12 de enero de 2013

Los comienzos siempre son difíciles


Perdón si mi memoria falla y cometo algún error pero en mi caso me pasa más a menudo de lo que quisiera. Lo digo porque mis inicios en la carrera por monte de una forma sistemática, no por cercanos, tengo la seguridad de conservarlos en mi memoria.
Recuerdo haber salido con Prisillas,  Alberto, Alex… alguna vez Ppong…
Estas salidas eran una mezcla de placer, temor, cansancio,… que me hacía replantearme al final de cada entrenamiento si merecía la pena.
Me acuerdo de un Prisi, intratable, subiendo como una moto con una fuerza que me parecía imposible de igualar, junto a un Alberto que lo seguía de cerca. Alex siempre era mi tabla de salvación porque me daba tiempo para recuperarme antes del siguiente envite. Recuerdo también con miedo y frustración las bajadas, sobre todo las técnicas, intentando no caerme y viendo con qué facilidad se iban los demás. Ni siquiera los tramos finales, más o menos llanos, servían para un momento de relax ya que Josema lograba con facilidad rondar los cuatro minutos por kilómetro en un terreno para mi muy irregular. La despedida era para mí, entonces, un bálsamo que me permitía estar contento porque un día más había conseguido ‘aguantar’ sin descomponerme en exceso.
Luego llegaba la vuelta a casa con las molestias musculares de un cuerpo todavía no acostumbrado a un terreno muy específico. El cansancio y la pesadez de piernas me acompañaban todo el día siguiente (de descanso) haciendo que subir o bajar las escaleras del metro fuera una pesada tarea para mí. Y así, casi sin transición, llegaba un nuevo entrenamiento donde     siempre me asaltaban los temores y las dudas. Notaba que el esfuerzo era demasiado para mí pero disfrutaba tanto por el monte… Volvía a quedar y el círculo se completaba de nuevo como el lento compás de las manecillas de un reloj.
¿Cuándo conseguí acostumbrar mi cuerpo? No lo recuerdo. ¿Cuándo empecé a disfrutar desde el principio hasta el final de cualquier quedada? Imposible rememorarlo. Lo único que puedo decir es que mereció la pena el esfuerzo, merecieron la pena las molestias y los sufrimientos porque esta afición me ha dado enormes satisfacciones.
Gracias Prisi por haberme insuflado este deseo. Y a los demás por acompañarme.

7 comentarios:

  1. Seguro que merece la pena el esfuerzo Fernan.

    Yo quiero agradecer tus consejos que son claros, sinceros y llenos de fuerza.

    Espero acompañarte muchos kms :-)

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  2. Yo estoy convencido de que merece la pena... cuanto más difícil es mayor es la satisfacción.

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  3. Desde luego merece la pena, aunque seas el que ahora ve como se alejan los demás.

    Espero poder ir acercándome a vosotros.

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  4. Fernan recuerdo bien aquellos primeros miércoles que quedábamos en el aparcamiento del Tana a partir del cambio de hora. Los primeros cortafuegos, cuestas grises, depósitos. Y como dices, los comentarios de cansancio al despedirnos camino de casa. Pero llegaba el siguiente entreno y así, poco a poco, cada vez subiste mejor, bajaste mejor y te cansabas menos. Así hasta dejarnos atrás a la mayor parte de nosotros.
    Calculo que son mas de cientos, miles los kilómetros que hemos recorrido juntos y ójala que nos queden al menos otros tantos por recorrer.

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  5. Como me alegro haber compartido muchos de esos cientos/miles de kilometros con gente como vosotros, pero espero poder compartir muchisimos mas y seguir madurando con todos vosotros.

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  6. Gonchu sigue esforzándote poco a poco y disfrutarás más todavía de lo que haces; sobre todo, no quemes tu cuerpo por las prisas.
    Mikel no recuerdo muy bien cuándo empezaste a unirte al grupo (a veces tengo la sensación de que apenas dos o tres semanas después de mí)pero sí tus duros inicios en las subidas y más todavía en las bajadas. ¡Cómo has mejorado en todo! ¡Vaya nivel estás pillando! Porque creo que todavía no has llegado a tu propio límite.
    Halfon no les des ninguna importancia al nivel. Cuando estás lesionado te das cuenta de que lo más importante es correr.
    Alberto a ver si es verdad que compartimos muchos kilómetros.
    Prisi ya sabes que trotar contigo tiene para mi algo especial. Son tantas quedadas en solitario, tantos buenos momentos,... ¡Qué no decaiga...!

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  7. Aunque son pocos los km que he tenido la suerte de seguirte, ha sido un lujo compartir y aprender tanto contigo y de ti.

    Que sigamos muchos años....

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