21 de agosto de 2009

¡Vaya semanita!

Tras la excursión del domingo rumbo a Cueva Valiente, la semana se presentaba complicada en espera de una nueva salida por la sierra. Se acabaron las vacaciones, lo cual me ha sumido en una terrible depresión, y el planning de Prisillas daba miedo, dos salidas con cuestas de tipo medio... ¿y el llano?

Pues ya es viernes, la depresión va cediendo y las salidas se han superado con relativo éxito, se hace duro medio-madrugar, se hace duro el calor y se hace duro, cada vez más, el correr solo, una vez te acostumbras a la compañía es complicado volver a la soledad.

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Miércoles: Vuelta al cerro, salgo de casa con la legaña puesta y un bidón de agua fría, me acompaña el gran Kepa, animando mis primeros metros con su trikitixa, bajo alegre y contenido la cuesta de Fontenebros hacia el Moral, pensando en que algo más tarde habrá que hacer el camino inverso. Sin forzar, relajado y con bajas pulsaciones atravieso Moralzarzal y cojo la cañada del Cerro hasta la Cuesta Gris, primera dificultad montañosa del día, como siempre, los primeros metros parecen sencillos pero una vez cogida la curva a derechas se llega a esa recta interminable y sin descansos que destroza las piernas, el corazón y casi casi la moral. Una vez en la cima, sin detenerme doy media vuelta y empiezo a bajar, me dirijo casi sin darme cuenta hasta la Cuesta del Depósito, esa "cuestecilla" que no tiene el glamour de la Cuesta Gris, pero, sobre todo después de esa primera subida, se hace tanto o más dura que la anterior, tiene además la particularidad de que siempre que sientes que estás llegando queda una curva más, la he subido un millón de veces y todavía me engaña. Allí si, paradita para beber algo de agua, brazos en jarra y a mirar un rato el horizonte. Pero el calor aprieta y en casa me están esperando, así que sin mucha dilación, volvemos a casa por donde vinimos. Y si, esa cuesta de Fontenebros se hizo dura. Muy dura.

Viernes: Me doy la vuelta cuando suena el despertador, decido apagarlo e intentar aprovechar un rato más la cama, no me apetece levantarme pero si correr, por lo que hago de tripas corazón, me tomo un café con leche y galletas y tras vestirme de romano salgo de casa buscando alguna cuesta no muy lejana, ya que no quiero zumbarme 17 kilómetros de nuevo, no tengo que irme muy lejos, al llegar a la entrada al Mirador de la Sierra decido subir, no hasta el final de la urbanización, sino algo más, hasta el primer mirador, un total de 2 km de subida sin grandes repechos pero de bastante pendiente, al final la subo dos veces con un paseo por el pueblo entre subida y subida. En resumen, más llevadera que la salida del miércoles pero con su punto de dureza.


2 comentarios:

  1. Pues llevas buen tute esta semanita. Si es que no se puede salir con Kepa Junquera porque las trikitixas animan demasiado el cuerpo...
    Ahora en serio, te vas a poner como una moto pero de trial. Espero que nos veamos el domingo.

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  2. Ésto si que es irse algo de las manos, tela la semanita que llevas Mavegam. ¡Y aún queda lo mejor! jejeje. Por cierto, ya me contarás cuál es la pócima que tomas para en tan poco tiempo ir como vas.

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