25 de junio de 2009

Al final me supo a poco...


Son las 7:15 y la mañana amanece fresquita. Llovizna en la principal plaza de Ezcaray. Los montañeros se van juntando con botas y macutos. Entre ellos contrastan los más ligeros corredores, apenas cargados con riñoneras y la ropa justa. Dan la salida y ahí van las gacelas marcando ya distancia con los mochileros. Voy muy tranquilo, tanto que me he mezclado con los de a pie y comienzo los primeros metros como otros años: andando. En seguida puedo empezar al trote y lo hago pasando a mucha gente. Cojo un ritmo cómodo y enfilo un largo valle entre pinos , robles y, al final, hayas. La subida es tendida y voy pasando corredores. Me acuerdo de los últimos consejos de Josema y salgo con las pulsaciones bajo mínimos, algo que mantendré para mi sorpresa todo el recorrido. Afronto la primera rampa fuerte (campo a través y con cintas de plástico marcando el camino) y controlo perfectamente la situación de los cuatro o cinco que van conmigo. Trato de acoplarme con dos de ellos que llevan un ritmo un poco más suave que el mío y me vuelvo a acordar de los consejos de Prisillas: me quedan 35 kilómetros y soy un novato en esta distancia. Paso la primera subida sin nada destacable al igual que la bajada, mucho más técnica de lo que pensaba por la lluvia ligera y la falta de senda alguna. De la segunda subida sólo recuerdo los doscientos o trescientos metros que anduvimos perdidos por no ver una señal en un árbol. Me preocupa gastar fuerzas a lo tonto. Además en la bajada, que me llevará a los 20 kms. de carrera, me resbalo entre las piedras por seguir el ritmo de los dos compañeros más acostumbrados que yo a andar en el terreno mojado. Me olvido de ellos y hago un pequeña revisión. En seguida se me pasa el dolor inicial y puedo correr sin apenas molestias. Ha sido un aviso pero nada importante. Comienzo la tercera subida con una desagradable sorpresa: las piernas no me van bien, lo que me produce una sensación de acongoje total. Me entran las dudas y me acuerdo de mis compis de entrenamientos: joder cómo echo de menos una cara conocida. Me he quedado solo en medio de un monte que no conozco... Me vuelvo a acordar de Josema, que ya me ha llamado un par de veces para ver cómo iba, pienso que los males están sólo en mi cabeza y tiro adelante. Afronto la peor parte de la carrera por lo lento que pasan los kilómetros, aunque he pasado el bache y vuelvo a coger a los que van delante. Eso sí, en la tercera bajada fuerte entre piornos y por mirar más a las señales puestas en las ramas que al camino, tengo una segunda caída, más fuerte que la primera pero sin consecuencias, que me hace ser más conservador de lo que era hasta el momento. Poco queda ya que decir: del 28 al 35 se me pasa volando. Dejo atrás a los dos compañeros sucesivamente y cojo a alguno de los que vi al principio con señales claras de agotamiento. Llego al último avituallamiento y me dicen, para mi sorpresa, que ya sólo queda bajar: de la última subida ni me he enterado. Tomo agua e Isostar, como he hecho durante toda la carrera y enfilo la bajada con las fuerzas y la moral intactas. ¡Qué placer inesperado! ¡Qué dominio de la situación! Tanto es así qe me da hasta rabia que el terreno no sea favorable en la bajada y no pueda afrontar los últimos siete km. a buenos ritmos (pensaba en 4,30 e icluso hacer algunos a 4). Entro en meta con una alegria exultante pero con la sensación de haber derochado una buena oportunidad de hacer el MAM. ¿Cómo estaré el año que viene?

5 comentarios:

  1. ¿Cómo estarás el año que viene?... tan fuerte como este y con mucha más experiencia. Va a ser difícil seguirte (por no decir imposible).

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  2. Creo que el año que viene tú harás el MAM con Alberto. Josema y Miguel que hagan un pelotón intermedio con más que se apunten. Yo iré por atrás, despacio, despacio con Valverde y todo el que se vaya cansando.

    Eso sí, la preparación, que sea a semejanza de este año.

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  3. Pues pletórico, cómo vas a estar. Con lo fenomenal que te has recuperado éste del bache de la gripe y lo fuerte que estás, a éste ritmo te veo corriendo el MAM como si no costara, jejejeje

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  4. Desde que comenzamos a corretear juntos por el Cerro yo ya sabía cual iba a ser tu evolución.
    Era fácil viéndote por ese terreno y escuchándo tu pasado montañero y ciclista.
    Es más, te vislumbro un gran porvenir en tu categoría.
    No pienses en el MAM 2009 como una oportunidad perdida, cada uno necesitamos nuestros tiempos y en tu caso la prueba de Ezcaray ha sido la confirmación de que puedes y "nuestro" MAM te ha despertado el hambre necesario para que esperes con ánimo el verano del 2010.
    Un abrazo amigo.

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  5. Lo que si espero es que estemos todos tan unidos como este año para afrontar lo que venga. Hemos hecho un buen grupito y será todavía mejor si el año que viene se apunta gente como Luís Ángel al que estoy seguro le va a terminar enganchando esto del monte. Sigue los consejos de Josema y para el 2010 estarás con nosotros por los cerros.

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