23 de agosto de 2010

Estamos de vuelta...

Hace ya más de un mes que terminamos con la temporada, no sé si por el esfuerzo realizado para llegar en condiciones a Beasain o por el fracaso en no haber terminado la carrera ha sido un tiempo complicado. Un tiempo en el que me he encontrado físicamente vacío y mentalmente agobiado, con multitud de altibajos, ya sabéis, pasar de hacer el Camino de Santiago corriendo a no querer-poder ponerse las zapatillas para dar una vuelta a nuestra Dehesa.






La salida de ayer fue mágica, un reencuentro con los Locos y con el monte, la doble A aparece de nuevo y de repente las piernas dejan de pesar como losas, las cuestas te llaman a esprintar, los dolores se olvidan, sientes como esa sonrisa esquiva que tenías que forzar aparece sin esfuerzo…



Y se vuelve a disfrutar, a entender el porqué de aquella pregunta que tantas veces te repiten, esa de… y tú ¿por qué corres? En poco más de tres horas recorres calles, caminos y senderos, atraviesas praderas, surcas viejas carreteras con inolvidables miradores, charlas con Prisillas, asciendes puertos, das caña a Fernando, subes peñas, disfrutas viendo la fuerza de Chema y el tesón de Carlos, bebes de frescas fuentes, bajas entre piedras, tierra y árboles… ¡qué más se puede pedir!


2 comentarios:

  1. Pues me alegra mucho que hayas recuperado las ganas de correr y disfrutar triscando por el monte. Hasta me sabe bien recibir un poco de caña; eso sí, no te me acostumbres....

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  2. Pues te voy a decir yo qué mas se puede pedir: ¡que estemos alguno maaaaaassssss en esos momentos, ma*****azos! y que yo acabe la crónica. Para que os sepa menos pesado, que contaba con tener internet en las vacaciones y no lo tengo, os dejo una siguiente entrega.

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