6 de junio de 2012

La lección y mi pequeño homenaje

La fuerza de la gravedad atrae suave pero constante los copos hacia la tierra. Algunos nunca llegan pues se posan en nuestros brazos ateridos por el frío. Apenas los sentimos, se durmieron kilómetros atrás, volvieron a despertar y se volvieron a dormir. Sentado en una roca húmeda miro el suelo y sopeso esa decisión que hace poco más de tres kilómetros jamás imaginé que tuviera que tomar. Ahora estoy exhausto y la situación se ha complicado. Mikel cruza por delante mía y se sienta unos metros más abajo a mi izquierda. Mas cerca queda la mirada preocupada de Fernan, la inconsciencia de la situación de Prisi y la urgencia de una decisión. La verde braña me susurra al oído con voz delicada y amarga que existe la posibilidad de que si continúo así probablemente no llegué hasta el final. La situación se complica pues no puedo comprometer al grupo en una decisión egoísta que es la que me pide el cuerpo, no puedo someter al resto a que se queden fríos y destemplados por diez o quince minutos de espera. Asumo la realidad, no estaba preparado. No se puede todo…

Los pasos humildes de mi abnegado hermano se aproximan decididos a acompañarme hasta el coche. No es la primera vez que lo deja todo por enmendar mis errores. No es la primera vez que en lugar de reconocérselo encima tendrá que aguantar mi rezongar durante toda la bajada. No paro de buscar excusas en las decisiones de los demás, típico insulto a la verdad al que acostumbro por no reconocer mis yerros. El grupo se ha roto. Los corazones se resienten mientras caminamos por caminos opuestos. No importa, Mikel continuará por los dos. Es su deber. Es el deber de mi alma gemela en el ultra trail. Si uno no puede el otro ha de asumir la responsabilidad.

La noche ha caído. Mi mentor, la persona a la que le debo estar allí me acompaña asiendo con fuerza el otro extremo del cofre del tesoro repleto de oro líquido conforme subimos por el empedrado. Coloquio y departir. De golpe se oyen unos gritos de júbilo. Se aproxima el séptimo de caballería, la trompeta resuena por la calle del fondo“titirítirítirítirítirítitirítirítirítiríiiiiiiii”. Abrazos, lágrimas, sonrisas, amistad, fraternidad, chispas y locura. El tiempo se para. El infinito se contrae. La perfección no existe pero lo que aquella noche se vivió en un puente romano al arrullo de límpidas aguas se le aproximó muchísimo.

Prisi, gracias por soñar.
Jano, gracias por existir.


elhermanodALEX

P.D.: Prisi, esta vez mi memoria no hará el servicio de ayudarme a transcribir los infinitos detalles que guarda sobre las 13 hrs. aproximadas que compartimos aventura. Lo siento, sé que me lo pediste subiendo a La Magdalena y que mi contestación no fue ni oportuna ni en el tono adecuado. Ruego que me disculpes. Un nudo en la garganta y unos sentimientos egoístas me piden a gritos que esta vez me lo guarde para mí, será mi lección aprendida.

6 comentarios:

  1. Ya estamos, se me ha debido meter algo en los dos ojos... esto no se hace Luisete.
    Dos cosillas: La primera es que acabo de convencerme de que voy a correr de nuevo la Madrid-Segovia, tengo un objetivo en mente, y no tiene nada que ver con el tiempo ni los trofeos, pero ya estoy soñando con la llegada bajo el acueducto (y prometo no esprintarte, jeje)
    La segunda está relacionada con todas esas cosas que te vas a guardar, siempre hay cosas que deben quedar dentro, pero que a veces hacen daño. No te dejes herir por ellas.

    ResponderEliminar
  2. Mira que soy muy blandita, qué emotivo

    ResponderEliminar
  3. A mí me hubiera gustado leer tus comentarios sobre la ruta. Creo que si has conseguido sacar algo en claro de ese día lo puedes dar por bueno, al margen de compartir muchos kilómetros. Por desgracia, por lo menos en mi caso, tendemos a aprender mucho más con las malas experiencias. Ya que la has sufrido espero que, por lo menos, te haya enriquecido.
    Me hubiera gustado llegar a meta contigo...
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  4. Otro tio GRANDE, gracias por tu gesto...y por ser como eres...
    Y si ures grande...al loro con tu hermano...

    ResponderEliminar
  5. Gracias a todos por vuestras palabras, de verdad, pero no las merezco.
    Por cierto, me he explicado bastante mal en el P.D. porque no quería decir que lo que me guardo me haga daño o sea malo, sino que esta vez no escribiré una serie de macro entradas para explicar cada detalle que recuerdo de la CUT como hice en su día con la Goi, sino que esta vez me los guardo para mí puesto que son mi lección aprendida, lo que a su vez implica que lo doloso ya está superado y ahora se ha convertido en algo que me hace más fuerte, más sabio, más conocedor de mí mismo y de mis límites.

    Fernan, a mí también me hubiera encantado entra con todos, hace semanas que me arrepiento de la decisión tomada. Por otro lado, si me volviera a ver en las mismas y sin la certeza que tengo ahora volvería a tomar la misma decisión.

    Mikel, yo también sueño con esa entrada, es la fuerza que me va a llevar hasta septiembre.

    Un abrazo a todos.

    ResponderEliminar
  6. Luis,

    Has descrito lo que significa; "superación".

    Simplemente creo que ahora eres mas fuerte. Pienso que las victorias son de los que disfrutan del camino y "tú" camino corriendo el CUT creo que lo has saboreado, y sobre todo has sabido superarlo en los momentos malos y eso te hace digno de mi respeto.
    Aprende, corre, saborea, siente. A por otros retos, a por otros caminos Luis. Fuerza.

    Un abrazo enorme Luis.

    ResponderEliminar