral del mamotreto.



12 comentarios:

  1. Mamotreto o no al menos tiene párrafos diferenciados (temo la de Héctor, aunque en la última se podía descansar en su lectura, jajajajaja). Por otro lado, ese puñetero megáfono se me quedó pequeño y no pude gritar todo lo que deseaba pero sí lo suficiente para ver ese brillo en tus ojos, el mismo que hace dos años me encontré esperándome en Cercedilla, el mismo que en mi primer MAM teníamos los 7 en la salida, el mismito que Héctor tendrá por siempre jamás. Prisi, este MAM te ha sabido especial por muchas cosas, pero creo que una de las más importantes es por dejar atrás finalmente esos pensamientos que te tenían lastrado (ambos sabemos de qué hablamos). Un especial, fuerte y emotivo abrazo, MAMón, que ya has hecho que me vaya a la cama con un nudo en la garganta, Maestro.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Amigo Luis no dices na pero no se te escapa una. Que no se apague nunca ese brillo en las miradas.

      Eliminar
  2. Emotiva y escrita con el corazón, eres el gran MAMón y como tal siempre vas controlando a los MAMoncillos novatos e incluso pendiente en como van los acompañantes.

    Si alguna vez aspiro a MAMón será porque sé que nunca andarás lejos.

    ResponderEliminar
  3. GRANDE, maestro, muy GRANDE....

    Sabes que tienes todavía mas de un aspirante a MAMón a la espera de dar ese paso adelante.
    Después de esta crónica creo que tanto mi gran amigo y COMPI y un servidor vamos a poner todo de nuestra parte para estudiar, preparar y entrenar como se merece este gran reto. Creo que te mereces que al menos lo intentemos. Se que te va a gustar y se que seréis muchos los Locos que nos ayudaréis a conseguirlo.

    Enhorabuena por ser así de GRANDE y por habernos transmitido y de que manera aquello de la DOBLE A.....

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ya te digo que me gustaría. Si dais ese paso ya sabéis que tenéis compañero para el viaje. Un mam con los "tractores" sería la hostia.

      Eliminar
  4. Que bien te han sentado los 18 Prisi. Estoy seguro que se cumplirá tu sueño de hacerlo algún año con Martin ( el domingo se acabo de enganchar ). Y como hasta entonces queda algo de tiempo, serán otros locos los que tendremos que dar el paso. Tenemos la inmensa suerte de tener al mejor anfitrión.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Un año más gracias por cuidar de mi retoño. No sé de que le hablaréis pero cuando vuelve a casa me mira distinto y dice cosas como " que grande " no sé si seréis una buena influencia jejeje. Te digo como a Chema. Si algún día afrontas el mam me tienes de escudero.

      Eliminar
  5. Es curioso como, a pesar de interiorizarla de modo distinto y de expresarnos cada uno según nuestras propias visiones, recibimos las mismas sensaciones: tus ganas de subir trotando hasta Bola, una primera percepción ya en esa subida de que Héctor va a hacer otra carrera (estoy seguro de que ahí ya te dio esa impresión), la bajada muy controlada hacia Cotos, el oasis de cada aparición de los Locos, las buenas sensaciones por Citores, la sorpresa de que la búsqueda de algo perdido hiciera que la montañera enseñase algo más de lo que ella misma quisiera, el subidón hacia el Peñalara pasando a unos cuantos corredores, la sensación de que los problemas de Gontxu en dirección a la cumbre van a obligarme a dejarte sólo con las ganas que tenía de compartir este MAM contigo, la generosidad de seguir en solitario con tus pensamientos y animarme a quedarme con Héctor para que la separación no me cueste en absoluto... Demasiados años corriendo juntos para no saber qué pasa por nuestras cabezas.
    ENHORABUENA POR COMPLETAR UNA VEZ MÁS TU CARRERA POR EXCELENCIA. OJALÁ COMPARTAMOS LA PRÓXIMA JUNTOS.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡¡Y tantos años y kilómetros juntos, como bien dices amigo!!. Y los que nos queden.
      Cierto que tenía la percepción de que mi carrera y la de Héctor diferirían en algún momento, pero elegir el momento adecuado para ambos era importante y esa gestión de la carrera era la que barruntaba.
      Gracias por compartir conmigo un buen puñado de kilómetros. Para mi eres una garantía en cualquier circunstancia. Como ya escribí el compañero de batalla que todos quisiéramos tener.
      En los tubos el paso correcto es el que diste, los dos lo sabíamos y por eso surgió con total naturalidad.
      Afortunadamente en breves fechas y por una tierra que nos encanta a ambos tendremos ocasión de compartir de nuevo muchos y emotivos momentos.
      Gracias amigo.

      Eliminar
  6. Enhorabuena por tu carrera y por compartir tus emociones. Me has transmitido con tus palabras ese punto de reflexión que me falta para acometer una carrera de este tipo. Espero en breve poder decir soy un MAMón y poder compartirlo contigo.
    Un fuerte abrazo,
    José Luis

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias José Luis por tus palabras. Espero que así sea y te animes algún año a disfrutar y sufrir esta carrera. Seguro que no te dejará indiferente. Para entonces aprenderemos a "sujetarte" para que las posibilidades de éxito sean totales.
      Un abrazo.

      Eliminar
  7. Prisi, has vuelto a demostrar la gran clase que tienes como corredor y persona. siento haber retrasado el curso de Biri pero como sabes los problemas aparecen en el momento mas inesperado. Una pena no haberte visto en meta pero estoy seguro que fue una gran meta. Enhorabuena megaSuperviviente!! :-)

    ResponderEliminar