16 de septiembre de 2009

Los montañeses bajan al valle.

Con la llegada del invierno se produce la habitual transhumancia de la gente y bestias de la montaña a los valles en busca de temperaturas menos hostiles y de un habitat donde esperar el regreso de la primavera y los verdes pastos.
Y, como es habitual desde siglos las gentes del llano desconfían de esos hombres rudos a fuerza de luchar contra la naturaleza y fruto de la soledad de las cumbres.
Pero el ser humano se adapta con rapidez y en menos que canta un gallo nuestros montañeses se adaptan al llano, sus costumbres, su terreno y sus ritmos.
Y, aunque es normal que en los bailes de fin de semana, sus primeros pasos resulten torpes y hoscos, en poco tiempo las mismas piernas ganan en agilidad siendo capaces de seguir la música que suena en la pista.
La fuerza de los desniveles acumulados, los saltos entre piedras, la bajadas vertiginosas harán que sus pasos resulten firmes y rotundos.
Los montañeses bajan al valle. Ya nos esperan las pistas de tierra, es asfalto y el tartán. Tardaremos algo en adaptarnos pero no bailaremos con la más fea.
Que recuerdos ¿verdad?:

4 comentarios:

  1. ¡Cómo me gusta ese tono epopéyico que das a todo lo que hacemos! La verdad es que para el montaraz se hace duro acostumbrarse al ritmo monótono del asfalto. Se encuentra mejor en los compases quebrados de los vericuetos serranos donde su desacompasado corazón retumba en su cerebro como esos tambores que antaño llevaban al hombre a la guerra.
    Nos costará mucho, bien es verdad que a unos más que a otros, adaptarnos, pero lo haremos pensando que esto no es más que una pausa en nuestros próximos objetivos.

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  2. Es el momento de demostrar que además de saltar como locos y caminar cortafuegos arriba también sabemos correr... no obstante, la verdad es que tengo previsto no dejar el cerro completamente de lado, visitando de vez en cuando su cumbre, aunque eso sí, subiendo por la pista.

    Motivo: Esas "cuestecillas" me dan la una fuerza que de otra forma solo podría conseguir con pesas o ejercicios especiales.

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  3. Realmente bonito. Me ha entusiasmado poder leer esta prosa tan poética, a la que además y desde hace poco, ahora soy capaz de ponerle rostro, entendimiento y comprensión. Claro, que el amigo fernan130 no se queda atrás en su comentario. Anhelo el día en que llegue la vuelta a la montaña. Lo anhelo enormemente.

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  4. Además, ahora que lo releeo, intuyo entre líneas que aunque los resultados no te han sido lo que buscabas y últimamente sientes la ausencia de la chispa, aún no te has rendido, las esperanzas siguen firmes y la confianza tenaz. Pronto volverás a la montaña, pero antes volverá la chispa a tus pies

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