Para correr estos días, o me juego el divorcio y me voy a las diez de la noche, lo que además me obliga a ir por zonas habitadas y por ende, de asfalto, o me tengo que levantar a la horas de Pepe-despacio. Entre otras cosas porque hoy he madrugado para ir a correr, el despertador dispuesto a las 8:10 de la mañana, la ropa preparada, el desayuno rápido y las ganas… esas se han quedado bajo las sábanas, pero con una fuerza de voluntad sobrehumana a las 8:25 estaba saliendo por la puerta rumbo a la cañada del Moral.
Como viene siendo habitual últimamente, los dos o tres primeros kilómetros han sido bastante malos en cuanto a sensaciones, pero poco a poco empiezo a disfrutar de esa carrera al tran-tran, sin pretensiones, que estoy haciendo desde que terminé el MAM.
Tras atravesar Moralzarzal, volviendo hacia la Dehesa por la falda del Cerro y dejando atrás la Cuesta Gris sin hacerle ningún caso, he llegado finalmente al Raso, en ese momento el calor, la falta de una hidratación adecuada y la cuesta que lleva hasta la Cerca me han machacado literalmente, sufriendo más en esos dos últimos kilómetros hasta llegar a casa que en todo el MAM.
Conclusión: Hay que madrugar de verdad, llevarse agua aunque se piense que el calor por la mañana no va a ser tan fuerte como a mediodía y dedicarse al trote cochinero reparador, de vez en cuando hay que descansar y este es el momento. No se puede mantener un estado de forma ideal durante todo el año, así que habrá que intentar no perderlo del todo para no empezar de cero en septiembre.
Miguel muy buena conclusión: hay que descansar y dejar que el cuerpo vuelva a recuperar la fuerza y las ganas. Es cuestión de tiempo.
ResponderEliminarNo es por malmeter, pero levantarse a las 8:10 no es madrugar. A ver si te va a pasar como a mi hija mayor, que un día se levantó diciendo que qué sueño tenía por levantarse a las 10 "de la madrugada"... Está hecha una crack!
ResponderEliminarEn cuanto a las ganas y la fuerza, deja que pase este calorazo.