26 de mayo de 2009

Sus Majestades "Los Tubos"

Tras la pájara protagonizada el viernes no puedo negar que me enfrenté a la “etapa reina” del fin de semana con cierto temor, los Tubos de Cabezas nos esperaban y no se les podía defraudar; mochila de hidratación, barritas energéticas, muchas ganas y una buena dosis de paciencia eran lo necesario para pasar el arreón de manera exitosa.

Como de costumbre, todo empezó muy temprano para ser domingo, a las 8:30 de la mañana “los locos del cerro” nos uníamos a otros corredores en el aparcamiento del Puerto de Navacerrada y sin más dilación, encaramos la primera subida a la “Bola del Mundo”, en poco menos de cinco minutos las primeras y a la postre únicas dudas del día vinieron a mi mente, los gemelos, castigados por las jornadas anteriores, el desnivel de la subida y tal vez la falta de calentamiento previo a la misma parecían explotar, no llevábamos 300 metros recorridos y ya estaba sintiendo la necesidad de parar, de darme la vuelta, mandar el MAM al carajo y dedicarme a corretear por la Dehesa, que es más sano y no duele. En estos momentos es donde aparece Prisillas y te recuerda dos cosillas, “al tran tran” y paciencia, por supuesto que sigo adelante, cada vez un poco mejor, hasta coronar el alto, una vez arriba, precioso el camino por la “Loma del Noruego” hasta llegar a Los Cotos, trotando en los pinares y disfrutando de cada paso. ¡Vale la pena subir la Bola cuatro veces con tal de poder correr por aquí!.

En estas llegamos a Cotos, y tras el avituallamiento correspondiente, decidimos conocer los Tubos, la tensión se palpa en el ambiente (cursi y manido recurso literario sin más) cuando tras pasar el río miramos hacia arriba y vemos lo que nos espera. Otra vez el maestro Prisillas al lado… “tran-tran” y paciencia… “tran-tran” y paciencia, y poco a poco, entre piedras grandes y pequeñas, mirando al cielo y al suelo, aprovechando la velocidad de crucero para hacer alguna que otra foto y admirar el paisaje, llegamos a la parte de arriba, como de costumbre, llegué algo rezagado, lo normal yendo con estos chicos que están como toros, pero bien como para disfrutar, no solo esta subida, sino el resto de la jornada.

Da la sensación cuando se llega arriba de que todo está hecho, nada más lejos de la realidad, la salida de Cabezas, entre grandes piedras, utilizando piernas, brazos e incluso dientes para no caer se hace complicada mentalmente, y el paso por Valdemartín hacia Bola es más largo y complicado de lo que parece a simple vista, haciéndote cambiar continuamente entre el trote y la caminata.

Terminamos bajando de nuevo desde la Bola hasta el Puerto, torcedura de tobillo en la misma, hay que andar con mil ojos, que gracias a Dios no ha tenido consecuencias y llegada al coche con ganas de más…

En resumen, una jornada muy positiva, me veo uno o dos puntos por debajo de mis compañeros pero con posibilidades de terminar la carrera, solo me falta convencerlos de que no me anden esperando… pero me da que va a ser difícil.

1 comentario:

  1. Es curioso pero el inicio de la subida a Bola es calcado al mío, incluso en los pensamientos. La única diferencia es que a mí el corazón se me salía por la boca y no conseguía ponerlo a un ritmo constante lo cual es fundamental para hacer superar los desniveles con soltura. Pasado un tercio de la cuesta todo se regularizó para alegría mía y pude disfrutar del resto de lo que calificaría de estupenda jornada.

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